El glaucoma es una enfermedad neurodegenerativa que daña al ojo, específicamente al nervio óptico, y provoca inicialmente una afectación de la visión periférica (del campo visual) del paciente que, si no se detecta y trata de manera adecuada, puede progresar hacia una pérdida de visión más grave e incluso a la ceguera, alertó el médico oftalmólogo Félix Gil Carrasco, profesor de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.
“Debido a una alta presión intraocular, reduce el ángulo de visión y puede causar ceguera”, dijo en el contexto del Día Mundial del Glaucoma, que se conmemora mañana 12 de marzo.
El experto añadió que en México el glaucoma afecta entre el 2 y el 4 % de la población mayor a 40 años. “Tienen más predisposición a padecerlo las personas de origen afro y las mestizas con esa influencia genética, cuya tasa se ubica del 4 al 6 % en los mayores de 40 años”.
En tanto, según el Informe Mundial sobre la Visión, presentado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2019, más de 1,000 millones de personas en todo el mundo viven con deficiencia visual porque no reciben la atención que necesitan para afecciones como la miopía, la hipermetropía, el glaucoma y las cataratas, los padecimientos más frecuentes en los ojos.
Gil Carrasco consideró que el Día Mundial del Glaucoma es una fecha muy importante, porque difunde información sobre una enfermedad silenciosa que todavía hace dos décadas era casi desconocida en nuestro país.
Agregó que hay varios tipos de glaucoma, y en todos ellos el nervio que conecta el ojo con el cerebro está dañado, generalmente por una presión ocular elevada. El más común es el de ángulo abierto, que no suele presentar otros síntomas aparte de una pérdida gradual de la visión. También está el de ángulo cerrado (aunque es poco frecuente), que es una emergencia médica y sus síntomas incluyen dolor ocular, náuseas y alteración repentina de la visión. El tratamiento incluye colirios, medicamentos y cirugía.
Gil Carrasco aclaró que este padecimiento no se cura, pero hay tratamientos para evitar que continúe la reducción del ángulo de visión, básicamente controlando la presión intraocular.
Importante, el diagnóstico temprano
“Es muy importante el diagnóstico médico temprano, que solamente se logra por medio de consultas al oftalmólogo al menos dos veces al año para el público en general, y más frecuentes cuando hay antecedentes de glaucoma u otras enfermedades de los ojos en padres y hermanos”, recomendó el especialista.
Precisó que los síntomas dependen del tipo de glaucoma: el de ángulo abierto (el más frecuente) no tiene síntomas en las etapas iniciales; progresivamente aparecen puntos ciegos dispersos en la visión lateral o periférica, y en etapas posteriores se tiene dificultad para ver cosas en la visión central.
En el glaucoma de ángulo cerrado se presenta dolor de cabeza y de ojos intenso, náuseas o vómito, visión borrosa, halos o anillos de colores alrededor de las luces y enrojecimiento de los ojos. El glaucoma de tensión normal tiene ausencia de síntomas en las etapas iniciales, visión progresivamente borrosa y, en etapas avanzadas, pérdida de la visión lateral.
A su vez, el glaucoma en niños presenta visión opaca o nublada en el ojo, aumento del parpadeo, lágrimas sin llanto (estos tres síntomas en bebés), visión borrosa, miopía que empeora y dolor de cabeza.
Y el glaucoma pigmentario produce halos alrededor de las luces, visión borrosa al hacer ejercicio y pérdida gradual de la visión lateral.
Según la página electrónica de la Clínica Mayo, el glaucoma se desarrolla cuando el nervio óptico se daña, y a medida que se deteriora progresivamente aparecen puntos ciegos en la visión. Por motivos que los médicos no comprenden del todo, normalmente se relaciona con un aumento de presión en el ojo.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, es la segunda causa más común de ceguera en el mundo, y 4.5 millones de personas lo padecen en la actualidad. Se estima que en México hay cerca de 1.5 millones de personas aquejadas por esta enfermedad y hay hasta 50,000 casos de ceguera por su detección tardía.