Conversatorio en la Facultad de Ciencias
Promueve la UNAM integridad académica
Se trata de un compromiso que implica cinco valores fundamentales: honestidad, confianza, equidad, respeto y responsabilidad: expertos
La integridad académica es un compromiso que implica cinco valores fundamentales: honestidad, confianza, equidad, respeto y responsabilidad. Estos elementos definen el actuar de una persona y son especialmente importantes en el trabajo académico, en el que estudiantes, docentes e investigadores generan o se enfrentan a conocimiento original que los valora como personas, establece el Centro Internacional para la Integridad Académica.
De acuerdo con este organismo, cuando se adoptan, utilizan y practican los valores fundamentales se convierten en piedras de toque de integridad para las comunidades académicas, se lee en el sitio electrónico de la Facultad de Derecho de la UNAM, en el cual se añade: “Más que pensar en ellos simplemente como principios abstractos, estamos a favor de utilizar los valores fundamentales para informar y mejorar las capacidades de toma de decisiones éticas y el comportamiento. Los valores fundamentales permiten a las comunidades académicas traducir sus ideales en acción”.
Para dialogar sobre este importante tema –transversal a toda la comunidad académica de la UNAM–, la Facultad de Ciencias organizó, dentro de las Pláticas en Bioética, el conversatorio Ética académica e inteligencia artificial.
En el evento, realizado en el auditorio del conjunto Yelizcalli, participaron Geovany Meza Chavero y Leonardo López Serrano, ambos del Programa Universitario de Bioética; Ángel Lara Pereda, de la Facultad de Ciencias; y Mario Rivas Ramírez, de la Facultad de Derecho.
Los especialistas coincidieron en que la integridad académica es un campo transdisciplinario que se ha abordado desde lo filosófico y la reflexión teórica, la regulación y lo normativo, la docencia e instituciones educativas, así como a partir de la innovación y generación de tecnología.
Recordaron que, desde 2013, la UNAM se ha ocupado de la sensibilización en torno a casos de plagio académico y faltas éticas en la investigación. Esto incluye la adecuación de la normatividad universitaria y la creación de cuerpos colegiados que respondan al reto que representa la integridad académica.
En 2015, la Universidad Nacional creó su Código de Ética, para el cual el Consejo Universitario aprobó una serie de modificaciones a la Legislación Universitaria y reconoció 12 principios de ética.
Entre ellos, los especialistas citaron, está “formar profesionistas, investigadores, profesores universitarios y técnicos de excelencia e integridad académica, útiles a la sociedad, con conciencia crítica, ética, social y ambiental, y comprometidos con la justicia, la cooperación y la solidaridad humana”.
Para 2019, esta casa de estudios creó el acuerdo por el que se establecen los lineamientos para la integración, conformación y registro de los Comités de Ética de la UNAM.
Por último, en 2023 hubo modificaciones a la Legislación Universitaria, aprobadas el 30 de marzo de ese año. Entre los cambios destaca la capacidad para declarar la nulidad del certificado, diploma, título y/o grado (artículo 5); la suscripción de la protesta universitaria de integridad y honestidad académica y profesional antes de titularse de una licenciatura o graduarse de un posgrado (artículo 87, fracción V) y la delimitación para profesores y alumnos en términos de integridad y honestidad académica (artículos 96 y 97).
Los especialistas explicaron que la integridad académica tiene una dimensión ética y otra legal, ligadas a la ética dentro de la filosofía, una rama de estudio que tiene como objeto de análisis las normas que regulan el comportamiento de las personas en los ámbitos personal, social y profesional.
Aclararon que cuando no se actúa íntegra y honestamente en las labores académicas, o se utilizan datos, información, resultados, imágenes, etc., sin el consentimiento de quien los creó, se está cometiendo plagio; es decir, el acto de presentar como propia, en su totalidad o en parte, la obra de otra persona, en una forma o contexto más o menos alterado.
Señalaron que el Código de Ética de la UNAM sirve para regular las prácticas del uso de la inteligencia artificial, la cual debe tener reglas claras sobre el manejo apropiado de contenido generado con esa herramienta, a fin de evitar el plagio y respetar los derechos de autor.