Es un mito que haya temporada de sismos; éstos ocurren a lo largo del año pero ahora gracias a la mayor capacidad tecnológica se detectan con más frecuencia, afirmó Luis Quintanar Robles, investigador del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica (IGf).
“En el mes de septiembre surgen creencias de que hay épocas en las que tiembla, así como las hay para las lluvias. Hay que dejar claro que los sismos se originan al interior de la tierra y nada tienen que ver con fenómenos atmosféricos. Los sismos suceden a lo largo del año y hay que estar preparados”, subrayó.
El académico remarcó que no ocurren más sismos en Ciudad de México (CdMx), sino que al haber más estaciones de monitoreo, se detectan en mayor medida.
En el caso del Valle de México, expuso, se cuenta con una red de 30 estaciones que detecta los movimientos que aquí se originan, como los de este viernes, registrados a tres kilómetros al oriente de la delegación Benito Juárez. El primero fue a las 11:07 horas y tuvo una magnitud 2.2; el segundo, a las 11:20 horas, con magnitud de 1.8.
“Estamos acostumbrados a la intensidad de los sismos que provienen de las costas del Pacífico, de magnitud mayor. Los que se originan en el Valle de México no van más allá de 3 o 3.5”, agregó.
Gracias a la red sísmica y al registro de los movimientos, prosiguió, se sabe que la zona oriente de CdMx es la de mayor sismicidad, aunque también hay eventos en la parte poniente en demarcaciones como Cuajimalpa, y de manera más esporádica en el área de la jurisdicción Benito Juárez.
EI Instituto de Geología, resaltó, ha ubicado entre 20 o 30 fallas que están siendo cartografiadas en esta urbe, pero no son las únicas.
Extracción de agua
El experto de la UNAM precisó que la extracción de agua en el Valle de México puede ser un factor concurrente a la actividad sísmica, pero no es el principal.
Así, Quintanar Robles llamó a la población a estar conscientes de que vivimos en un país sísmico y que no dejará de temblar.
“Los habitantes de Ciudad de México deben considerar que los temblores ocurridos fuera del Valle de México tienen la capacidad de inducir sismicidad en nuestra urbe, adicional a la que se origina aquí mismo”. Por ello, es necesario revisar las construcciones y reforzarlas para evitar posibles colapsos.
“Mientras no podamos predecirlos, lo que nos queda es mitigar los posibles daños, haciendo caso a las autoridades, efectuar simulacros y tomar estos fenómenos en su punto cabal”, finalizó.