Reconocimiento a Darío Rivera Vargas
Preside acatleca la Sociedad Mexicana de Ingeniería Sísmica
Le dará la posibilidad de contribuir al desarrollo del país, sobre todo ahora que se debe colaborar con la sociedad para la reconstrucción de los inmuebles dañados, señaló
Por su destacada trayectoria profesional en el campo de estructuras y riesgos sísmicos en México, Darío Rivera Vargas, académico de la FES Acatlán, fue designado presidente de la Sociedad Mexicana de Ingeniería Sísmica (SMIS) para el periodo 2018-2019.
Este organismo fue fundado en 1962 a raíz de los sismos de 1912 y 1957, y uno de sus impulsores fue el profesor emérito Emilio Rosenblueth. Hoy, colaboran en esta agrupación los investigadores eméritos Luis Esteva Maraboto y Roberto Meli Piralla. “Ellos fueron mis grandes maestros y también presidieron en algún tiempo la SMIS”, indicó Rivera.
Estar al frente de esta sociedad “es un privilegio y también una gran responsabilidad, porque si bien este cargo me permitirá representar dignamente a mi Universidad, y además me dará la posibilidad de contribuir al desarrollo de la nación, sobre todo ahora que debemos colaborar con la sociedad para la reconstrucción de los inmuebles dañados durante los sismos pasados”, sostuvo.
Es miembro de este organismo desde 2007 debido a que como estudiante de doctorado obtuvo el premio a la mejor tesis en temas de ingeniería sísmica y desde entonces ha participado activamente en todas sus iniciativas.
Fue durante el Congreso Nacional de Ingeniería Sísmica cuando lo eligieron para ocupar el cargo. “Ante los desastres ocasionados por los temblores pasados se requiere que esté al frente de la SMIS un líder de opinión en esta materia, capaz de emitir recomendaciones acordes con la redacción de los reglamentos de construcción o la percepción de daños que puedan tener los inmuebles”, destacó.
De hecho, informó, durante su gestión buscará emprender iniciativas que permeen en la sociedad. Una de ellas es la actualización del Reglamento de Construcción. “Como agrupación queremos desempeñar un papel significativo en cuanto a la actualización de los ingenieros que se dedican a la práctica del diseño antisísmico y la supervisión de construcciones”.
Todo inició en 1985
Darío Rivera realizó buena parte de su formación en la UNAM. El bachillerato lo hizo en el CCH Vallejo, la carrera de Ingeniero Civil en la FES Acatlán y la maestría y el doctorado en la División de Estudios Profesionales de la Facultad de Ingeniería.
Una de las razones para especializarse en esta área fue de índole personal: durante el sismo de 1985 su papá perdió el empleo porque el edificio donde laboraba se colapsó. “Él trabajaba en el centro de la Ciudad de México y cuando lo acompañé a recoger su indemnización y vi las construcciones devastadas pensé: cuando sea grande voy a ser ingeniero civil para que no se vuelvan a caer los edificios”.
Luego se vio en la necesidad de hacer una estancia de investigación fuera del país, en el Istituto Universitario di Studi Superiori/European School for Advanced Studies in Reduction of Seismic Risk, en Pavía, Italia, porque no había expertos en México que lo pudieran ayudar en su estudio. Ahí tomó clases con uno de los mejores profesores en ingeniería sísmica: Kazuhiko Kawashima.
Consideró que la falta de especialistas en México se evidenció el año pasado. “Una cosa es hacer reconocimiento de daños y otra es elaborar un dictamen y proponer acciones efectivas de rehabilitación del inmueble”.
En cuanto a su trayectoria profesional, básicamente se ha dedicado al diseño sísmico de puentes. Otra área que ha trabajado es la instrumentación sísmica de edificios; una aportación suya fue el estudio de la evaluación de la seguridad sísmica de la Catedral Metropolitana.