Investigadora posdoctoral de Física
Penélope Rodríguez gana Beca L’Oréal por proyecto farmacéutico
Contribuye a que los medicamentos no tengan efectos negativos; dilucida también aspectos del origen de la vida
Por un proyecto que abarca la relación entre el origen de la vida y las problemáticas farmacéuticas actuales, Penélope Rodríguez Zamora, investigadora posdoctoral del Instituto de Física (IF), se hizo acreedora a la Beca L’Oréal-Unesco-AMC 2020, en el área de Ciencias Exactas, reconocimiento instituido en 2007 para promover la participación de las mujeres en la ciencia.
Con el trabajo “Quiralidad de nanoestructuras híbridas biometálicas”, abarca dos temas que en apariencia no tienen relación. El hilo que los une es precisamente esa propiedad geométrica presente en muchas partes del universo.
La quiralidad, explicó la especialista, se presenta desde lo más pequeño que existe, las partículas elementales, hasta algunas de las estructuras más grandes, como las galaxias. Esta propiedad espacial se define con respecto a la imagen espejo, es decir, “si tenemos un objeto cuya imagen en un espejo no se puede superimponer al objeto mismo por completo, entonces decimos que es quiral”.
El ejemplo más claro son las manos. “Si nos fijamos, la izquierda es la imagen espejo de la derecha, pero cuando tratamos de superimponerlas no podemos hacer que encuadren perfectamente; si las ponemos una sobre la otra, no coinciden los pulgares, o si la ponemos del otro lado, una es la palma y la otra es la parte posterior, y tampoco coinciden”.
Como ellas, los objetos quirales tienen un “izquierdo” y un “derecho”, a los cuales se les llama enantiómeros o enantiomorfos. Así ocurre también en la quiralidad biológica a nivel molecular, o en sistemas que nada tienen que ver con la biología, como las nanopartículas metálicas.
El ADN que nos constituye, y los aminoácidos que forman las proteínas de las que estamos hechos, son quirales. El ADN está formado por azúcares “derechos” y su doble hélice gira siempre para el mismo lado, y los aminoácidos son casi en su totalidad “izquierdos”.
Penélope Rodríguez señaló que en su caso utiliza nanoestructuras híbridas biometálicas, un núcleo con nanopartículas metálicas: de oro, plata o cobre (con un tamaño de 1 por 10-9, es decir, la mil millonésima parte de un metro), con biomoléculas a su alrededor, específicamente con uno de los 20 aminoácidos no esenciales, llamado cisteína, o el tripéptido denominado glutatión.
Su investigación básica tratará de entender cuáles fueron los mecanismos por los cuales se rompió esa simetría, dando paso a sistemas quirales, y la evolución del ADN y los aminoácidos.
Visibilizar
Con colaboradores en el IF y la Facultad de Medicina, Penélope Rodríguez calificó la obtención de la beca como un honor y un gran reconocimiento dentro de su carrera. “Estoy muy contenta de haberla recibido, sobre todo porque busca visibilizar el trabajo de las mujeres dentro de la ciencia. La desigualdad de género en términos de que no hay una representación más grande de mujeres en áreas como física, ingeniería o matemáticas, es algo que hay que evidenciar y trabajar para que cambie”.
Este premio sirve para demostrar que “hay mujeres que trabajamos en ciencia y la importancia de nuestro trabajo, además de proporcionarnos un apoyo para nuestra carrera académica. Es un incentivo para las niñas o las jóvenes que piensan como opción una carrera científica, para que reafirmen su intención y formen parte de este quehacer que es bastante satisfactorio”, concluyó.
La Beca L’Oréal-Unesco-AMC 2020 se entrega a científicas mexicanas que obtuvieron el grado de doctora en los últimos cinco años y no han cumplido 40 años; consiste en el otorgamiento de cien mil pesos, que deberán destinarse a la realización del proyecto presentado. Para designar a las ganadoras, el jurado tomó en cuenta calidad, originalidad, independencia y relevancia de la línea de investigación de las candidatas.