Intervención escultórica de Arturo Hernández Alcázar

Mensaje de una instalación artística sobre huracanes: “ningún desastre es natural”

La exposición en el MUCA incluye un programa académico con presentaciones de divulgación científica y talleres para niños

Foto: Diana Maldonado.
La pieza El Centro de Huracanes del Museo Universitario de Ciencias y Arte afirma que ningún desastre es natural es una intervención escultórica del artista Arturo Hernández Alcázar, quien transforma los fenómenos atmosféricos en un lenguaje gráfico y sonoro, imaginando las condiciones para recrear un huracán.

La obra, que se exhibirá hasta el 4 de diciembre de 2024 en el MUCA Campus, es la puesta en marcha de un huracán como posibilidad transformadora, la cual deja entrar a ese recinto universitario –como espacio del saber– las fuerzas caóticas del exterior para sacudir los sistemas de conocimiento.

La escultura sonora-arquitectónica que presenta Alcázar intenta traducir de manera poética el ruido constante y cambiante de la atmósfera.

En entrevista, Arturo Hernández (Ciudad de México, 1978) recalcó que, a diferencia de otros de sus proyectos, este es distinto en sus hallazgos y en sus procedimientos; por desarrollarse en la Universidad, “al proceso le salieron tentáculos” de colaboradores, de conocimientos y de instancias involucradas, con lo cual se hizo muy enriquecedor.

El arte, opinó, no es un objeto que contiene significados importantes, sino “algo que sucede”, un proceso que genera conocimiento, tanto de manera racional y científica como afectiva.

La metáfora del huracán, “que es muchas metáforas a la vez”, es ser una hiperorganización masiva. “Hoy la ciencia los denomina macroobjetos y antes los llamábamos monstruos, y ahí confluyen muchas fuerzas en condiciones muy específicas”, detalló.

Como uno de esos fenómenos de la atmósfera, la muestra –bajo la curaduría de Aleida Pardo Hernández– se va haciendo de partes y borra los límites disciplinares, añadió el artista.

La exposición tiene dos fuerzas muy relevantes: si bien está llena de objetos y materiales (como muebles que se utilizan en el ámbito académico), están presentes los elementos más importantes, pero que no podemos ver: el viento y el sonido, los cuales producen formas.

Para esta muestra se desarrolló un sintetizador especial y los muebles funcionan como amplificadores. “Comparto la autoría de la pieza con científicos, técnicos, ingenieros, pero también con las fuerzas de la atmósfera, que hacen la composición”, reconoció Arturo Hernández.

A su vez, el jefe de Museografía del MUCA, Germán Rostan Robledo, explicó que ese recinto es un espacio de diálogo entre las ciencias y las artes. Así, en este proyecto se involucraron varias instancias universitarias, como el Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático.

Con la obra se genera una narrativa de lo que podría ocurrir si llegara un huracán a Ciudad Universitaria, justo en la temporada en que se registran esos fenómenos atmosféricos, mencionó.

Además, la exposición –que cuenta, incluso, con un túnel de viento– incluye un programa académico, con presentaciones de divulgación científica, talleres para niños, etcétera, pues se busca mostrar un panorama integral sobre cómo un fenómeno meteorológico se vincula con factores sociales, políticos, económicos, personales, artísticos y pedagógicos, y un pódcast consistente en un diálogo entre las ciencias y las artes que se transmitirá por los canales del museo.

La exposición se asume como un gesto artístico y político que desafía la idea de que todo postulado científico, con sus aparatos de medición y control, pueda aspirar a la alerta o toma de acciones preventivas frente a los fenómenos meteorológicos sin antes reconocer que la constitución tópica del mundo también tiene su fuente de comprensión en el campo espiritual y cultural.

El despliegue del caos refiere que la conformación de tormentas, mediciones de viento y condiciones atmosféricas no debe olvidar dentro de sus análisis los efectos que la globalización económica tiene sobre estos fenómenos ni, primordialmente, desconocer la noción de frontera territorial que localiza los erróneamente llamados “desastres naturales” en cierta demarcación.

En la obra también colaboraron el Grupo de Ingeniería de Viento y el Laboratorio de Túnel de Viento del Instituto de Ingeniería, el Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas, y la Facultad de Arquitectura.

El MUCA Campus se ubica a un costado de la Facultad de Arquitectura, en Ciudad Universitaria.

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