José Manuel Cravioto, egresado del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), hoy Escuela Nacional de Artes Cinematográficas (ENAC), tuvo desde niño acceso a libros y fotografías sobre el Movimiento Estudiantil del 68, un acontecimiento con un final trágico hace ya 51 años. Saber que esto sucedió en nuestro país fue para él muy perturbador.
En 2014 se planteó investigar sobre testimonios y empezó a armar un mapa de aquellos hechos que transformaron a México en muchos sentidos. El resultado: el largometraje Olimpia, una película que narra las historias de tres jóvenes miembros de una brigada en la Universidad Nacional durante el movimiento. Y lo hace por medio de fotografías, filmaciones y escritos. Las historias ya estaban ahí, en el aire, en su corazón, en su cabeza.
Al indagar más para darle forma a su proyecto se dio cuenta que de lo que no se había hablado era del movimiento; prácticamente todo estaba enfocado a la matanza en la Plaza de las Tres Culturas. Así que decidió recuperar parte de las experiencias que le relataron algunos maestros suyos, quienes participaron en la producción del documental El grito, de Leobardo López, y a la vez crear personajes de carne y hueso, darles rostro, voz y una biografía, lo que llegaría a ser el eje de su narrativa.
Su intención desde un inicio no fue dar una explicación de los sucesos, sino exponer qué pensaban los jóvenes que salían a las calles a protestar, estudiantes de a pie, hijos de familia, gente de todo tipo de clases sociales que querían un país mejor.
El joven cineasta, ganador de cuatro premios Ariel y dos Diosas de Plata, entre otros, eligió cinco historias para ilustrar el movimiento estudiantil. Una de ellas es la de la poeta uruguaya Alcira Soust Scaffo, quien se resguardó en los baños de la Torre de Humanidades durante ocho días, cuando el ejército ocupó las instalaciones de Ciudad Universitaria. Sus personajes principales son Rodolfo, Raquel y Hernán, encarnados por Luis Curiel, Nicolasa Ortiz-Monasterio y Daniel Mandoki, respectivamente.
Filmado en la UNAM
Para Daniel Mandoki este es su primer largometraje. Empezar su carrera actoral con Olimpia es para él un verdadero regalo. “No sólo porque estás contando la historia del movimiento estudiantil que cambió a México, y se le da voz a estos chavos tan valientes, sobre todo porque es un proyecto hecho con amor, filmado en la UNAM y en las calles de Tlatelolco”.
Nicolasa Ortiz-Monasterio antes del rodaje entró de lleno a averiguar cómo vestían, se expresaban y qué pensaban las chicas de aquella época. De inmediato comparó: “Mi modo de relacionarme con los hombres y la vida es muy desfachatado. Cómo uno se relaciona hoy con los demás ha evolucionado”.
Luis Curiel comenta: “Mi personaje, Rodolfo, es el tipo de joven que busca un propósito en la vida. Su visión era captar imágenes mediante su pequeña cámara de cine. Eso habla de cómo con una profunda pasión y desde tu trinchera puedes contribuir a cambiar las cosas que no funcionan”.
Para la animación de Olimpia se utilizó la técnica de rotoscopia, que consiste en intervenir cada cuadro en el momento de la posproducción. Se hizo de forma digital y en esta ardua y creativa tarea intervinieron cien artistas, todos ellos alumnos de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM. La textura que se logró fue algo cercano al óleo, una experiencia plástica.
A decir de su director, Olimpia no es una cinta para que funcione sólo en festivales o en taquillas, sino primordialmente para atraer la atención de los jóvenes y que en algo impacte en sus vidas. Este largometraje es también en cierto modo una ofrenda colectiva para todos aquellos que perdieron la vida durante la represión del movimiento estudiantil.
Daniel Mandoki la recomienda porque le ha movido internamente. “Paso por un arco emocional, a veces me enoja, otras me duele y me conmueve. El espíritu de los chavos se me transmite y después de verla salgo con ganas de hacer algo que modifique aquello que está mal”.
Nicolasa Ortiz-Monasterio: “Al verla uno sale con unas ganas de luchar por lo que quiere… Lo voy a decir en una sola expresión: La película está chingona”.
Luis Curiel: “Es algo esperanzador, te llena de fuerza. Me recuerda lo bonito que es comunicar tus ideas, sin importar que te tachen de idealista y romántico. Olimpia es un bálsamo a la herida, a la cicatriz”.
Pero vamos al grano. En dos o tres palabras,
Lo que pasa poderosos señores,
Es que el mundo que ustedes nos heredan
Es un poco demasiado puerco, viejo y podrido
Y definitivamente no nos gusta.
(“Perdón por la redundancia).”
(Fragmento del poema de Elsa Cross A quien corresponda, y que se escucha completo al final de Olimpia)
Hecho por jóvenes
Thriller, cine negro, película de animación. Olimpia es todo eso y más, una nueva mirada al Movimiento Estudiantil del 68 que corrobora que la consigna “2 de octubre no se olvida” no es un panfleto, y que una de las mejores maneras de validarlo es con una manifestación pacífica por medio del arte, como así acontece con la creación de este trabajo hecho por jóvenes para otros aún más jóvenes.
La película se podrá ver en cualquiera de las 40 salas de los complejos cinematográficos de Ciudad de México, donde se estrenará, y en particular en el Cinematógrafo del Chopo, a partir del 27 de septiembre. Son también parte del elenco: Diego Cataño, Lumi Cavazos, Tiaré Scanda, Rolf Petersen, Juan Pablo de Santiago y Valentina Buzzurro. El director de fotografía es Iván Hernández, la edición de Jorge Macaya, y el diseño de producción es de Bárbara Enríquez. Producción ejecutiva: Pirexia Films, Guadalupe Ferrer, Filmoteca UNAM y Armando Casas.