Ana Karen Arias Cruz, de la Facultad de Enfermería y Obstetricia

Las muertes gestacionales y neonatales revelan la falta de atención integral a la mujer

En nuestro país se reportaron 25 mil 41 de estos fallecimientos en 2022, que representan 72 decesos por cada 100 mil mujeres en edad fértil

Las muertes fetales y neonatales denotan la deficiencia de los sistemas de salud ya que el embarazo es un proceso fisiológico que puede tener complicaciones, pero que se conoce muy bien y existen normas respecto a cómo cuidarlo y prevenir riesgos.

“Demuestran una gran inequidad y falta de atención integral a la mujer”, afirma la académica de la Facultad de Enfermería y Obstetricia (FEnO) y coordinadora del posgrado en Enfermería Perinatal –con sede en el Instituto Nacional de Perinatología–, Ana Karen Arias Cruz.

Estas pérdidas, agrega, son un tabú, pues casi no se habla de ellas y generan problemas de salud mental a las mujeres, como depresión y estigmatización.

La experta universitaria señala que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada 16 segundos ocurre una muerte fetal en todo el orbe. En nuestro país se reportaron 25,041 de estos fallecimientos en 2022, que representan 72 decesos por cada 100,000 mujeres en edad fértil, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Las entidades con las tasas más altas fueron: San Luis Potosí con 101.4 decesos por cada 100,000 mujeres en edad fértil; Ciudad de México con 91.9 y Aguascalientes, 91.

Recientemente la OMS actualizó los parámetros para definir la muerte gestacional, como toda aquella que ocurre antes del nacimiento, independientemente de la edad gestacional. Antes se consideraba que eran las que se presentaban a partir de las 28 semanas de gestación o cuando el feto tuviera un peso igual o mayor a 500 gramos.

“Es importante la nueva clasificación porque en muchos países este tipo de decesos no estaban siendo registrados adecuadamente”, explica la especialista.

Estas muertes se relacionan con múltiples factores, por ejemplo, patologías maternas como diabetes, obesidad, hipertensión, incluso estrés. “Hay complicaciones propias del embarazo como trastornos hipertensivos, alteraciones de la placentación y restricción del crecimiento intrauterino que pueden conducir a la muerte; pero incluso, en un embarazo sano también se desarrollan hemorragias, infecciones, ruptura de membranas y parto prematuro”, detalla.

Control preconcepcional

Por ello, Arias Cruz subraya la importancia del control preconcepcional para identificar estos trastornos, tratarlos y planificar el embarazo.

“Antes de que una familia decida tener un bebé se debe evaluar tanto a la madre como al padre, reconocer sus factores de riesgo, porque si el padre tiene obesidad, hipertensión y diabetes, también serán elementos de riesgo y sólo hasta después de atenderlos se debe buscar el momento ideal para que ocurra el embarazo”, asegura Arias Cruz.

La OMS, a través del Plan de Acción para Cada Recién Nacido recomienda que las mujeres embarazadas reciban, al menos, cuatro consultas con personal calificado. La Norma Oficial Mexicana 007 menciona que deben ser cinco, como mínimo.

“En México es muy variable el número de estas consultas, lamentablemente, depende mucho del estrato socioeconómico. Hay mujeres que llegan a los sistemas de salud sólo para la atención del parto, otras tienen las cinco consultas y hay las que, en instituciones de tercer nivel de atención, reciben un seguimiento bastante estrecho por diferentes profesionales y especialistas y llegan a tener hasta 10 o 15 consultas”, aclara la universitaria.

El embarazo adolescente es otro factor de riesgo para las muertes fetales ya que implica que una mujer que aún no ha terminado su desarrollo fisiológico debe cubrir las demandas de gestación de un nuevo ser, asegura.

De acuerdo con el INEGI, en 2022 se registraron en el país 195 muertes fetales entre mujeres embarazadas menores de 15 años; 3,471 entre las de 15 a 19 años y 6,070 entre las de 20 a 24 años. Este último grupo fue el que concentró el mayor número de embarazos con alguna complicación que terminó con la muerte del producto, con 24.2 % de los decesos.

Posteriormente, fue el grupo de mujeres de 25 a 29 años con 23.3 % y el de 30 a 34 años, con 20 %.

Embarazarse en edad avanzada, prosigue la experta de la FEnO, también conlleva riesgos, pues es muy común que la fertilidad se vea afectada y se utilicen métodos de fertilización, que son otro factor de riesgo asociados a complicaciones de la placentación, alteración en la placenta y afectaciones en el desarrollo del embarazo.

Coordinadora del posgrado en Enfermería Perinatal. Foto: Francisco Parra.

Prevención

Ana Karen Arias Cruz comenta que la muerte neonatal es aquella que se registra a partir del nacimiento y hasta los primeros 28 días de vida. “El 75 por ciento de ellos ocurren en la primera semana de vida y la mayoría están relacionados a la prematurez y se pueden prevenir durante una atención prenatal adecuada”.

Para hacer frente a esta problemática la OMS propone dar atención a la madre y al recién nacido durante la primera semana de vida. El objetivo es que la mamá esté capacitada para brindar cuidados y pueda identificar alteraciones en el bebé relacionados con su termorregulación, su piel, el cordón umbilical; además, que se promueva la lactancia materna.

Algunos signos de alerta en los neonatos son la coloración azulada o cianosis, que su temperatura se mantenga entre los 36.5 y 37.5 grados. “El bebé no tiene que bañarse diario sino cada tercer día para favorecer su termorregulación”, menciona.

Además, debe cuidarse el cordón umbilical, pues es una zona que frecuentemente se infecta; evaluar la hidratación del bebé –a partir de vigilar que no estén deprimidas las fontanelas, estructura en la cabeza–, y que no tenga presente ictericia, una coloración amarilla que es signo de problemas para eliminar la bilirrubina

“Si presenta un llanto incesante a pesar de que ya comió y que se ha revisado físicamente, no tiene otra situación que le esté causando dolor, también es un dato de alarma”, puntualiza.

En cuanto a la alimentación, subraya que la leche materna es el único alimento que el recién nacido debe tener en sus primeros seis meses de vida, pues lo protege de enfermedades y le ayuda a su neurodesarrollo y crecimiento. “Es una estrategia sencilla, de muy bajo costo y puede prevenir altas tasas de mortalidad neonatal. Además, debe ser a libre demanda”.

Planear el embarazo

Un embarazo siempre debe planearse y es una obligación del personal de salud ofrecer atención de calidad. En el caso de la Universidad Nacional, el posgrado de Enfermería Perinatal cuenta con diferentes sedes en la República mexicana en los que forma a profesionales con una perspectiva holística; es decir, que ven a la persona como un ser biológico, social y psicológico y entienden el embarazo como un fenómeno trascendental en la vida de la mujer, la familia y la comunidad.

Por ello, la FEnO capacita a sus alumnos para que den consultas preconcepcionales y prenatales en las que identifican factores de riesgo y pueden canalizar a la mujer con los especialistas requeridos. También se le capacita para una adecuada alimentación, actividad física y un estilo de vida saludable.

De igual forma, proporcionan psicoprofilaxis obstétrica y están capacitados para atender el parto, así como ofrecer atención en el puerperio.

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