Los mejores aspirantes del Concurso de Selección 2019 a licenciatura de la UNAM eligieron facultarse en medicina y en física. Ellos son: Paloma Allende Vargas, Brenda Villaseñor Feixas, José Agustín Gutiérrez Iglesias y José Luis Lugo Castillo.
Medicina alada
Paloma Allende Vargas obtuvo 118 aciertos de 120 reactivos, la máxima puntuación en el más reciente concurso de selección. Está en lo más alto, la asistieron sus alas: su inquietud permanente, sin tregua, que se desborda con gestos, sonrisas y la esperanza de creer en que viene lo mejor.
“El cuerpo humano es maravilloso y tiene millones de enigmas, y en un proceso tan simple como mover el brazo pasan 20 mil cosas. Entonces me llama muchísimo la atención la medicina, también porque a los cinco años empecé con fibromatosis (denominación genérica de un grupo de enfermedades, caracterizadas por la proliferación de tejido fibroso) tuve varias cirugías, estudios, hospitales. Pero ahora ¡me gustaría estar del otro lado!”, relató.
Por ello, agregó, quiere abocarse a la cirugía cardiotorácica, o a la oncología pediátrica, porque considera que hay muy pocos oncólogos en México y menos todavía en pediatría.
Física atlética
Acostumbrada a los obstáculos, a la distancia y a la resistencia, Brenda Villaseñor Feixas no teme que haya tres horas de camino entre Juriquilla, Querétaro, y Ciudad Universitaria, donde reside y realizó el bachillerato, simplemente porque tiene “convicción, determinación y organización”, pautas que le ha dado ser una atleta de medio fondo en pruebas de 800 y 3 mil metros con vallas. Además, en el fragor académico tiene una mención honorífica en la Olimpiada Nacional de Física 2017 y un tercer lugar en la Olimpiada Estatal de Química 2016.
Lo dice enfática: “Con 117 aciertos estoy comprometida a estudiar física en la Universidad, y si se puede, dedicarme al atletismo de alto rendimiento”.
Está inscrita en la Federación Mexicana de Atletismo, en proceso de llegar a un nacional, y quisiera algún día estar en unos Juegos Olímpicos, aparte de seguir con su carrera académica. “Ojalá fuera París 2024”.
Brazadas de oportunidad
La sonrisa se le da muy bien a José Agustín Gutiérrez Iglesias, quien heredó la identidad puma desde generaciones atrás. Fue universitario desde el nivel medio superior, que cursó en la Preparatoria 9. Tramitó el pase reglamentado a la Facultad de Odontología, pero algo sucedió.
“Tristemente no era la carrera que yo quería, es hermosa. Decidí no darme por vencido y hacer el examen de nuevo. De hecho, desde pequeño quería estudiar Medicina. Noté que las materias que tienen que ver con la salud se me dan muy bien”, indicó.
Así, tras un semestre en Ciudad Universitaria y un examen donde sólo tuvo tres yerros, Agustín acudirá a la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza porque le atrajo no sólo el plan de estudios, sino además su competencia y la cercanía con su domicilio en el Estado de México.
“Aunque ya no estaré cerca de la Alberca Olímpica de CU, me gusta mucho nadar; también practiqué futbol americano, karate y break dance, toco la batería… Mi sueño es terminar y hacer el examen nacional para residencias médicas y entrar a la especialidad de ortopedia y traumatología, pues algo que me marcó es que tuve una fractura cuando patinaba”, concluyó.
Física social
Desde Tampico, Tamaulipas, José Luis Lugo Castillo dijo que ser aceptado de esa manera, con 117 aciertos, fue muy sorpresivo. Hasta pensó que estaba mal calificado el examen.
“Sé que en apariencia no tiene nada que ver con la física, pero a mí me gusta leer, investigar, actualizarme con noticias. Lo que más me ha marcado es el modelo de Naciones Unidas, porque desde la perspectiva de estudiante se mira cómo puedo dar soluciones que estén dirigidas a mejorar la calidad de vida de las personas en el mundo”, expresó.
Desde los cuatro o cinco años sabía que quería estudiar física, y desde que decidió esa carrera sabía que sólo tenía una opción: la UNAM.
“En los próximos días iré con mi familia a conocer mejor Ciudad de México, ver alojamiento. Es un cambio muy grande, porque Tampico es un lugar pequeño; estoy emocionado. Extrañaré el calor del puerto.”