Estudiaron a 197 mujeres de 20 a 54 años de edad

Podrían las mucosas del útero femenino ser reservorios de virus del papiloma humano

De ahí la necesidad de analizar mejor las formas en que las diferentes cepas se activan, revela estudio liderado por Leticia Rocha Zavaleta, del Instituto de Investigaciones Biomédicas

Las mucosas en el útero podrían ser reservorios de virus del papiloma humano (VPH) que resguardan cepas altamente cancerígenas, de ahí la necesidad de estudiar más las formas en que éstas se activan, revelan nuevos estudios realizados por investigadores del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBO) de la UNAM.

Leticia Rocha Zavaleta, líder de las investigaciones, dijo que un análisis efectuado por su equipo en el Departamento de Biología Molecular y Biotecnología mostró la presencia de VPH oncogénicos tanto en las mucosidades como en las células cervicales productoras de dicho moco en mujeres que son diagnosticadas como sanas.

Cuando el personal médico realiza un papanicolau o una colposcopía, la parte externa del cérvix es la que queda visible y puede examinarse; ahí es donde se genera la mayoría de los tumores provocados por el virus. Sin embargo, en el área interna, difícil de inspeccionar por los ensayos que se tienen hoy en día, también se desarrollan, resaltó.

La única forma de visualizar esa área sin ser invasivos con las mujeres es cuando de manera natural el cérvix interno sale a la parte externa, lo que ocurre al inicio de la pubertad, después de tener un bebé o por el consumo de anticonceptivos orales, añadió.

Ante estudiantes y académicos del IIBO, reunidos en el Auditorio Alfonso Escobar Izquierdo, destacó que los resultados han mostrado evidencia de que los genotipos virales presentes en las células coinciden con aquellos detectados en el moco, lo que implica que éstas serían reservorios activos.

Señaló que ese hallazgo contribuye en demostrar que al interior del cérvix hay presencia de VPH, pues anteriormente se había descartado la posibilidad, ya que naturalmente las células no son capaces de sostener el ciclo vital del virus.

Debido a que una vez infectada la mujer también se convierte en fuente de infección, aunque no presente síntomas, Rocha Zavaleta y su equipo investigan por qué algunas no se ven tan afectadas por el virus, mientras que otras desarrollan cáncer.

La doctora en Inmunología precisó que un factor que revisan es la flora bacteriana, única del útero y cuyas alteraciones podrían estar relacionadas directamente con la activación del VPH o si este permanece silente.

Lo anterior y el análisis de moco cervical podrían ser las formas en que se detecte la presencia del virus en mujeres que no presentan las condiciones para examinar la parte interna del cérvix.

Siete oncogénicos

Durante el Seminario Institucional “Virus del Papiloma Humano, un virus vigente, un reto en oncología”, Rocha Zavaleta recordó que si bien el cáncer es una enfermedad multifactorial, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud hay por lo menos cuatro capaces de causar diferentes tipos de cáncer, uno de ellos es el VPH, descubierto por Harald Zur Hausen, quien ganó el Premio Nobel de Medicina en 2008.

Durante el encuentro académico organizado por el IIBO, agregó que actualmente se sabe que hay 220 genotipos diferentes del VPH que pueden infectar la piel o el tejido mucoso. El 6 y 11 producen condilomas o verrugas, mientras que los 16, 18, 31, 33, 45, 52 y 58 pueden generar cáncer.

Es importante mencionar que en el estudio se incluyeron 197 mujeres de 20 a 54 años de edad (con dos embarazos y dos parejas sexuales), sólo el 8 % estaba vacunado, pese a que por la política mexicana de vacunación debieron recibir el antígeno.

Hoy en día uno de los genotipos oncológicos que se está detectando con mayor frecuencia es el 31, y el problema es que la mayoría de las mujeres que han sido vacunadas en México carecen de protección del virus.

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