Académico de Investigaciones Filosóficas

Pau Luque, ganador del Premio Anagrama

Las cosas como son y otras fantasías, ensayo distinguido entre más de 165 textos procedentes de 16 países

Pau Luque, investigador y profesor del Instituto de Investigaciones Filosóficas, ganó el cuadragésimo octavo Premio de Ensayo Anagrama, uno de los más importantes de habla hispana y que han obtenido prestigiosos escritores y pensadores desde que se creó en 1973.

Para el universitario, el galardón es una enorme satisfacción, pues es muy relevante, “y la lista de ganadores es abrumadora, en ella hay escritores y escritoras que yo admiro, como Carmen Martín Gaite o Carlos Monsiváis. Me hace feliz que me lo hayan concedido, pues soy uno de los grandes creyentes del ensayo no académico”.

Pau Luque, quien se encuentra en España en este momento, comentó que recibió la notificación de la distinción cuando estaba en confinamiento en Ciudad de México, a finales de mayo.

El autor del ensayo triunfador Las cosas como son y otras fantasías, señaló: “La UNAM me ha ayudado muchísimo, me ha proporcionado las condiciones materiales para poder escribir; no sólo esto, sino para que también pueda dedicar tiempo a explorar estas cuestiones de las relaciones entre arte y moral”.

El investigador dijo que el premio le da proyección al trabajo que hacen la Universidad Nacional y el Instituto de Investigaciones Filosóficas: “Me gusta esa visibilidad”.

El ensayo estará disponible en digital desde el 23 de septiembre, y en físico podrá adquirirse en esa misma fecha en España, mientras que, en México, en noviembre.

Fue elegido entre más de 165 textos procedentes de 16 países, y se refiere a la relación entre el arte y la moral. Para Daniel Rico, uno de los jueces del concurso, “Pau Luque erige con este libro inteligente y entretenido un alegato en favor de la imaginación y un elogio de la incertidumbre y la imperfección. A través de un itinerario literario muy personal, el filósofo nos muestra que nuestro universo moral sólo puede ensancharse de la mano del diablo, bajando al reino de las ‘virtudes imperfectas’, abriendo la realidad a la imaginación incisiva y comprensiva. Que el juicio moral, en suma, no se forma con toga, mazo y peluca, sino con cuernos, tridente y llameante pelambrera”.

Foto: Fernando Velázquez.

La compasión

En Las cosas como son y otras fantasías, apuntó el autor, “se puede encontrar una interpretación de la obra de Nick Cave, para saber qué es la compasión y con eso entender qué es la crueldad. También una sobre cómo en el periodismo de opinión se ha ido arrinconando en algunos lugares del mundo a los artistas y escritores, y es una especie de revival de la vieja pulsión platónica que quiere expulsar a los artistas de la ciudad y de por qué es una mala idea. También hay un planteamiento de que la imaginación literaria es una forma de atacar un cliché misógino, según el cual a las mujeres escritoras se les da mejor la introspección y eso las inhabilita para la imaginación. Históricamente la literatura introspectiva no salía a la luz pública, y yo menciono a tres autoras, una catalana, una española y una mexicana, Fernanda Melchor, con Temporada de huracanes. Las cito como ejemplo de cómo usan la imaginación para atacar este cliché.

“También hablo de la historia de las ideas y cómo es una rueda de la fortuna y que hay énfasis para todo. Se pone énfasis en las virtudes perfectas. Las virtudes son el bien, la justicia, aquellas que se fijan en actitudes que no dejan ningún espacio para la inmoralidad; son perfectas porque todo se hace como lo prescribe el ideal moral. En las imperfectas hay espacio para la inmoralidad. Se puede ser compasivo con quien se porta mal”, finalizó.

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