Los museos mexicanos han sido dejados a su suerte

Especialistas revisan la pauperización de las instituciones museísticas del Estado

Las partidas presupuestales para los museos del Estado se adelgazaron paulatinamente, por lo que difícilmente existen posibilidades de una planeación, ni siquiera a corto plazo, pues no se sabe cuánto ni cuándo habrá recursos disponibles. La responsabilidad del Estado para crear memoria histórica mediante un coleccionismo razonado está ausente de las partidas presupuestales. Los museos mexicanos han sido dejados a su suerte, con el consecuente deterioro de inmuebles, instalaciones, equipamiento y bodegas.

Con estas consideraciones, la historiadora del arte Graciela de la Torre, coordinadora de la Cátedra Internacional Inés Amor en Gestión Cultural, introdujo la sesión virtual denominada ¿Qué hacer frente a la creciente pauperización y la autocensura de los museos?, correspondiente al programa La crítica en su laberinto: ¿qué hacer?, en la que participaron los especialistas Giovanna Jaspersen, Paula Durán y Eduardo Vázquez Martín.

Jaspersen, directora del Museo Franz Mayer, comentó que los museos son instituciones que originalmente no fueron hechas para las audiencias sino que se enfocaron a los especialistas, situación que ha hecho difícil poner al público al centro y ser espacios más abiertos, amables y cercanos.

Refirió que es imposible sostener la vastedad patrimonial del país únicamente con fondos provenientes del Estado, y que si bien éstos son fundamentales, es imperioso modificar el modelo de financiamiento y ser más constructivos y conscientes sobre la situación que guardan los museos, ya que en no pocos casos son proyectos insostenibles. “Tenemos que hacer una verdadera revisión que nos permita tener instituciones eficientes”, planteó.

En su turno, Durán, quien dirige el espacio cultural del Infonavit y participó en la Alianza Colombiana de Museos, habló de los salarios en el sistema cultural público, que son muy bajos a pesar de que el sector cultural contribuye con un porcentaje significativo al Producto Interno Bruto, de 3.1% según datos de 2019, aunque reconoció que posteriormente hubo una reducción importante.

Reveló que los salarios de los directores de museos públicos rondan los 40 mil pesos mensuales, y que las percepciones de los mandos medios oscilan entre los 5 y 18 mil pesos, aun cuando el sector cultural tiene un alto nivel de estudios. “No solamente hablamos de la precariedad en términos económicos, de igual modo nos referimos a la incertidumbre que se da por los términos de contratación de quienes se dedican a la gestión cultural dentro de los museos”, agregó.

En su intervención, Eduardo Vázquez Martín, coordinador ejecutivo del Colegio de San Ildefonso, señaló que está a discusión el lugar de la cultura en el proyecto nacional, y eso tiene que ver con una crisis compleja del Estado. “El papel de la cultura se ubica como algo marginal en el discurso político dominante. Hay una devaluación de la acción cultural como un instrumento de gobernanza democrática. Las presiones que ejercen el mercado, la falta de recursos y la violencia han puesto a las instituciones culturales en una situación de una cierta vulnerabilidad”.

Por ello, agregó, es pertinente volver a explicar cuál es la importancia de la cultura en la convivencia social. “Hay que criticar la cultura como privilegio, decoración o una forma que se reduce exclusivamente al arte y patrimonio, olvidando la enorme diversidad de formas que adopta una cultura: el lenguaje, la comida, la convivencia, la danza, las tradiciones populares de las culturas indígenas… Tenemos que poner nuevamente en el centro del proyecto político de la nación el proyecto cultural”.

Se preguntó qué sucede cuando un estado reduce los espacios culturales públicos en los que la sociedad ensaya sus posibilidades de supervivencia y su futuro: “Pues el futuro se hace más pequeño e inseguro, el miedo al porvenir se hace mayor, mientras que en la medida que tenemos más acceso a las manifestaciones culturales tenemos más posibilidades de confrontar la inseguridad y la adversidad… Los museos tienen que ser laboratorios de construcción de futuro”, afirmó al cierre de su participación.

El programa de diálogos La crítica en su laberinto: ¿qué hacer? continúa hasta el 29 de junio. Toda la información se encuentra en las páginas y redes sociales de la Cátedra Inés Amor y el Centro Cultural Universitario Tlatelolco.

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