Colocado sobre una camilla, bajo condiciones de asepsia, un simulador de inyección intramuscular aguarda la inmersión de una fina aguja de manos de una estudiante. La luz verde indica la validación del procedimiento; de no ser así, destellos rojos alertan que debe repetirse hasta que lo realice de forma adecuada.
Con prácticas así, la Facultad de Medicina reabrió las puertas del Centro de Enseñanza y Certificación de Aptitudes Médicas (CECAM), el cual es un sitio donde por medio de simuladores los próximos médicos del país ponen en práctica de manera presencial lo aprendido teóricamente y a distancia.
Dicho centro capacita a los alumnos de pregrado en procedimientos como intubación, reanimación cardiopulmonar, atención en urgencias, entre otras habilidades.
Las actividades son destinadas para los estudiantes de tercer año de la licenciatura y son indispensables para su formación. Se trata de prácticas desarrolladas en oftalmoscopía, otoscopía, colocación de sonda Foley, nasogástrica o exploración de abdomen, entre otras.
Esta muestra con simuladores es muy útil para nuestra formación. Son muy apegados a la realidad, es como si tuviera un paciente”
Aprender del error
Diego Saldívar, alumno de séptimo semestre, palpa un tórax plástico, el cual cuenta con un síndrome preestablecido, que tiene que ser diagnosticado por él en tiempo real.
“A partir de quinto semestre no habíamos tenido la oportunidad de ir a hospitales y poner en práctica estas habilidades, y esta muestra con simuladores es muy útil para nuestra formación. Son muy apegados a la realidad, es como si tuviera un paciente. Algo que siempre me había interesado sentir era a alguien con ascitis, cómo se siente el abdomen rugoso y lleno de líquido. Ha sido mi parte favorita”, expresó.
Arelis Muñoz Suárez, también de séptimo semestre, coloca una sonda nasogástrica a un infante, mientras comenta que desde muy pequeña tuvo contacto con la medicina gracias a la vocación de su madre que será pronto su colega e inspiradora. “Me ha emocionado mucho estar aquí, me hacía falta. Tenía casi año y medio de no estar presencialmente en la Facultad”.
Bajo el apropiado protocolo sanitario, el CECAM recibe a 36 estudiantes cada hora, los cuales se encuentran divididos en seis salas, y en cada una se halla un facilitador, médico pasante o instructor, con el que realizan prácticas y retroalimentación.
“Por eso es tan importante este centro, porque cuando los médicos egresen tendrán en sus manos la vida de los pacientes. Entonces deben tener la mejor preparación posible y la manera de practicar sin impactar de forma negativa sobre la seguridad del paciente es que lo hagan, en primera instancia, con un simulador”, explicó Hugo Erick Olvera Cortés, coordinador del CECAM.
De los mejores
Este centro de simulación de pregrado, abundó Olvera Cortés, es uno de los mejores del país, porque cuenta con mayor cantidad de simuladores, alrededor de 400 diferentes, tanto de baja como de muy alta tecnología, además por la calidad de la capacitación y evaluación constante tanto a alumnos como a facilitadores.
Gabriela Fernanda González Velis, medica pasante y facilitadora, dijo que la reapertura es un gran paso, porque la Medicina es una carrera que requiere práctica y contacto con los pacientes. “Esta faceta híbrida, de empezar con pequeños grupos, es muy útil. Lo vemos en sus rostros, se revela que es un gusto aprender así, porque no es lo mismo que estar frente a una pantalla. Y tal vez no estemos en un hospital atendiendo a pacientes con Covid, pero estamos del otro lado preparando al siguiente personal de salud, formando a nuevos médicos para nuevos retos”.