Premio Universitario de Deportes | Mejor deportista
Karla Itzel López Lozada, alumna del CCH Oriente, incrementó de forma importante la cosecha de resultados en la Paralimpiada Nacional Juvenil 2018, celebrada en Colima, respecto a justas como estas en años anteriores.
Gracias a un aumento en sus entrenamientos, la atleta de lanzamiento de jabalina, disco e impulso de bala consiguió hacerse de tres medallas en el certamen realizado el verano pasado.
“No esperábamos resultados tan buenos porque anteriormente sólo obtenía una medalla pero este año logré dos de oro y una de plata.
“Como todos los años, subimos las cargas y los entrenamientos. Anteriormente entrenaba tres veces o cuatro, y ahora comenzamos a hacerlo diario, de lunes a sábado: lunes, miércoles y viernes, hicimos gimnasio y los demás días nos enfocamos en la técnica”, asevera Karla Itzel López.
La atleta paralímpica auriazul incursionó en el deporte luego de sufrir un accidente. Junto con su hermano se acercó a la Asociación de Deporte Adaptado de la UNAM sin saber las alegrías que la práctica del atletismo de campo le iba a dejar.
“Tuve un accidente automovilístico hace seis años, el 5 de mayo de 2012. En un inicio, sólo hacía ejercicio por las terapias que me pedían los doctores, pero hubo cierto tiempo que a mi hermano, afectado también por el accidente, le interesó la práctica del deporte y fue así como llegamos con Alejandrina Zamora, encargada de deporte adaptado, quien me invitó a participar. Con el paso del tiempo, mi hermano se salió del deporte y yo me quedé. Después lo empecé a practicar de una forma más competitiva”, relata.
El tiro con arco llamó su atención en un principio, pero pronto se dio cuenta que el hecho de ejercitar de una forma más ardua su espalda y brazos le traería beneficios a su vida cotidiana.
“En un inicio me interesaba practicar tiro con arco porque me llamaba la atención lo que veía en las películas, pero en el momento de ir por una clasificación, el doctor me dijo que sólo lo podía tomar como un pasatiempo. En busca de una opción para hacer algo competitivo, llegamos al atletismo de campo y este me agradó porque todo el ejercicio se hace en la espalda y los brazos; y esto también me ayuda a ser más independiente en mi vida diaria”, explica.
Uno de los principales motivos por los cuales Karla Itzel López continuó en la práctica del deporte fue que le hacía recuperar movilidad en su cuerpo además de los reconocimientos que conseguía.
“Comencé lanzando clava por la poca movilidad que tenía, pero conforme vi los frutos que daba el ejercicio, combinamos jabalina y pala, que hacían que me exigiera más, entonces iba recuperando movilidad y comenzaba a hacer cosas yo sola. Quisimos integrar el disco por el espíritu competitivo de querer obtener más medallas”, destaca.
Al mismo tiempo, el deporte le ha generado múltiples valores como disciplina y responsabilidad, mismos que se complementan con el aspecto académico y la hacen crecer como persona.
“El deporte sí es muy complementario con la escuela porque te forja cierta disciplina que con el tiempo hace que se te faciliten las cosas, ya que no vives con ese estrés de dejar los pendientes a la mera hora. Uno se acostumbra a ser más responsable. La enseñanza más importante que me ha dejado es ser muy disciplinada, constante porque así es como ves los resultados”, considera.
Como ganadora del Premio Universitario del Deporte, Karla Itzel López se siente orgullosa de inscribir su nombre entre el de los atletas que han ganado este reconocimiento.
“Ganar este premio en un momento no me importó tanto, pensé que era un premio cualquiera, pero cuando me explicaron de qué se trataba, me sentí muy orgullosa porque al pertenecer a esta comunidad universitaria es un orgullo poder presumir lo que has alcanzado. Mis compañeros me dicen que no cualquiera lo logra”, subraya.