Semana del Cerebro

Nuevas opciones para tratar males psiquiátricos

La optogenética y quimogenética serán una realidad en 10 años, consideró Violeta Giselle López Huerta, del IFC

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190314-Aca7-etiquetaCon la meta de tratar a futuro enfermedades psiquiátricas y neurológicas sin intervenir el cerebro, en el mundo se ensayan, a nivel experimental en modelos biológicos (ratones), técnicas para tratar padecimientos específicos de nuestro órgano maestro, desde fuera de la cabeza del paciente.

En los próximos 10 años, técnicas como la optogenética y la quimogenética permitirán tratar males psiquiátricos y neuronales; pero además de la complejidad que representarían, habría que afrontar cuestiones éticas bien establecidas para poder practicarlas, indicó Violeta Giselle López Huerta, investigadora del Instituto de Fisiología Celular (IFC).

La optogenética combina métodos genéticos y ópticos para manejar neuronas, usando luz como agente inductor. Otra es la quimogenética, que utiliza receptores de diseño acoplados, por ejemplo, a proteínas específicas.

De esas innovadoras herramientas y la posibilidad de acceder al cerebro sin penetrarlo, la universitaria habló en la charla ¿Se Puede Manipular el Cerebro Vía Control Remoto?, como parte de la Semana del Cerebro en el IFC.

El órgano más complejo

El cerebro es el órgano más complejo de la naturaleza humana, aunque pesa solamente entre uno y dos kilogramos. Está formado 75 por ciento de agua y 25 por ciento de grasas, “pero consume 20 por ciento de la energía del cuerpo porque está relacionado con casi todas las actividades que realizamos”, explicó.

Contamos con un trillón de células gliales y cien billones de neuronas. Aunque las hay de diferentes tamaños, diseños y tipos, dependiendo de su actividad, todas las células cerebrales tienen un cuerpo y muchas ramificaciones que se llaman dendritas, que reciben toda la información de otras células, la integran en el cuerpo celular o soma, y la mandan a otras neuronas por medio de los axones, prolongaciones especializadas en conducir el impulso nervioso.

“Si alineamos todos los axones que tenemos en nuestro cerebro sumamos 160 mil kilómetros, una cantidad que podría dar cuatro veces la vuelta a la Tierra”, añadió.

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Comunicación eléctrica

Las neuronas utilizan electricidad para comunicarse y generan tanta energía que durante un día de estar pensando podrían encender un foco de 20 vatios.

“En 2006, un grupo de investigadores crearon la optogenética. Si nuestro cerebro está utilizando electricidad, que es una forma muy rápida de comunicación, necesitamos algo más rápido, como la velocidad de la luz, para controlarlo. La optogenética usa luz para controlar cierto tipo de neurona”, expuso.

En tanto, la quimogenética utiliza compuestos químicos sintéticos para poder controlar la actividad de las neuronas.

Hasta ahora, estas técnicas se usan para conocer a detalle las zonas básicas del cerebro y para ayudar, a futuro, a curarlo si está enfermo.

“Hay muchas afecciones en las que una o varias áreas específicas están afectadas y queremos saber si cambiando la actividad de algunas neuronas puede corregirse”, apuntó.

Al momento, los métodos son muy invasivos, reconoció López Huerta. Los modelos son sólo experimentales en ratones y no han pasado aún a modelo de primate.

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