“Nací con un balón en los pies”

El futbol se vuelve herencia desde el nacimiento. Su destino con el balón parecía escrito a partir de la infancia. Su padre fue un referente de Pumas en la década de los 90 y él quiere seguir su camino dentro de la institución azul y oro. “El futbol viene de familia y yo nací con un balón en los pies”, asegura Miguel Ángel Carreón con una sonrisa plasmada en el rostro.

El municipio de Iguala, en el estado de Guerrero, fue el lugar de nacimiento de la familia Carreón, apellido renombrado en el futbol mexicano. A sus 18 años, El Igualita recuerda que tenía 10 años cuando viajó a Ciudad de México para probarse con los universitarios. Después de cuatro meses de arduo entrenamiento, logró quedarse en la institución.

Su padre ha sido un respaldo para su carrera futbolística desde que se enfundó en los colores de Pumas. “Él me ha inculcado que el club representa garra y espíritu. Portar este escudo es único y diferente, significa siempre querer más que el rival”.

Miguel Carreón puede presumir algo que sólo pocos jugadores en la historia de Pumas alcanzaron: formar parte de los dos únicos títulos varoniles en categorías menores de los auriazules.

En 2019, Pumas sub-17 se coronó el en Estadio Olímpico Universitario frente al Atlas. “Ese estadio es motivación. Me imaginaba estar en primera división. Es un sueño que quería vivir desde los 10 años. De niño me prometía jugar una final ahí y se cumplió”.

El pasado 23 de octubre Pumas sub-20 fue campeón en el Estadio Jalisco, también ante los rojinegros. En ambas finales con el guerrerense en la plantilla. “Atesoro los dos títulos que conseguimos. Son motivación para todos los que hemos pasado los procesos de fuerzas básicas, para no perder de vista que nuestro objetivo principal es estar en primera división. Son momentos inolvidables”.

Portar este escudo es único y diferente, significa siempre querer más que el rival”

La emoción invade el rostro de Carreón cuando recuerda cómo fue el título obtenido con la sub-20. “Se vivía una sensación diferente. Una vibra impresionante. Todos nos llevamos bien, es un grupo muy unido. Esa fue la clave para nuestro campeonato”.

Otro de los momentos más felices que vivió en el futbol fue su debut en primera división. Carreón no pertenecía a la plantilla del primer equipo, viajó con la sub-20, pero en el duelo de Pumas ante Bravos en el Estadio Olímpico Benito Juárez recibió la oportunidad.

“Ya me había tocado estar en la banca en partidos anteriores y tenía la sensación de querer debutar. Esa noche, al llegar, me dijeron que no iba a jugar con la sub-20 porque saldría a la banca con el primer equipo”.

Igualita sonríe con nostalgia cuando piensa cómo fue pisar el césped de primera división con el equipo que lo ha visto crecer. “Es una felicidad inmensa, un sueño que imaginas desde niño. Son momentos que jamás se van a olvidar. Esa noche en especial no la creía. Cuando llegué a la ciudad, vi a mis padres, los abracé y les agradecí por todo lo que han hecho por mí”.

Ahora, Miguel Ángel Carreón contempla el siguiente Clausura 2023 como el torneo donde puede ganarse un lugar en la plantilla y sumar más minutos con el primer equipo de Pumas. Quiere ser un referente del Club Universidad Nacional, como su padre en los años 90, volverse indiscutible, y desea entonar el himno de México en la próxima Copa del Mundo en 2026.

El legado de los Carreón brilla intensamente en la Cantera de Pumas e Igualita es el encargado de mantener viva la herencia de su familia en el futbol.