María Andrea Giovine habla sobre su plan de trabajo

Nuevas tecnologías e inteligencia artificial, esenciales para el IIB

Es necesario refrendar la vocación de servicio de la Biblioteca y la Hemeroteca. Foto: Francisco Parra.

Los procesos para la preservación del patrimonio documental de nuestro país serán más ágiles y eficientes con el desarrollo exponencial de nuevas tecnologías y el uso de inteligencia artificial (IA), las cuales no son sólo herramientas de moda, sino representan prácticamente una cuarta revolución industrial que ya ha impactado todas las áreas del conocimiento.

Para la nueva directora del Instituto de Investigaciones Bibliográficas (IIB) de la UNAM, María Andrea Giovine Yáñez, durante los próximos cuatro años su objetivo será contraer un proyecto colectivo que empate con los nuevos retos del siglo XXI, que tendrá como ejes principales: la innovación, la interdisciplina y la vinculación.

“Es muy importante definir, en conjunto y en colectivo, la mejor forma de utilizar las nuevas tecnologías en nuestras misiones, y de preservar, conservar, resguardar, acopiar, estudiar y difundir nuestro patrimonio documental.”

Destacó que, frente a los cambios tecnológicos que se registran en todo el mundo, es importante refrendar la vocación de servicio de la Biblioteca y la Hemeroteca nacionales, estando cada vez más cerca de las necesidades de información y documentación del público, con el objetivo de generar más lectores, y que sean sitios donde la lectura continúe siendo un punto clave para el desarrollo del país.

“Es urgente disolver el aura de elitismo que empaña la imagen tanto de la Hemeroteca Nacional como de la Biblioteca Nacional y acercarlas a todos los lectores. Esta última no puede pensarse como un almacén de libros inaccesible en un edificio históricamente valioso, sino como un lugar vital y de encuentro permanente con la memoria histórica de un país”, refirió.

En el tema de la innovación, subrayó que ya no existe duda de que la IA y cualquier otra tecnología deben estar al servicio de los seres humanos. No vienen a desplazar el trabajo de las personas, sino, por el contrario, son herramientas para hacerlo más eficiente.

Aseguró que en el ámbito de las bibliotecas y de la investigación, el uso de la inteligencia artificial está arrojando buenos resultados, ya que permite hacer muchas más cosas, de manera más rápida y simplificada, siempre con la supervisión de los expertos.

“Es necesario que los especialistas en cada una de las áreas, tanto en la investigación como en los procesos técnicos, sean quienes abanderen esa modulación en el desarrollo de las nuevas tecnologías, específicamente para nuestras necesidades.”

Reconoció que uno de los grandes retos que hoy enfrenta el Instituto de Investigaciones Bibliográficas es la digitalización de una gran cantidad de materiales y documentos que se resguardan en la Biblioteca y la Hemeroteca nacionales, como parte del patrimonio documental del país, por lo que uno de los principales desafíos es hacerlos más accesibles para su consulta, ya sea presencial o a distancia.

En ese sentido, apuntó, ya se exploran diferentes herramientas de IA que pueden ir mucho más allá de la digitalización, y que además de capturar fotografías son capaces de traducir textos, reconocer caracteres, procesar y clasificar información para programar motores de búsqueda o desarrollar sistemas de minería de datos, lo cual resultará de gran utilidad al optimizar las tareas de los investigadores.

De igual forma, las nuevas tecnologías digitales pueden auxiliar, de manera significativa, en los trabajos que se llevan a cabo en áreas como el departamento editorial, corrección de estilo y todas las cuestiones relacionadas propiamente con los distintos pasos de este proceso, siempre con la supervisión clara e inteligente de los especialistas.

Respecto al eje interdisciplinar, que se considera en su plan de trabajo, Giovine Yáñez comentó que una de las tareas es lograr que el Instituto se consolide en un espacio de excelencia y un referente en el que confluyan no sólo áreas como la historia o la filología, sino también otras ramas del conocimiento, entre ellas las disciplinas científicas o las ciencias sociales, a fin de que puedan hacer investigaciones interdiplinarias a partir de los acervos que se encuentran bajo resguardo y que muchas veces se desconocen.

Indicó que durante su gestión también se pondrá especial énfasis en el tema de la vinculación interinstitucional, promoviendo un mayor acercamiento y colaboración con las cuatro grandes coordinaciones de la UNAM: Humanidades, Investigación Científica, Estudios de Género y Difusión Cultural. Además, abriendo foros de discusión y análisis sobre temas de la agenda nacional, así como de compartir experiencias con bibliotecas estatales o internacionales que también resguardan documentación patrimonial.

Finalmente consideró que tanto la Biblioteca Nacional como la Hemeroteca deben convertirse en lugares esenciales de encuentro del conocimiento y la cultura con la gente, espacios simbólicos y reales en los que todas y todos los mexicanos podamos sentir cercanía con nuestro patrimonio documental.

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