Neoliberalismo a debate
Necesario concebir una alternativa
La desigualdad es el saldo más lastimoso que ha dejado a lo largo de más de cuatro décadas
De acuerdo con varios autores, el neoliberalismo no sólo es un modelo económico y político, sino también una ideología y una cultura, y para ofrecer una opción viable que lo sustituya no se puede dejar de lado esto.
“Es más, con el fin de instaurarlo se echó a andar toda una revolución cultural cuyos efectos persisten hasta nuestros días”, dice María Eugenia Romero Sotelo, académica de la Facultad de Economía.
En opinión de la académica universitaria, el neoliberalismo reemplazó el sentido común que se había construido en la posguerra y que pensaba en lo colectivo por otro que desde hace más de 40 años se centra únicamente en lo individual.
“Para Christian Laval y Pierre Dardot, autores de La nueva razón del mundo. Ensayo sobre la sociedad neoliberal, esta visión neoliberal tiene un alcance estratégico universal. De ahí la necesidad de empezar a concebir una alternativa. Ahora bien, esto aún no ha ocurrido porque la discusión en torno a dicha teoría aborda la economía y la política, pero no las relaciones sociales que se han establecido en el mundo a partir de él. En este sentido, creo que perdurará un buen rato más.”
Asimismo, desde el punto de vista del neoliberalismo, la sociedad no está conformada por personas iguales, sino desiguales, y plantea como elemento fundamental de su doctrina la competitividad, lo cual crea más desigualdad, ya que, en las sociedades de nuestro tiempo, el piso no es parejo para todos.
“Sin duda, la desigualdad es el saldo más lastimoso del neoliberalismo… Así pues, antes de pensar en otro modelo que lo pueda sustituir, tenemos que comprender de qué manera desplazó la idea de lo colectivo como el camino para buscar el bienestar común y le dio paso a la idea de lo individual como el camino para buscar la ganancia particular.”
Según Romero Sotelo, con todo y que el neoliberalismo no ha desaparecido en México, el gobierno mexicano actual ha dado pasos firmes para tratar de desactivarlo y, por supuesto, esos pasos han hecho que surja una gran resistencia.
“Uno de esos pasos que está a discusión es la reforma eléctrica. No apruebo todas las medidas que ha tomado este gobierno, pero sí esta reforma. El gobierno está apostando al bien común, no a la ganancia particular, y eso es bueno”, señala la especialista.
Huellas
Desde que se instauró como el modelo económico y político preponderante en la mayor parte del mundo, el neoliberalismo ha dejado diversas huellas en la vida de miles de millones de personas.
“Una es la idea de que la sociedad no existe, es decir, que en realidad somos una suma de individuos y que cada uno va por su cuenta y logra –o no–, solo, salir adelante. Otra es la creencia de que el Estado no tiene nada que hacer en la economía y que el mercado es el único que debe llevar sus riendas”, afirma Óscar Ugarteche Galarza, del Instituto de Investigaciones Económicas.
Para el investigador universitario, al quitar las regulaciones que había antes de la llegada del neoliberalismo se dio una concentración del ingreso en los países que lo adoptaron.
“Ahora, en términos teóricos, se reconoce que el neoliberalismo ya no camina, pues resulta evidente que la concentración del ingreso sigue creciendo y que hay una desigualdad nunca antes vista, así como más gente migrando de un sitio a otro porque no tiene forma de emplearse. Sin embargo, también resulta evidente que el consumo ha crecido con los créditos individuales, que la participación de la economía informal representa hoy en día un porcentaje considerable del Producto Interno Bruto y que el nivel del comercio internacional es mucho más alto que el que había hace cuatro décadas.”
Reemplazó el sentido común que se había construido en la posguerra y que pensaba en lo colectivo por otro que desde hace más de 40 años se centra únicamente en lo individual.
Ugarteche Galarza piensa, además, que el neoliberalismo es, desde el punto de vista político, una ideología que el pueblo en general ha hecho suya.
“Cuando caminas por el centro de Ciudad de México, de Bogotá o Lima lo que estás viendo es el emprendedurismo como resultado del ‘sálvese quien pueda’ que propugna el neoliberalismo. A pesar de que este camino no conduce a ningún sitio, muchísima gente se ha apropiado de él y no deja de transitarlo, convencida de que es el correcto.”
Respecto al fin del neoliberalismo, Ugarteche Galarza opina que, mientras no se conceptualice otra visión de la economía y la sociedad, será muy difícil desenraizarlo. “No es fácil quitarte de encima una ideología. Por eso resultará extremadamente complicado borrar la idea de que no hay sociedad, sino sólo individuos, y de que cada uno puede salir adelante solo”.