Por excelencia energética, galardón latinoamericano a especialistas del IER

El proyecto de secado solar de alimentos es encabezado por Octavio García Valladares; el premio, en la categoría de descarbonización-tecnología para entidades públicas

Planta comunitaria en Hueyapan, Morelos.

Un equipo del Instituto de Energías Renovables (IER), liderado por Octavio García Valladares, fue galardonado con el Primer Premio a la Excelencia Energética en la categoría de descarbonización-tecnología para entidades públicas, impacto en localidades grandes, otorgado por la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE). El reconocimiento se debe al proyecto de secado solar de alimentos implementado en cuatro plantas distribuidas en México.

La OLADE es una entidad de gran relevancia, creada para promover redes de cooperación en el ámbito energético en América Latina.

“Este premio tiene como objetivo dar visibilidad a las actividades que impulsan el desarrollo sostenible, la eficiencia energética y los procesos de descarbonización, tanto a nivel local como regional. Dado que nuestro trabajo se alinea con estas metas, especialmente en el área de descarbonización-tecnología, decidimos participar en esta convocatoria”, comentó Octavio García.

El especialista es ingeniero mecánicoelectricista por la Facultad de Ingeniería de la UNAM y cuenta con estudios de maestría y doctorado en Ingeniería Térmica por la Universidad Politècnica de Catalunya, en España.

El proyecto se centra en el desarrollo de sistemas de secado solar de alimentos para los sectores doméstico, rural e industrial, línea en la que García ha trabajado durante años. Además, destacó que gracias a la OLADE se fortalecen vínculos de trabajo y redes de cooperación en temas energéticos a nivel internacional.

“Mediante financiamiento y apoyo, la organización fomenta la colaboración entre países latinoamericanos, universidades y organismos especializados, lo que permite compartir y potenciar proyectos destacados en el ámbito de las energías renovables y la descarbonización”, indicó.

El premio consiste en un reconocimiento formal, con una estatuilla y un diploma. Según García Valladares, estos galardones fortalecen la visibilidad de su trabajo y podrían facilitar la creación de redes temáticas, como una red de secado solar, una meta que se alinea con el impulso de OLADE hacia la cooperación en proyectos de energía solar.

Al platicar del proyecto de secado solar, Octavio García dijo que es resultado de una trayectoria larga y consolidada en esta área en el IER.

“Esta línea de trabajo fue iniciada hace más de 30 años por Isaac Pilatowsky Figueroa. Le he dado continuidad desde hace algunos años, y en este tiempo hemos desarrollado varios proyectos emblemáticos”.

Entre los principales logros, resaltó la planta de secado solar en Zacatecas, que es la más grande del país y posiblemente de América Latina, con capacidad para secar hasta cuatro toneladas de alimentos, por igual resaltó la planta de Xochitepec, Morelos, de media tonelada, enfocada en investigación y el sector industrial.

Agregó la instalación en Hueyapan, Morelos, donde se estableció una planta comunitaria para la deshidratación de frutas y verduras, en beneficio de pequeños productores indígenas de la región, así como un proyecto agrovoltaico liderado por Aarón Sánchez, ubicado en San Miguel Topilejo, Tlalpan.

“Este premio representa un reconocimiento al esfuerzo de muchas personas, como las ya mencionadas, junto con otros colaboradores, incluyendo estudiantes de licenciatura, maestría y doctorado”, acotó.

El académico estableció que se reconocen los beneficios comunitarios y la difusión de tecnologías empleadas. “Este sistema de secado solar contribuye a la descarbonización al reducir las emisiones de CO2 que generan los métodos tradicionales, como el uso de gas LP o gas natural. Además, promueve el desarrollo de economías locales mediante la energía solar”.

Al enumerar los principales desafíos para implementar el proyecto, García Valladares expuso que la obtención de financiamiento fue uno de los retos fundamentales, pues desarrollar tecnología de secado solar a escala industrial o comunitaria implica una inversión considerable.

“Nuestro objetivo ha sido hacer que estas plantas sean autosostenibles. En Zacatecas, Hueyapan y Xochitepec, por ejemplo, ya existen cooperativas y pequeñas industrias que usan estos sistemas para secar y vender alimentos, lo que ayuda a recuperar la inversión y dar viabilidad para que continúen operado por muchos años más”.

Por su parte, Aarón Sánchez, doctor en Ciencias Químicas (Fisicoquímica) de la UNAM, quien tiene bajo su responsabilidad el proyecto agrovoltaico en la planta de Topilejo, relató que se encontró un nicho de oportunidad para demostrar que estas tecnologías pueden beneficiar a los productores agrícolas, ayudándolos a obtener artículos con una mejor vida útil en el anaquel al ser deshidratados.

“En el proyecto agrovoltaico de Topilejo cultivamos productos bajo cubiertas fotovoltaicas y les aplicamos estos procesos de deshidratación solar. Esto ha sido muy bien recibido por los agricultores, ya que pueden utilizar una tecnología simple y accesible generando energía eléctrica para los deshidratadores solares, lo que resulta en un gran beneficio para ellos”, enunció.

Expuso que se integró una capacitación que enseña cómo debe tratarse el producto, desde el corte hasta el empaquetado al vacío, y cómo manejarlo de manera higiénica para asegurar su aceptación en el mercado; también se analiza su calidad nutricional una vez deshidratados.

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