Si hace 10 años alguien hubiera dicho que la Selva del Amazonas se iba a consumir por el fuego, nadie lo habría creído por tratarse de un ecosistema con mucha humedad; sin embargo, ahora con la sequía ocasionada por el calentamiento global, las raíces y el suelo están secos y en lo que va del año se han presentado en esta región más de 72 mil 800 incendios, destacó Gerardo Ceballos González, investigador del Instituto de Ecología.
La Amazonia se está quemando y a esto también ha contribuido en parte el incremento en desmontes para la agricultura y la ganadería, es decir, los pobladores tiran la selva y la queman con el propósito de tener espacios de cultivo y pastizales para criar ganado, subrayó.
No obstante, el aumento desmedido que se ha presentado este año tiene que ver fundamentalmente con las políticas del gobierno de Brasil de desmantelar las instituciones y la legislación en materia ambiental. El gobierno federal de este país ha incentivado deforestaciones masivas por grandes y poderosas corporaciones agrícolas y ganaderas, y esto es una de las causas primordiales del incremento dramático y trágico de los incendios forestales de este año, sostuvo.
La región Amazónica, destacó, comprende una de las últimas grandes selvas tropicales que viven en el planeta, probablemente la más extensa, junto con el Congo. Por lo tan- to, es la zona de mayor diversidad biológica, con una amplia cobertura forestal y donde hay una enorme cantidad de especies de plantas y animales, muchas de ellas aún desconocidas para la ciencia, es decir, es un lugar único e irremplazable en la Tierra.
Es un ecosistema que produce enormes cantidades de agua dulce, donde se almacena mucho dióxido de carbono en las plantas y que produce mucho oxígeno con la fotosíntesis, abundó.
Pero actualmente se está consumiendo con el fuego y con ello se han visto afectadas plantas, animales y seres humanos. El impacto de esto hasta ahora es incalculable; para darnos una idea hay espacios en la selva donde una hectárea tiene casi tres mil árboles y en este caso hablamos de miles de hectáreas, apuntó.
Dado que se han presentado diversos incendios, añadió, lo que hoy en día tenemos son pedazos de selva quemada; esto ocasiona que la flora y la fauna de la región quede aislada. Por ejemplo, los mamíferos y las aves están más expuestos a los cazadores, porque es bien sabido que entre más grande sea su hábitat tienen mayor protección y al consumirse parte de este ecosistema son más susceptibles a problemas como enfermedades, cacería, escasez de alimentación, entre otras, resaltó el ecólogo.
Responsabilidad
Los gobiernos de los países que abarca la Amazonia y la gente que habita esa región tienen la responsabilidad de combatir los incendios. La recuperación se podrá dar en algunos lugares, pero en otros no; esto dependerá de qué tanto haya sido devastada.
Se estima que para ver algo de recuperación de la masa forestal tendrán que pasar más de tres décadas, refirió. Pero donde se quemó la selva alta en la que había árboles de cien a 300 años obviamente tendrá que pasar más de un siglo para que se recupere.
En el caso de la fauna, la recuperación dependerá de cada animal, porque hay algunos cuya distribución es muy restringida; en un tiempo seguramente sabremos qué especies se extinguieron, indicó.
El académico universitario consideró que los seres humanos debemos estar muy preocupados no sólo por lo que pasa en Brasil, porque las condiciones están dadas para que esto suceda en otras naciones en cualquier momento. “De hecho, hoy también hay focos rojos en Indonesia, el Congo y Angola lo cual nos plantea retos importantes en el ámbito internacional”, alertó.
Los mexicanos, por ejemplo, tenemos que exigir al gobierno que cumpla con la legislación ambiental y considere este tema como algo fundamental en ámbitos como desarrollo y seguridad nacional, subrayó.
Debemos hacer lo necesario para mejorar las condiciones ambientales no sólo en el país sino en toda la región latinoamericana y el mundo. Por ejemplo, es bueno que varias naciones se hayan sensibilizado ante este problema y envíen ayuda a la zona, pero también ha sido útil que a través de las redes sociales se busque hacer conciencia de que este planeta es único y lo debemos cuidar, concluyó.
