Perro sin plumas, danza construida por un bordado de lenguajes

La obra de Deborah Colker fue inspirada en el libro del poeta João Cabral de Melo Neto; la coreografía fue reconocida con el Premio Benois de la Danse en Moscú

Foto: CAFI/cortesía de la artista y de Danza UNAM.

Deborah Colker es una coreógrafa brasileña reconocida internacionalmente. Ha sido la primera mujer en crear y dirigir un espectáculo para Cirque du Soleil; también fue la directora de movimiento para la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016, y es la primera artista de ese país en recibir el Premio Laurence Olivier, el más prestigioso del teatro británico.

En el año 2014 Colker leyó El perro sin plumas (1950), libro del poeta João Cabral de Melo Neto (1920-1999). De ese texto surgió la inspiración para una de las coreografías que Colker ha llevado por el mundo: Perro sin plumas, montaje emblemático de su compañía (ganó el Premio Benois de la Danse 2018 en Moscú), que se presentará en Ciudad de México como parte de una extensión del Festival CulturaUNAM 2024, y en el marco del 30 aniversario de la compañía de la coreógrafa nacida en Río de Janeiro.

Deborah Colker es incansable, la danza y el arte son pasiones que la mueven intensamente. Estuvo en Nueva York dirigiendo una ópera, recién estrenada en el Metropolitan Opera House, sobre Federico García Lorca. Vendrá a México y permanecerá en el país hasta noviembre, pues las festividades del Día de Muertos forman parte de la investigación que realiza para la ópera de Gabriela Lena Frank, El último sueño de Frida Kahlo y Diego Rivera, que se estrenará en 2026, también en el Met, con un coro de 65 personas.

Después irá a Montreal para participar en la reposición de Ovo. Un viaje por el mundo de los insectos, la exitosa obra que realizó para la mayor productora circense del mundo, Cirque du Soleil, en 2009.

Ella expresa la felicidad que la habita al abordar la trayectoria de su compañía. “Hay que tener mucha persistencia, pasión y paciencia. Cada día es un día. Tenemos historia, hemos viajado mucho, pero el tema es que siempre hay que empezar de nuevo, y decir: ‘Yo soy Deborah de Brasil’. Creo que el arte tiene un poder tan grande que puede cambiar nuestra vida. Mi danza, mi arte son mi política de vivir”.

El libro de Cabral de Melo que la inspiró ponía en el centro al río Capibaribe –el poeta nació en Recife, donde el río fluye a través del centro de la ciudad–, ubicado en Pernambuco, uno de los 23 estados de Brasil. En la obra, el autor buscó retratar una realidad social, la inequidad existente en esa geografía. Esta mirada conmovió profundamente a la coreógrafa y la condujo por un proceso de cuatro años para llevar a escena Perro sin plumas.

Colker, en su segunda visita a México (la primera fue en 2007), habla en entrevista del proceso creativo de esta obra, que une diferentes lenguajes de expresión: danza –con técnicas clásica y contemporánea, y danzas de la calle tradicionales de Brasil–, poesía, cine y música. La obra “trata de personas que viven en una frontera, entre una tragedia y una riqueza humana muy grande”, explica.

“Cuando hablo de Perro sin plumas, de cómo fue importante el cruce de los lenguajes, la manera en que Cabral de Melo miró la pobreza en Brasil, pero al mismo tiempo la fuerza de la cultura y la resistencia, veo cómo un espectáculo puede ser una experiencia capaz de transformar”.

La coreógrafa asume que la mezcla de lenguajes en escena es parte de su forma de trabajo: “En Perro sin plumas necesitaba desenvolver e investigar el movimiento en el espacio y las ideas, entonces debía ampliar las posibilidades físicas de los bailarines”.

Para llevar al mundo de la danza el poema “tuvimos la necesidad de conocer ese río, a las personas que habitan cerca de él. Estuvimos allá casi un mes, haciendo la película del espectáculo, pero también intercambiando culturas y conocimiento”.

Para la película, Colker colaboró con el cineasta Cláudio Assis –Mango Yellow (2002) y Baixio das Bestas (2006)–, quien también nació en Pernambuco. La coreógrafa necesitaba imágenes del lugar, pues el de Cabral es un poema donde la geografía es muy importante. Colker y Assis trabajaron en el río y la plantación, y ubicaron a los bailarines en esas locaciones: “Todo se construyó en conjunto, nada fue por encargo, todo se fue armando como un bordado de lenguajes”.

La obra se presentará los días 30 y 31 de octubre, a las 20 y a las 18 horas, respectivamente, en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario.

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