Lo que viene después de la invasión a Ucrania
“No se vislumbra una tercera guerra mundial, pero siempre está latente una conflagración”
Rusia lanzó un ataque contra diversos objetivos en Ucrania desde las primeras horas del 24 de febrero. Ante esta “operación especial”, como la definió el presidente ruso Vladímir Putin, medios del mundo y gente en redes sociales no tardaron en reaccionar, muchos de ellos con temor ante un conflicto armado entre Rusia y Estados Unidos, y los más aventurados, ante el inicio de lo que podría ser una tercera guerra mundial.
“Sin duda no habrá una tercera guerra mundial, eso no le conviene a nadie”, comenta Juan Manuel Portilla Gómez, de la FES Acatlán, y añade que “ya se anunció que no habrá una reacción militar de la OTAN (aunque este viernes 25 movilizó a su Fuerza de Respuesta, que dispone de hasta 40 mil efectivos), y si bien siempre está latente (una conflagración), al parecer Occidente no se involucrará mediante la fuerza, sino que optará por la vía de las sanciones.”
En este punto concuerda Eduardo Rosales, internacionalista y también profesor de la misma FES: “Los pronósticos son difíciles, sin embargo parece un conflicto regional en el que las potencias europeas apoyarán a Ucrania con insumos económicos o militares, pero no actuarán directamente. Por su parte, Joe Biden sabe que está en una posición débil y, hay que decirlo con responsabilidad, Estados Unidos ya no gana guerras, además que la opinión pública de su país no favorece el involucramiento” en un conflicto semejante.
¿Escalada, anexión o cese al fuego?
Para Portilla Gómez ya hay una guerra dado que, después del reconocimiento de Rusia a Donetsk y Lugansk, repúblicas separatistas prorrusas, y la posterior llegada de sus tropas a esa región ucraniana del Donbás, comenzó el ataque a siete ciudades, a instalaciones militares y aeropuertos. Sin embargo, ve difícil que haya un enfrentamiento frontal con países de la Unión Europea, la OTAN, o Estados Unidos; además, Putin ha dicho que no atentará contra la población civil, que sólo “desmilitarizará a Ucrania”, lo cual de cualquier manera puede representar violencia entre tropas de Kiev y soldados rusos que invadieron Ucrania con un número indeterminado de muertos, heridos y desplazados de guerra.
“Se habla de 150 mil tropas de Rusia, y aunque Ucrania no es pequeño, definitivamente hay asimetría. La respuesta de Ucrania no es suficiente, por lo cual es probable que en unas semanas o unos días, pueda haber un cese al fuego. Las tropas permanecerán en Donetsk y Lugansk, y quizá estas repúblicas soliciten su anexión a Rusia, lo que sería un cercenamiento de 20 por ciento al territorio ucraniano”, añade.
Sanciones contra Rusia, inoperantes
Eduardo Rosales opina que el ataque es una violación al derecho internacional contra la integridad territorial de Ucrania. Es probable que la reacción se quede en el terreno de las sanciones, algo que es inoperante. “El Consejo de Seguridad de la ONU está atado de manos, es un caso de excepción para este organismo, pero tienen derecho de veto los cinco miembros permanentes de este consejo: Reino Unido, Estados Unidos, Francia, Rusia y China. Por ello, no habrá condena unánime ni mucho menos un envío de fuerzas de paz. No creo que las sanciones tengan un efecto significativo ni que detengan a Rusia, pues ésta tiene una economía mucho más fuerte que en otros momentos, y Europa depende en 41 por ciento del gas ruso y en 27 de su petróleo. No se puede cambiar la realidad de un día para otro.”
Juan Manuel Portilla concuerda y apunta: “La ONU podría emitir una resolución, pero ésta no tiene carácter obligatorio, podrían haber embargos o boicots, pero es delicado porque Rusia es productor importante de energéticos, petróleo y sobre todo gas natural que se consume en Alemania y Francia, y se distribuye vía Ucrania. Las sanciones suelen ser poco eficaces como en Irak, Afganistán o Irán; además, Rusia ya lo había calculado y se blindó. Sólo le pegará a algunos bancos y empresas, pero no serían suficientes para disuadir”.
“Ningún país es autosuficiente, pero creo que sí ha habido un cálculo de Putin de ver el costo-beneficio. Desde 2014 ha tenido sanciones por su anexión de Crimea, también en Afganistán en los años 80, y allí sigue sin que se haya debilitado de manera especial”, comenta Portilla.
Para ambos especialistas, vivimos un cambio en el orden mundial, dado que se viola el artículo 2 de la carta de la ONU y otros más en cuanto a la integridad territorial, la soberanía de los estados y la soberanía limitada. También volvemos a ver conceptos de la Guerra Fría, como el espacio vital. “Lo que pretende Rusia son garantías de que Ucrania no ingresará a la OTAN. Si vemos algunas otras naciones de la órbita soviética como Rumania, Polonia, la entonces Checoslovaquia (hoy dividida en República Checa y Eslovaquia) y Hungría, ingresaron a la Organización del Tratado del Atlántico Norte sin problema, pero no son limítrofes con Rusia”, asegura.
Consecuencias en el mundo
Para ambos especialistas las consecuencias a nivel mundial se sentirán en el plano económico y financiero: “En lo económico habrá distorsión, ya las bolsas han estado descendiendo y el precio del petróleo se ha elevado en más de 100 dólares el barril. En México exportamos petróleo, pero aunque podría representar una oportunidad, también habrá efecto boomerang porque importamos gasolina. Si llega a haber escasez de gas, puede detenerse la industria”, advierte Portilla Gómez.
Si el conflicto se prolonga, el petróleo podría alcanzar un precio 20 o 30 por ciento mayor, con lo cual podría llegar a los 120 o 130 dólares por barril. Otra consecuencia es que se incrementaría la inflación en todo el mundo, empezando por Europa, Estados Unidos, México, y esto repercutiría en las tasas de interés.
Finalmente, lo que puede pasar a mediano plazo es que Ucrania se constituya como “estado neutral” y así no formaría parte de ningún bloqueo, aunque también existe el peligro de poner un gobierno prorruso.