Plaga de langostas agudiza la crisis alimentaria de África: FAO
El organismo internacional calcula que la proliferación de los insectos provocará que 25 millones de personas experimenten inseguridad alimentaria aguda a mediados y finales del 2020 en África Oriental, y otros 17 millones en Yemen
Una gigantesca plaga de langostas azota actualmente África Oriental, el suceso, combinado con las medidas de protección para combatir el esparcimiento de la Covid-19, pone en peligro la seguridad alimentaria de millones de personas en dicha zona del mundo, según lo reveló la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) en un estudio titulado DESERT LOCUST UPSURGE: Progress report on the response in the Greater Horn of Africa and Yemen.
El reporte apunta que la langosta del desierto es considerada la plaga migratoria más destructiva del mundo. “Altamente móvil, viaja en el viento hasta 150 km por día y se alimenta de grandes cantidades de cualquier tipo de vegetación verde, incluidos cultivos, pastos y forrajes. Un enjambre típico puede estar formado por 150 millones de langostas por kilómetro cuadrado; incluso un enjambre de langostas muy pequeño de 1 km2 puede comer la misma cantidad de alimentos en un día que unas 35,000 personas. Desafortunadamente, el aumento actual ha visto que los tamaños de enjambre alcanzan hasta 2,400 km2, como se informó en Kenia en enero”, subraya QU Dongyu Director-General de la FAO en la introducción.
Este aumento, que se comenzó a registrar después de la temporada de huracanes del 2018, está agravando la seguridad alimentaria del área, un problema que ha afectado históricamente a la región. Las previsiones de la FAO indican que más de 25 millones de personas experimentarán una inseguridad alimentaria aguda a mediados y finales de 2020 en África oriental, la cual también afectará a 17 millones en Yemen.
Las cifras del informe no contemplan los efectos la pandemia mundial de la Covid-19, aunque directivos de la organización pronostican que la crisis sólo se profundizará. Aunque QU Dongyu declaró que hay optimismo gracias a la respuesta gubernamental:
“Incluso hoy, cuando COVID-19 ha creado grandes perturbaciones e incertidumbres, los líderes de África Oriental han mantenido la respuesta a la langosta del desierto como una prioridad nacional. Gracias a esto y a la dedicación y el coraje de los trabajadores del gobierno, todos los días se realiza vigilancia y control en el campo, incluso en áreas de difícil acceso.”
El informe argumenta que el incremento de langostas en el desierto se debe a la atípica temporada de lluvias experimentada en el oriente de África durante el 2018 y el 2019, la cantidad de humedad convierte a la tierra, usualmente seca, en el ambiente ideal para que proliferen los insectos.
Los enjambres más grandes han devorado por completo cultivos en Kenya, Somalia y Etiopía. Algunos enjambres son tan densos que las autoridades aeronáuticas de los países afectados se han visto en la necesidad de desviar el tráfico aéreo. Funcionarios del gobierno iraní informaron que una capa de langostas muertas se acumuló más de 15 centímetros de alto después de rociar pesticidas en cultivos afectados.
En los diez países vigilados por la FAO, asienta el informe, hasta la fecha se han controlado más de 365,000 hectáreas de terreno, el 20 por ciento de éstas estaba infestado por bandas langostas saltadoras (un etapa del insecto previa al desarrollo de alas) y el 80 por ciento por enjambres. Estas operaciones, y en base a análisis y proyecciones muy preliminares de áreas controladas y posibles daños causados si no se controlan, han ahorrado 720,000 toneladas de cereales, con un valor equivalente a 220 millones de dólares, suficientes para alimentar a casi 5 millones de personas durante un año.
La movilización de expertos y ayuda ha evitado que otros 350,000 hogares pastorales se salven de la pérdida de sus medios de subsistencia.