Día Mundial del Turismo

Pueblos y zonas rurales, marginados del turismo

Los grandes desarrollos hoteleros se concentraron en las playas; el sector, muy afectado por la pandemia; es momento de replantear el rumbo: Gustavo López, de Económicas

Chignahuapan, Puebla.

La llamada industria sin chimeneas se concentró, principalmente, en los destinos de playa. Los grandes desarrollos hoteleros y turísticos se enfocaron en invertir en las zonas costeras de México y el mundo.

Así, por décadas los pueblos y zonas rurales quedaron marginados de los beneficios que genera el turismo, como la creación de empleos, progreso de las localidades y de sus habitantes. En suma, generación de riqueza que se traduce en bienestar.

No obstante los cuantiosos ingresos que se obtienen por esta actividad, en la actualidad es uno de los sectores más afectados por la pandemia de la Covid-19.

En ese sentido, y de acuerdo con la Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas (OMT), de cien a 120 millones de empleos directos están en riesgo de perderse.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo prevé una pérdida de 1.5 por ciento a 2.8 por ciento del producto interno bruto (PIB) mundial.

En este año, el Día Mundial del Turismo, que se conmemoró ayer, el lema es “Turismo y desarrollo rural”, que hace referencia a la creación de oportunidades fuera de las grandes ciudades y la preservación del patrimonio cultural y natural.

Para Naciones Unidas y el planeta, se trata de un pilar económico que proporciona trabajo y nuevas oportunidades, especialmente a poblaciones desfavorecidas.

San Cristóbal de las Casas, Chiapas, y San Miguel Regla, Hidalgo.

Turismo y desarrollo rural

La OMT estima que, para 2050, 68 por ciento de la población en el orbe vivirá en zonas urbanas. Las rurales suelen estar menos preparadas para afrontar el efecto de una crisis, debido a factores como el envejecimiento de sus habitantes, niveles bajos de ingresos y la brecha digital.

“Dedicarle un día al año al turismo tiene que ver con crear conciencia de lo que implica todo el sector, como un gran movilizador de personas y recursos. Es una de las actividades que modifican los territorios, su organización productiva y la sociedad en general. Transformaciones no siempre positivas”, afirma Gustavo López Pardo, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas.

A partir de 1980, continúa el académico universitario, el camino hacia lo rural comenzó cuando el modelo “sol y playa” entró en un estancamiento por la alta demanda, y se buscó promocionar nuevos destinos orientados a los atractivos en comunidades indígenas y la naturaleza.

Indica que en esa década el campo mexicano entró en crisis, la economía se contrajo y la población se tornó más vulnerable, por lo que el turismo se convirtió en un nuevo eje de acumulación de capital junto con la naturaleza y una opción para la mejora de las colectividades rurales.

Sin embargo, no hay actividad que pueda, por sí misma, lograr sacarlas de la pobreza o de la marginación en una situación como la actual.

“Para México, el Día Mundial del Turismo dedicado al desarrollo rural significa reconocer las dificultades o los fracasos de las políticas que han intentado fomentar la recreación como la panacea”, expresa.

En tanto, Gino Jafet Quintero Venegas, del Instituto de Investigaciones Sociales, asegura que con la adopción del turismo rural la economía se volvió más vulnerable y puede verse con los pueblos mágicos, que aunque no son plenamente rurales, apuestan por la industria sin chimeneas para su crecimiento económico. Sin embargo, con la crisis sanitaria se volvieron aún más vulnerables.

“El gobierno mexicano podría implementar planes como los de la Unión Europea para un turismo rural integrado, en el que las acciones económicas del campo potencien esta alternativa sin que se vea como el motor de todo, sino como un engranaje de todo”, agrega.

El Oro, Estado de México.

Aprendizaje a partir de la enfermedad

“Con el turismo pospandemia podremos reflexionar qué tan éticas han sido nuestras prácticas y qué tan necesarias son para sentirnos completos; estamos acostumbrados a que todo lo merecemos porque lo pagamos. Ahora es el momento ideal para sensibilizarnos y buscar cómo realizar actos más amigables con el medio ambiente, los animales y entre seres humanos”, destaca Quintero Venegas.

Añade que quizá en los espacios rurales se habiliten más destinos turísticos, pero los visitantes deben ser más sensibles ante las distintas realidades que tienen en las localidades porque, de lo contrario, continuará la demanda de recursos y servicios que posiblemente no puedan sostener y se generen más desigualdades.

“Si desde el siglo pasado empezamos a escuchar de la crisis de civilización que afronta la sociedad actual, creo que con esta pandemia se vino a agudizar y esto nos llevará a la reflexión de cuáles son las bases en las que se soporta el desarrollo social en el mundo”, manifiesta López Pardo.

Dice que se trata de impulsar mayor participación de la población local en la gestión y en los beneficios; diseño de propuestas turísticas más amigables con el entorno y que permitan su conservación, así como prácticas más éticas en las que el ser humano reconozca que no debe subordinar a ninguna especie para su beneficio.

Según el experto Jafet Quintero, la recuperación en el área no será a corto plazo, pues hasta que no haya una vacuna será difícil que los paseantes tengan nuevamente confianza para desplazarse a distancias largas, además de que cada vez son más frecuentes los viajes cercanos.

“Los analistas más optimistas opinan que a mediados de 2021 habrá una reactivación del sector a niveles similares de hace ocho o 10 años; otros sostienen que hasta 2025 vendrán nichos de oportunidad, porque, aparentemente, empezarán a implementarse espacios nuevos para satisfacer las demandas del turismo nacional que sustituirán a las derramas internacionales.”

Menciona que en México hay empresarios que tienen interés por algo más ecológico, pero que esto es una contradicción porque para ello es indispensable controlar la capacidad de carga turística, es decir, limitar el número de paseantes en los destinos para privilegiar la conservación por encima de la derrama económica. “Hasta que no haya la seguridad de poder viajar será complicada la reactivación”.

Gustavo López coincide y asevera que el turismo masivo genera la sensación de alerta por riesgo de contagio de la Covid-19, por lo que debe pensarse qué beneficia al viajero, a la sociedad y a la economía.

Cree que esta es una gran oportunidad para fomentar el turismo interno, que fortalezca al mercado regional y que coadyuve a la reactivación económica nacional.

La historia del Día Mundial del Turismo se remonta al 27 de septiembre de 1970 cuando tuvo lugar la primera Asamblea General de la Unión Internacional de Organismos Oficiales de Turismo. Posteriormente, en 1977, se firmó un convenio que formalizó la colaboración con las Naciones Unidas.

La OMT, como principal organización internacional en el ramo, lo promueve como motor de avance económico, desarrollo inclusivo y sostenibilidad ambiental. Ofrece apoyo para ampliar conocimientos e incentivar políticas turísticas en el planeta.

Considera que el crecimiento del turismo durante las últimas décadas se debe al reconocimiento del derecho a las vacaciones en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la aprobación en muchos países de los derechos laborales, el aumento de la clase media y al uso de las nuevas tecnologías aplicadas al sector.

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