La mitad de los trastornos mentales comienzan a los 14 años o antes, pero en la mayoría de los casos no se detectan ni se tratan. Según la Organización Mundial de la Salud, no abordarlos tiene consecuencias que se extienden hasta la edad adulta. De ahí que sea tan importante no sólo dar atención a la salud mental en los jóvenes, sino la prevención de esos padecimientos tanto en el ámbito escolar como el familiar, señalaron expertos de la UNAM.
En la conferencia de prensa a distancia No hay Salud sin Salud Mental, José Benjamín Guerrero López, jefe del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina (FM), dijo que, por ejemplo, un estudiante sin esa atención puede abandonar la escuela y eso le restará posibilidades de desarrollo.
La pobreza, el abuso o la violencia en sus diferentes formas, hacen más vulnerables a los jóvenes a los problemas de salud mental. Es necesario promover el bienestar psicológico entre ellos, y descubrir a tiempo las situaciones de vulnerabilidad que tienen y las dificultades que enfrentan. “Es esencial protegerlos de experiencias adversas y factores de riesgo que pueden afectar su capacidad para desarrollar todo su potencial. Hay que centrarnos más en el tema de la salud que en la enfermedad, porque cuidar nuestra salud mental nos llevará a tener una vida satisfactoria, con buenas relaciones, con sensación de bienestar frente a los otros y nuestras vidas”, sostuvo.
Escuela y familia
El profesor emérito de la Facultad de Psicología, Juan José Sánchez Sosa, recalcó la importancia de remplazar la vieja idea de que ir al psicólogo o al psiquiatra es porque uno está loco, por la idea de que hay expertos que nos pueden ayudar a reconocer “qué tipo de aspectos debo notar en mí mismo o en las personas con las que vivo, para atenderse a tiempo y continuar funcionando familiar, laboral y comunitariamente, y disminuir la probabilidad futura de desarrollar este tipo de trastornos”.
La prevención se debe comenzar desde ya, en la escuela y la familia. “Hay que poner atención a lo que hacemos, a lo que sentimos, qué pensamos, cómo interactuamos con la gente con la que vivimos y trabajamos, y tener presente que hay especialistas que pueden ayudar no sólo a atender un problema de salud mental, sino a continuar bien y mejorar”, afirmó en el contexto del Día Mundial de la Salud Mental, que se celebró el 10 de octubre.
Por su parte, Guerrero López recordó que la OMS refiere que los trastornos mentales representan 16 por ciento de la carga mundial de las enfermedades y lesiones del adolescente; cuando hay una alteración mental, esta le impide llevar la vida de forma normal.
El experto mencionó que la depresión es una de la principales causas de discapacidad entre adolescentes en el mundo y el suicidio es la cuarta causa de muerte entre jóvenes de 15 a 19 años; en México, según una encuesta del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, se encontró que 10.7 por ciento de esa población había tenido un trastorno afectivo, 40.6 de ansiedad, 20.0 de impulsividad y 4.8 por uso de sustancias; 51 por ciento de los encuestados había tenido algún tipo de trastorno.
En la clínica del Programa de Salud Mental de la FM, los problemas más frecuentes detectados son depresión, ansiedad, autolesiones, intentos de suicidio, violencia, consumo de alcohol y sustancias, trastorno límite de la personalidad y déficit de atención con hiperactividad, entre otros.
José Benjamín Guerrero refirió que el año pasado en la Universidad Nacional se conformó el Comité Técnico para la Atención de la Salud Mental, que trabaja en hacer un diagnóstico de los recursos con que se cuenta, y ubicar las necesidades más imperiosas de los jóvenes.
Se tienen centros de atención en las facultades de Psicología, Medicina, de Estudios Superiores Iztacala, Zaragoza, Aragón, Acatlán y Cuautitlán, la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia y la Dirección General de Atención a la Salud. Tan sólo en la Clínica del Programa de Salud Mental de la FM se han dado 23 mil 331 teleconsultas durante la pandemia, concluyó.
Al respecto, Juan José Sánchez añadió que el reto fundamental para los profesionales de la salud mental es no sacrificar calidad clínica ni metodológica al momento de otorgar el servicio a distancia. “Las investigaciones señalan la eficacia de esas intervenciones en salud, en general, y salud mental, en particular”.
El emérito también subrayó la necesidad de equilibrar los avances en la tecnología, con la viabilidad y competencia propias para atender a distancia (formación especializada, de posgrado, en programas acreditados).