Se estima que cada año cerca de 20 mil ballenas grises y seis mil jorobadas migran a las costas del Pacífico mexicano y las Islas Revillagigedo, donde encuentran sitios propicios para aparearse y cuidar de sus crías, destacó Luis Medrano González, académico de la Facultad de Ciencias.
En el mundo hay 14 especies de ballenas y de éstas tenemos ocho en México, cada una de ellas con sus propios hábitos de migración o desplazamiento, informó.
De las que hay en el país, sólo dos son migratorias en sentido estricto: la gris y la jorobada. Durante el verano, la primera se encuentra en el Mar de Bering, donde se alimenta, y en otoño migra hacia aguas mexicanas en donde se aparea y empieza a lactar a sus bebés.
La ballena jorobada, añadió, tiene un ciclo de vida similar, sólo que su distribución es mucho más amplia. En el verano se alimenta en aguas que van desde California hasta las Islas Aleutianas y durante el invierno migra a regiones del Pacífico mexicano y Hawái.
Además, señaló, a México llega una segunda subpoblación de ballenas jorobadas que en verano se alimentan en la región ubicada entre Alaska y las Islas Aleutianas y en el invierno se reproducen alrededor de las Islas Revillagigedo.
Con su ciclo migratorio, detalló, optimizan los procesos de alimentación y reproducción; de este modo, en el verano se trasladan a regiones de latitudes subpolares. Ahí encuentran mucho alimento y durante el invierno van a regiones más cálidas, sobre todo las costas mexicanas, donde hay condiciones adecuadas para su reproducción, lo que incluye el apareamiento, el parto y la primera etapa de la lactancia.
Si bien, desde mediados del siglo pasado hay una industria de observación turística de ballena gris que ha sido el símbolo de Baja California en lagunas costeras como Ojo de Liebre, Guerrero Negro y Bahía Magdalena, también hay una gran cantidad de ballenas jorobadas que pasan el invierno en aguas de Baja California, en Los Cabos sobre todo”
Luis Medrano
Facultad de Ciencia
Las ballenas –con lo almacenado en el verano– básicamente no se alimentan durante el invierno. Es cuando las hembras buscan tener a sus ballenatos en aguas donde no tengan tanto frío y por lo tanto las crías no gasten mucha energía en mantener su temperatura. Éstas también son aguas más tranquilas, ahí estos mamíferos pueden mantener a sus recién nacidos más seguros de las severas tormentas invernales que suele haber en las regiones subpolares, explicó el biólogo.
El ciclo migratorio es anual, entre verano e invierno, de modo que cuando una ballena hembra se aparea en aguas mexicanas, pare hasta el año siguiente porque su periodo de gestación dura cerca de 10 meses, refirió el especialista en biología y conservación de la ballena jorobada en el Pacífico mexicano.
“Si bien, desde mediados del siglo pasado hay una industria de observación turística de ballena gris que ha sido el símbolo de Baja California en lagunas costeras como Ojo de Liebre, Guerrero Negro y Bahía Magdalena, también hay una gran cantidad de ballenas jorobadas que pasan el invierno en aguas de Baja California, en Los Cabos sobre todo.”
Las ballenas jorobadas no sólo se concentran en Baja California. En el invierno también pueden localizarse en las costas de Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Colima, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas, e incluso llegan hasta Centroamérica, además de la subpoblación de esta especie que pasa el invierno alrededor de las Islas Revillagigedo, puntualizó.
Su canto
La comunicación en el caso de las ballenas es fundamentalmente mediante distintos sonidos. Esto no quiere decir que tengan un lenguaje, porque hasta donde se sabe no es así, mencionó.
Las ballenas emiten chirridos y mugidos de corto alcance. En particular, los sonidos de las ballenas azules son de muy baja frecuencia, los cuales, se ha probado, pueden propagarse hasta 10 mil kilómetros, precisó el experto.
Los machos de las ballenas jorobadas producen una serie de sonidos estructurados en secuencias periódicas bien definidas que se llaman cantos y cuya función todavía está a debate. Pero lo que sí se sabe es que son sonidos de agregación mediante los que anuncian su presencia y condición a otros animales, quizá a las hembras, porque predominantemente los machos de las ballenas jorobadas cantan en las regiones de reproducción durante el invierno, concluyó.