El sábado 27 de abril

“Provocando el movimiento”, la UNAM celebra el Día Internacional de la Danza

Habrá más de 170 compañías y mil 700 artistas en siete escenarios a lo largo de 12 horas, todo en el Centro Cultural Universitario

El 27 de abril, bajo el lema “Provocando el movimiento”, Danza UNAM desplegará una gran fiesta para celebrar el Día Internacional de la Danza 2024 (DID), que impulsa la rebelión de los cuerpos que buscan expresarse con el fin de compartir diversos significados.

El Centro Cultural Universitario será sede de un espacio de expresión muy diverso, con más de 170 compañías, 1,700 artistas y siete escenarios que durante 12 horas continuas llevarán esta celebración a todo el público que guste acercase a la danza.

“Cada año lanzamos una frase alrededor de este evento, en este año el lema se refiere a que en la danza no sólo importan los movimientos del cuerpo, sino provocarlos en el pensamiento, en el espacio comunitario; la idea es hablar un poco de los eventos importantes de este año que sucedieron y sucederán tanto en la UNAM como en nuestro país”, comentó Evoé Sotelo, directora de Danza UNAM.

Algunos de los recintos que formarán parte de las sedes de esta celebración serán el Jardín Julio Castillo, las explanadas de la Sala Nezahualcóyotl y de La Espiga, el teatro Juan Ruiz de Alarcón y su jardín anexo, la Sala Miguel Covarrubias y el Salón de Danza.

“Buscamos interactuar con el público, que se tenga un contacto sorpresivo, dejando a un lado todo lo tradicional, creando apropiaciones del espacio”, dice Evoé Sotelo.

Estas muy distintas formas de expresar y provocar el movimiento incluyen presentaciones de diversos géneros dancísticos como el ballet clásico, el neoclásico, las danzas flamenca y contemporánea, los bailes de salón, el folclor mexicano, las danzas polinesias, la árabe y las urbanas, así como la presentación de libros dedicados a esta disciplina, un conversatorio y la participación de artistas internacionales.

Se celebra a diario

En momentos críticos como los que vivimos en el país y el mundo, nos interesa hacer un gran evento de confluencia, donde podamos reunirnos, abrazarnos, celebrar, bailar y ver bailar. Con la danza podemos refrendar nuestros lazos, porque es una forma de arte que nos confirma que no estamos solos, agregó.

Evoé Sotelo menciona que dicha expresión artística es una posibilidad, una forma de manifestarnos con libertad, un ejercicio inherente a las personas, el cual genera empatía con los demás, “o la posibilidad de reconocerse en el otro como alguien que es afín a ti, cuya naturaleza compartes. La danza siempre es compartir y un acto de esperanza”.

A través del cuerpo los seres humanos hacemos visibles nuestras emociones, entonces la danza puede estar relacionada también con alegría, miedo o zozobra. Desde tiempos ancestrales y hasta la actualidad, seguimos bailando para entender el mundo en el que vivimos, añadió.

Se trata de una disciplina amplia, que abarca numerosos géneros: múltiples formas de baile urbano, ballet clásico y neoclásico o contemporáneo –desde el tradicional hasta el más experimental–, y otras dancísticas transdisciplinarias en las que, por ejemplo, se confunden con el teatro.

Por ello, “siempre he estado a favor de hablar de las disciplinas del cuerpo, porque cuando se disuelven esas parcelas disciplinarias podemos sentir con más libertad que traspasamos a otros espacios”, como los del teatro, la música, la literatura o la plástica. Y en esa medida se generan también posibilidades y hallazgos para el arte.

En la UNAM, aseveró la experta, esa disciplina se celebra todos los días y de múltiples maneras, por ejemplo con la edición de libros o la promoción para comunidades de adultos mayores con capacidades diferentes o de la diversidad sexual. “Así apostamos por un ejercicio político muy importante, que tiene que ver con erradicar prejuicios y con generar un pensamiento crítico y una sensibilidad más amplia e incluyente”.

Evoé Sotelo afirmó que es momento de fomentar espacios de conocimiento, y para que la danza se desarrolle de mejor manera, ésta y las artes en general tendrían que ser parte un programa de formación educativa de las infancias y las adolescencias; es decir, en el nivel educativo básico debe existir una materia de expresión artística.

“No estoy segura de que ayude mucho aprender flauta o bailar el jarabe tapatío, porque eso es una experiencia que pasa y no necesariamente deja huella. Sería mejor una clase de apreciación artística en la cual los alumnos puedan tener en su escuela a un bailarín, verlo bailar y hablar con él, lo mismo que a un músico o un artista visual.”

Ese tipo de ejercicios, desde la edad más temprana, son importantes por una razón: “uno no puede desear lo que no conoce. Si la gente desconoce qué es la danza, seguirá siendo un arte elitista, para unos cuantos con un determinado nivel cultural y educativo, y cierto estatus económico para pagar un boleto”, enfatizó.

Evoé Sotelo invita a formar parte de la celebración del Día Internacional de la Danza, a bailar y ver bailar, y a provocar el movimiento, no sólo de los cuerpos, sino de las emociones y los pensamientos.

Esta conmemoración fue creada por el Comité Internacional de la Danza del Instituto Internacional del Teatro (ITI), el socio principal de la UNESCO para las artes escénicas. Es una celebración dirigida a aquellos que pueden ver el valor y la importancia de la forma de arte “danza”, y actúa como un llamado de atención para los gobiernos, políticos e instituciones que aún no han reconocido su valor para las personas, y tampoco se han dado cuenta de su potencial en el crecimiento económico.

Actividades

Juan Domínguez, importante coreógrafo y performer español, es uno de los invitados internacionales que sobresalen en este evento, además de artistas nacionales, quienes fueron seleccionados a través de una convocatoria pública. En conjunto, mostrarán selecciones de su trabajo coreográfico.

En el vestíbulo de la Sala Miguel Covarrubias se realizará la presentación del libro Una mirada a la danza a las 10:30 a. m., seguido del conversatorio Luz y sonideros a las 11:30 a. m. Por último, Evoé Sotelo acompañada de Eugenia Cadús, Hayde Lachino y Ana Patricia Farfán presentarán el libro Danza, herencias y provocaciones decoloniales, como parte de la serie Composiciones para el disenso: perspectivas iberoamericanas para la danza. La cita será a la 1:30 p. m.

Las compañías de casa se harán presentes en los distintos escenarios del DID 2024. En La Espiga se podrán apreciar las diferentes propuestas de los Talleres de Danza UNAM, a partir de las 10 a. m.; el Taller Coreográfico de la UNAM (TCUNAM), con la dirección de Irina Marcano, se presentará en la Sala Miguel Covarrubias a las 11:30 a. m. y la Compañía Juvenil de Danza Contemporánea de la UNAM (DAJU) colaborará con la Cátedra Extraordinaria Gloria Contreras en la función estelar agencia de realización de fantasías de baile y otros momentos fantásticos que se llevarán a cabo en el Jardín del Teatro Juan Ruiz de Alarcón a partir de la 1 p. m.

“En este día siempre se puede ver el trabajo de los grupos profesionales independientes, y es un buen momento para cohesionar a la comunidad de la danza, que es muy grande, y saludarnos entre colegas”, señaló Sotelo.

También cabe destacar la segunda edición del Concurso de Composición Coreográfica Danza UNAM. Se presentarán 10 obras finalistas, sin importar género dancístico y con un tiempo aproximado de duración por obra de cuatro a seis minutos. Este concurso se llevará a cabo en el Jardín Julio Castillo a las 4 p. m.

El público formará parte de esta gran celebración y podrá mostrar sus pasos de cumbia al ritmo de Wilder Gómez y la Explosión, que con sus sonidos colombianos hará bailar a todo aquel que asista al estacionamiento tres a partir de las 6:30 p. m.

Para cerrar la celebración del movimiento se presentará, y transmitirá en vivo, el Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández, dirigido por Salvador López López, a partir de las 7 p. m. en la Sala Miguel Covarrubias, seguido del espectáculo del colectivo Musas Sonideras, un grupo de mujeres que buscan sobresalir en ese ámbito dentro de un espacio masculino. Musas Sonideras se forma de hijas, madres y abuelas, que armarán el toquín de las 8 a las 10 p. m. en La Espiga.

Fotos: Gerardo Castillo/La Marmota Azul, cortesía Danza UNAM.
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