La Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel

Oportunidad para reeducarnos sobre el medio ambiente

Es habitada por al menos mil 500 formas de vida nativas adaptadas a las condiciones naturales del sur de la Cuenca de México

Foto: Juan Antonio López.
La Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (REPSA) es un área natural urbana que pertenece a la Universidad Nacional. En ella se resguardan 237 hectáreas de un ecosistema único, el matorral xerófilo de palo loco, habitado por al menos mil 500 formas de vida nativas adaptadas a las condiciones naturales del sur de la Cuenca de México.

Ratificada en marzo pasado como secretaria ejecutiva de la REPSA para un segundo periodo (2022-2026), Silke Cram Heydrich mantiene como eje de su gestión en ese espacio un Plan de manejo adaptativo que inició en su primera administración y que continuará aplicando de manera flexible a las condiciones de la reserva. Se trata de un proyecto basado en el método científico para el planteamiento, reflexión, discusión y manejo de problemas ecológicos, sociales y administrativos.

El Plan de manejo adaptativo fue aprobado por el Comité Técnico de la REPSA, el 10 de junio pasado, como parte del refrendo de la Universidad sobre el compromiso de resguardar, desde 1983, el ecosistema nativo de Ciudad Universitaria (CU).

Dicho plan busca ser una herramienta socioecológica que guíe y coordine las acciones de conservación de la vida silvestre nativa de CU, afirmó Cram, especialista en suelos y también investigadora del Instituto de Geografía (IGg).

Para este segundo periodo, Cram y su equipo de trabajo se centrarán en mantener las acciones que han promovido la permanencia de la Reserva, así como velar por que sean reforzadas; en actualizar el portal web, ya que será el medio oficial para compartir y sumar acciones al Plan de manejo adaptativo, y en promover la documentación del proceso, el cual busca hacer de las actividades cotidianas del manejo una fuente de investigación-acción a partir de la cual se aporte a la formación de profesionales integrados conscientemente a su entorno.

Conservar o preservar

En entrevista, Cram explicó que “el principal objetivo de este segundo periodo es conservar o preservar la reserva ecológica”. Aclaró que el Plan de manejo adaptativo está constituido por seis programas: gobernanza, preservación, atención a factores de presión, comunicación socioecológica, manejo integral del paisaje e información y conocimiento.

“En esos apartados identificamos todos los asuntos que atendemos día a día y los clasificamos en los seis programas. En estos cuatro años trabajaremos en lo que establece el Programa de manejo adaptativo, le daremos seguimiento a las acciones y haremos un balance para saber cuáles nos están sirviendo o, en su caso, adaptar la forma de hacer las cosas”, aseguró.

Cram consideró que la REPSA significa una oportunidad única para reeducarnos y recrearnos en un ámbito diferente a la naturaleza artificializada que encontramos en los parques, camellones y áreas verdes de la ciudad. “Su paisaje natural, el cual está circunscrito a la dinámica de Ciudad Universitaria y al de la megaurbe de Ciudad de México, es un fiel reflejo del paisaje anterior a la transformación del Valle de México”, señaló.

Desarrollada sobre 800 kilómetros cuadrados de derrame lávico del volcán Xitle, la REPSA abarca la tercera parte del campus universitario y representa el patrimonio natural de la Universidad Nacional y por consecuente de la sociedad mexicana. Conservándolo y permitiendo que siga su proceso natural podremos apreciar su inigualable riqueza y compartir este legado con las generaciones venideras.

“Tenemos el privilegio de convivir con estas mil 500 especies de vida y de contar con este ecosistema. Cuidar la biodiversidad es una forma de cuidarnos a nosotros mismos”, concluyó.

Para sumarnos al cuidado y protección de la vida silvestre nativa del campus, es importante entender estas medidas de convivencia acerca de los habitantes de la reserva:

  • CU es su casa, aquí viven, no están perdidos y no es necesario llevarlos a otro lado.
  • La vida silvestre es libre; por ello, no es ni debe ser mascota.
  • Se considera maltrato el darle de comer y el abandonar plantas y animales domésticos en el campus.
  • Es necesario respetar el límite de velocidad de 40 km/hr.
  • Si encuentras a un animal vulnerable (extraviado, atrapado o visiblemente enfermo o lastimado) llama a Reacción PUMA al 55-56-22-64-64.
  • Reporta a Reacción PUMA presencia de humo o fuego o cualquier acto que dañe al ambiente dentro de CU.
  • Si quieres proteger la vida silvestre de CU, infórmate y súmate a las acciones de conservación en: www.repsa.unam.mx.

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