Puede causar trastornos gastrointestinales
Ozempic, ¿el milagro de las estrellas?
El medicamento utilizado contra la diabetes es promocionado por influencers como un producto que ayuda a bajar de peso de manera prodigiosa; su uso sin supervisión médica podría provocar daños a la salud: Adela Alba Leonel, de la FM
Una alfombra roja y una socialite bastaron para convertir un medicamento que combate la diabetes en el nuevo producto milagro para bajar de peso. Después de su paso por la alfombra roja de la Met Gala 2022, muchos influencers virtuales se preguntaron cómo es que Kim Kardashian había conseguido bajar de peso en poco tiempo. La respuesta corrió velozmente de boca en boca: utilizó Ozempic.
De acuerdo con Google Trends, tan sólo en México, desde esa fecha hasta el presente, las búsquedas relacionadas con el medicamento inyectable han alcanzando su pico máximo de popularidad en marzo de este año, un mes después de que se reportó desabasto en diversos puntos del país y Estados Unidos, según la Administración de Alimentos y Medicamentos, de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés).
A pesar de su popularidad, el empleo de este semaglutida como herramienta para perder peso tiene riesgos en la salud, ya que su registro sanitario no autoriza su ingesta para este fin, por lo que se está usando como producto milagro.
“Hoy sabemos que se oferta, promovido como un producto milagroso, porque en realidad no tiene registro ante la FDA ni la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) o la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), que es la instancia reguladora en México”, recalca Adela Alba Leonel, académica de la Facultad de Medicina (FM).
A lo que agrega: “no cuenta con registro para el control de peso ante la FDA, la EMA ni la Cofepris. Y los fármacos se prescriben por una razón: un padecimiento o síntoma. También hay que señalar que ninguno es inocuo, todos tienen ciertas contraindicaciones, así como curan una enfermedad, pueden causar otros daños”.
Peligros
La también profesora de la División de Estudios de Postgrado de la FM apunta que el Ozempic es “un medicamento de tipo hipoglucemiante que se utiliza para pacientes que son diabéticos no controlados, o bien que tienen intolerancia a la metformina”.
“Su labor consiste en sintetizar las células –sobre todo de tipo L– del intestino, que son las que absorben todos los nutrientes de los alimentos y se convierten en energía. La hormona es secretada, básicamente, como resultado de la ingesta de alimentos, y causa que aumente la secreción del páncreas, liberando insulina como una respuesta a los niveles de glucosa que están circulando en la sangre. Asimismo, suprime o, digamos, disminuye el apetito. Otra de sus funciones es retrasar el vaciamiento gástrico”, agrega.
La investigadora universitaria alerta que “no se debe utilizar en niños y en menores de 18 años, ni en personas que tengan antecedentes familiares de carcinoma medular de tiroides, de insuficiencia renal o hepática o síndrome de neoplasia endocrina. Tampoco lo deben tomar las mujeres embarazadas o que estén lactando”.
Reacciones adversas
Entre las reacciones adversas que se han reportado se encuentran “trastornos gastrointestinales, que incluyen desde náuseas, diarreas y hasta vómitos. Los menos frecuentes son el dolor o distensión abdominal, estreñimiento, dispepsia, gastritis, reflujo gastroesofágico, eructos y flatulencias. Son las reacciones más leves, porque de acuerdo con la literatura todavía no hay evidencia de su uso para bajar de peso en humanos. En estudios con roedores se ha observado que existe el riesgo de desarrollar tumores en la glándula tiroides, incluidos los carcinomas medulares tiroideos, así como pancreatitis aguda y problemas de la vesícula biliar (sobre todo cálculos biliares)”.
Además, subraya, al adquirirlo ponemos en riesgo la vida de otras personas que lo necesitan para su día a día.
“A veces los pacientes toman en cuenta los fármacos que se ofertan y venden de forma indiscriminada como productos milagro, pero siempre hay que evaluar el riesgo-beneficio; porque tal vez sí baje de peso, sin embargo es posible que cause otros daños los cuales pueden ser irreversibles, e inclusive la muerte. Estos productos no cuentan con un respaldo de las autoridades, no hay un registro sanitario que tenga la evidencia científica con estudios que sustenten su efectividad. La responsabilidad de consumir un medicamento es de todos”, concluyó.