Todas nuestras experiencias lo moldean

Nuestro cerebro es similar al Universo

El consumo de sustancias químicas provoca la inhibición de su capacidad plástica y la interacción entre sus regiones se vuelve rígida: Isabel Miranda, Instituto de Neurobiología

Todas las experiencias que vivimos diariamente moldean nuestro cerebro, por ello es importante alimentarnos bien, dormir lo suficiente, hacer ejercicio y, sobre todo, aprender y sorprendernos para que este órgano origine nuevos circuitos en su compleja red, afirmó la investigadora del Instituto de Neurobiología (INb) de la UNAM, Isabel Miranda Saucedo.

Al dictar la conferencia “Los universos en tu cerebro”, organizada por el INb campus Juriquilla, en el marco de la Semana del Cerebro 2025. “Moldea tu cerebro”, la científica llamó a los estudiantes, presentes en el Centro Cultural del Instituto, a nunca olvidar “el Universo que todos llevamos en nuestro cerebro”.

Al respecto, indicó que el cerebro humano es similar al Universo, sólo que éste a una escala mucho mayor. El cosmos está constituido por más de 200 mil millones de galaxias, mientras que el órgano más complejo del cuerpo “tiene una cantidad extraordinaria de neuronas: entre 86 billones y 100 billones, aproximadamente, todas en uso continuo”.

Destacó que ese número de neuronas es semejante a otra de las cualidades del Universo: un 5 % de éste, en promedio, es materia visible (estrellas), el restante 95 % es energía o materia oscura; en tanto que en el cerebro 15 % son neuronas y el otro 85 % células “que los científicos llamamos glía, y es lo que le da soporte, pero hora sabemos que también tienen funciones extraordinarias”.

Tanto el cerebro como el Universo, agregó la universitaria, tienen elementos comunes que contribuyen a entender la estructura observable o lo que científicas y científicos pueden estudiar. En el cosmos las galaxias se agrupan en filamentos y nodos creando la red cósmica, con similitudes de distribución y de nodos de conexión que ocurren en el cerebro para comunicarse.

Por otra parte, las neuronas se conectan y forman una red de complejas conexiones, axones y dendritas (parte fundamental de estas células), cada una de ellas “se comunica con muchas otras para formar circuitos que comparten información, y aquí los ceros aumentan, hablamos de 100 trillones de conexiones que se dan a lo largo y ancho de nuestro cerebro, y cuyas ramificaciones se logran gracias a puntos importantes que denominamos sinapsis, la cual nos indica cómo logra comunicarse una neurona con otra mediante un espacio propicio”.

Dijo que las células que forman el sistema nervioso se moldean y transforman mediante la acción de la sinapsis. “Lo que sentimos, pensamos, aprendemos o recordamos, básicamente son la expresión de la actividad de todo el cerebro, proceso que debemos a estas ramificaciones (axones o dendritas) que encontramos en todo nuestro cerebro”.

Mencionó que las modificaciones que se logran gracias a esas ramificaciones, representan la forma de ver el mundo, que cambiamos continuamente, de acuerdo con la intensidad o qué tan nuevas o relevantes sean nuestras experiencias personales.

Por tanto, expuso la experta, la actividad de nuestro cerebro está influida por lo que hacemos, lo que pensamos y lo que pasa alrededor de nuestro ambiente. “Toda experiencia modifica la conectividad entre las neuronas, la cual es dinámica y altamente cambiante. Estoy segura de que ningún cerebro es igual una hora después”.

Isabel Miranda añadió que gracias a la investigación que han realizado los científicos, en la actualidad las neurociencias nos aportan los primeros indicios de dónde y cómo comienzan los cambios, cómo se transforma el cerebro para guardar las representaciones de nuestra realidad.

“Ahora sabemos que nos acercamos a tener un poco de respuestas en torno a que la organización del cerebro es jerárquica, es decir, en niveles, hay complejidades de diferente orden que se acoplan unas a otras y se llaman estructuras anidadas, porque entre ellas pueden entenderse completamente”, puntualizó.

Asimismo, comentó que mientras más plástico sea un cerebro mejor puede moldearse. En ese sentido, “quienes realizamos investigación sobre el efecto de las drogas en el cerebro, hemos demostrado que éstas provocan que haya rigidez en dicho órgano, es decir que pierda la capacidad de moldearse debido a que se concentra en lo que se aprende, en lo que uno hace y siente cuando se consumen drogas”.

Entonces, recalcó, lo que el uso de sustancias químicas provoca es la inhibición de la capacidad plástica del cerebro, se vuelve rígida la interacción entre las regiones del cerebro, “por ello las personas que sufren esta ‘enfermedad’ sólo sienten consumiendo droga, porque ya no hay forma de que aprendan que algo diferente podría ser igual de placentero a lo que sintieron la primera vez que consumieron drogas”.

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