Puntos Cultura UNAM, cinco años de enlazar a la comunidad estudiantil con el arte

El programa estimula el acceso gratuito y la visita de las y los estudiantes a las sedes culturales de la Universidad para enriquecer su panorama y formarlos como la audiencia del futuro

Grupo de alumnos visita el MUAC. Foto: cortesía Puntos Cultura UNAM.
El programa Puntos Cultura UNAM permite que estudiantes de bachillerato, licenciatura y posgrado de la Universidad tengan acceso gratuito a la gran gama de actividades que ofrece la Coordinación de Difusión Cultural: conciertos, museos, funciones de danza, teatro, cursos, talleres y conferencias, así como libros.

Mediante un sistema de puntos (las cuentas de nueva creación incluyen 500) que se van restando conforme se canjean, las y los alumnos pueden adentrarse en las actividades de su preferencia. Si escriben una reseña sobre la misma ganan nuevos puntos y pueden incluso invitar a familiares y amigos para compartir el disfrute. Hablamos de un círculo virtuoso que tiene como objetivo enriquecer la vida de la comunidad universitaria y formar a las audiencias del futuro.

Desde su inicio, en 2019, el programa ha registrado la inscripción de 86 mil 71 personas, 107 mil 628 adquisiciones, 23 mil 846 reseñas, así como la obtención de 5 mil 90 libros electrónicos y 28 mil 695 impresos.

Marcela Diez-Martínez, gestora y programadora cultural de larga trayectoria, encabeza desde 2019 este inusual proyecto, que tiene como foco principal a los estudiantes de la comunidad universitaria, a fin de fomentar el crecimiento de sus aficiones artísticas y culturales.

“Cuando llegué ya existía un programa similar, En contacto contigo, pero funcionaba de otra manera. Implementamos el sistema de puntos, es decir, el concepto de que tienes un cierto número de créditos cada semestre para adquirir lo que quieras y para quien decidas: un amigo o tu mamá, etcétera. También incluimos los libros, con el apoyo de Libros UNAM, que se los hace llegar. Asimismo, tenemos acuerdo con otras editoriales con la idea de que impartan charlas, y les pedimos que aporten libros para la comunidad estudiantil”.

Incluso, “hemos incorporado a otros museos que están fuera del circuito del Centro Cultural Universitario (CCU) para ampliar la oferta. Queremos que se acerquen a lo que les interese”, explicó la gestora.

Las reseñas cumplen una función muy importante en el proceso de Puntos Cultura UNAM, porque son indicadores del gusto y también son ejercicios de reflexión que van afinando y profundizando las preferencias culturales de cada asistente.

“Nosotros hacemos un estudio de las reseñas y cada mes entregamos este material a los programadores correspondientes, con la idea de comunicarles ‘esto es lo que está pasando con lo que ofreces’. Es muy útil para la Coordinación de Difusión Cultural”.

Además de los puntos y las reseñas, existe otro vértice del triángulo de Puntos Cultura UNAM: los cursos.

“Cuando programas tienes una visión clara de lo que deseas transmitir, pero ¿a quién lo quieres dirigir? Mi objetivo es que la juventud no tenga falta de interés para acercarse a los foros porque son ese lugar oscuro en el que te dicen que te quedes quieto y callado, donde es posible que no entiendas una buena parte de lo que estás viendo. Por eso, otra de las ofertas que tenemos ahora en la plataforma es la de cursos y formación”, comenta Diez-Martínez.

Estas actividades enriquecen la visión de nuevos públicos, permitiéndoles ver más allá de la imagen acartonada de la cultura como algo exclusivo de ésta o sólo como arte, según nos cuenta la gestora cultural, pues hay mil manifestaciones, entre ellas la gastronomía, que también son cultura y merecen ser conocidas por las y los estudiantes.

Puntos Cultura UNAM avanza ahora con otro programa que complementa esta visión. Hablamos de Vive el CCU. En este ámbito, el estudiantado es invitado a visitar desde sus planteles el CCU. Llegan en autobuses escolares y disfrutan actividades cotidianas en sus instalaciones, con todo lo que suele gozar el público asiduo. La más reciente actividad, por ejemplo, fue convocar a alumnos de preparatorias, CCH, licenciatura y posgrado a experimentar un concierto de la Orquesta Filarmónica de la UNAM (OFUNAM) en la Sala Nezahualcóyotl.

“Vive el CCU pretende que la comunidad estudiantil logre darse cuenta de todo lo que tiene a su disposición, y que después, con sus puntos, podrá entrar a esas salas sin costo. Que un concierto puede ser algo agradable. Necesitamos que los programadores se involucren más creando programas para jóvenes. Las y los estudiantes deben sentir que hay un grupo de gente que está de acuerdo con lo que ellos quieran consumir. Y que todo es cultura”, acota Diez-Martínez.

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