La violencia por razones de género es uno de los síntomas más graves de la desigualdad; si no atacamos a esta última, esa violencia va a seguir. Es necesario que combatamos de raíz y de manera estructural esta problemática que nos aqueja, afirmó Karla Amozurrutia Nava, secretaria técnica de la Coordinación para la Igualdad de Género (CIGU).
Al dictar la conferencia Personas Orientadoras Comunitarias, una Estrategia de Vínculo Comunitario, organizada por la Facultad de Medicina, expresó que entre los universitarios se debe propiciar una cultura de respeto en materia de igualdad sustantiva de género y de inclusión de las diversidades; transversalizar la perspectiva de género en la docencia y toda la vida académica; y establecer nuevos modelos en materia de acciones y estrategias para lograr la igualdad en dicho sentido que constituya un referente nacional.
Tales son los objetivos de la CIGU y ahí se enmarca el Programa de Personas Orientadoras Comunitarias (POC’s), que tiene sus orígenes en la Oficina de la Abogacía General de la Universidad, y que desde hace unos meses forma parte de la coordinación.
Una política institucional no puede avanzar ni plasmarse ni ser operativa si la comunidad no la conoce, la traduce y la refleja en acciones concretas, añadió.
La coordinación tiene acciones estratégicas, como recibir propuestas que emerjan del diálogo entre integrantes de la comunidad, susceptibles de traducirse en hechos que fomenten la igualdad de género; orientar sobre las instancias y procedimientos normativos; generar propuestas para incluir la prevención de la violencia de género en la normativa universitaria, así como recibir, analizar, comentar y, en su caso, canalizar a las instancias competentes las iniciativas de modificación a la legislación.
Y para ello, las POC’s son un elemento y enlace muy importante en cada una de las comunidades de las entidades y dependencias de esta casa de estudios, resaltó Amozurrutia Nava.
La comunidad universitaria es enorme, plural y con múltiples diversidades. “Vamos a capacitar a esas personas y a amplificar el enfoque de género para promover la igualdad sustantiva y la erradicación de la violencia, identificando sus orígenes y múltiples factores”.
Se fortalecerá la figura orientadora como primer contacto directo que podrá dirigir casos de violencia de género a las instancias correspondientes; “aunque ya se hacía, ahora vamos a construir un canal mucho más directo de comunicación, que recoja preocupaciones y necesidades que también puedan ser llevadas a las comisiones internas para la igualdad de género, órganos auxiliares que se van a encargar de transversalizar la política institucional”.
Ruta de atención
Las POC’s también serán la ruta de atención de la Defensoría de los Derechos Universitarios, Igualdad y Atención de la Violencia de Género.
Las personas orientadoras, abundó, son integrantes de cada sector universitario, estudiantil, académico, administrativo y trabajador. “Son voluntarias y han sido los primeros contactos, directos, para canalizar casos de violencia de género, y en muchas entidades han generado la confianza suficiente para apoyar, escuchar y guiar a quienes han sufrido esa situación. Se han convertido en puentes de comunicación directa con sus comunidades”.
Las POC’s son una figura de trabajo comunitario y entre sus tareas podrán recopilar propuestas, buenas prácticas y acciones que puedan transformar la convivencia para que sea igualitaria y libre de violencia, sostuvo Amozurrutia.
Hasta ahora se cuenta con 150 POC’s activas: 17 en el bachillerato, 63 en escuelas y facultades, 23 en facultades de estudios superiores, 44 en centros e institutos, y tres en programas y direcciones generales. Esa agenda se puede consultar en la página de la coordinación; ahí los universitarios pueden conocer quién es la persona orientadora de su entidad para establecer comunicación con ella.
Además, está iniciando el proceso de capacitación, el cual concluirá en junio. Se trabajará en tres ejes: violencia por razones de género, primer contacto; promoción de la cultura de igualdad sustantiva, respeto y no discriminación; y vinculación y trabajo comunitario. “Las vamos a capacitar para que tengan elementos para ligarse con su comunidad y trabajar con ella”, finalizó.