La vida después de la Facultad
Matemático de Ciencias, en Dodgers de los Ángeles
Charla de Esteban Navarro con estudiantes de la entidad, a quienes aconseja explorar fuera de las aulas y los laboratorios
Esteban Navarro Garaiz es matemático titulado en 2018 por la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM. Luego de estudiar la maestría en Ciencia de Datos en la Universidad de Nueva York, hoy tiene su empleo soñado: analista cuantitativo de los Dodgers de Los Ángeles y una oficina en el estadio de ese equipo de beisbol.
Trabaja con el grupo de análisis cuantitativo, parte del área de Investigación y desarrollo, una instancia que apoya primordialmente a esa novena de Grandes Ligas y a la toma de decisiones.
“Análisis cuantitativo está encargado de generar métricas y estadísticas que nos permitan evaluar mejor a nuestros jugadores y a los del resto de la liga, y pensar en la mejor manera de hacer competitivo al equipo”, explicó el universitario.
Al participar en la charla La Vida después de la Fac, organizada por la Secretaría de Vinculación de la entidad, el joven científico consideró que los egresados no sólo están muy bien preparados, sino que además cuentan con muchas herramientas para ofrecer en el campo laboral.
En la plática, dirigida a los actuales alumnos, aconsejó valorar a la Facultad “porque cuando uno es estudiante es difícil darse cuenta de cuán bien preparados salimos” y aprovechar todo lo que ofrece, como pláticas y demás recursos que contribuyan a la formación para un mercado que está demandando científicos “de manera enorme”.
De igual modo, recomendó explorar fuera de las aulas y laboratorios universitarios, es decir, realizar estancias de verano o intercambios, involucrarse con investigadores, participar en actividades extracurriculares, así como en coloquios, escuelas y congresos.
También sugirió aprender a programar; es decir, tomar más clases de computación, además de hacer proyectos propios y aprender inglés, porque eso abre puertas. Finalmente, hacer la maestría y el doctorado lo antes posible.
Un tiempo fantástico
Esteban Navarro recordó que ingresó a la FC en 2012. “En ese entonces estaba como sin rumbo y matemáticas me pareció la cosa más natural para empezar a adquirir bases científicas y definir después en qué aplicarlas”. Ahí permaneció seis años, hasta su graduación en el verano de 2018.
“Fue un tiempo fantástico; la Facultad es ese lugar donde, si quieres aprovechar los recursos que hay y dedicarte a ti y a tu carrera, a formarte como científico, hay mucho por hacer”. Entre eso, ser ayudante de profesor; él lo fue en las materias de Procesos Estocásticos, Probabilidad y Temas Selectos de Investigación de Operaciones; “es un primer acercamiento a aprender a comunicar y una oportunidad de devolver a la Universidad un poco de lo que te ha dado”.
La tesis de licenciatura fue el principio formal de su carrera como analista de deportes. “Convencí a la doctora Begoña Fernández Fernández de dirigir una tesis donde se intentaba predecir partidos de futbol. Desarrollamos un modelo que pronostica juegos en algunas ligas europeas y que compara las predicciones con el mercado de apuestas”.
Mientras terminaba su tiempo en Ciencias, solicitó y ganó una beca Fulbright-García Robles. Con esa subvención estudió la maestría en Ciencia de Datos en la Universidad de Nueva York, disciplina que ha crecido a pasos agigantados en los últimos años. Es uno de los programas más antiguos (2015) y uno de los mejores.
Cuando se graduó, se mudó a Los Ángeles para unirse a los Dodgers. “Empecé de medio tiempo y a distancia en el último semestre de la maestría. Había sido mi sueño por 10 años, desarrollarme profesionalmente en algo relacionado con deportes, pero no estaba seguro de dónde hacerlo. La parte de modelación de datos es la que más me gusta”.
Y no sólo asistió a la Serie Mundial para ver ganar al equipo “con nuestros dos pitchers mexicanos, Julio Urías y Víctor González, lo cual fue una experiencia inolvidable”, sino que hace unas semanas también le tocó ir a recibir el anillo del campeonato y tomarse fotos con el trofeo; “fue algo increíble”, concluyó.