Peligra el avance de la protección de los derechos humanos
Reforma judicial pone en riesgo el amparo
La renovación puede generar una captura de jueces y magistrados por intereses políticos, económicos e ideológicos: Alberto Abad Suárez Ávila, del Instituto de Investigaciones Jurídicas

A 97 días de la elección del 1 de junio próximo para renovar cargos de magistrados y ministros, uno de los mayores riesgos sería que el amparo deje de ser un medio eficaz de solución de conflictos entre el poder económico y el Estado, afirmó Alberto Abad Suárez Ávila, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM.
Pero también podría implicar una larga curva de aprendizaje, lo que va en contrasentido al fortalecimiento de la carrera judicial. Es decir, jueces y magistrados tendrían que aprender a serlo, pero lejos de un sistema institucional que regule los procesos de ingreso, formación, promoción, etcétera, prosiguió, al dictar la conferencia magistral La implementación de la Reforma Judicial en México.
Como parte del Seminario Permanente de las Ciencias Sociales (SEPERCIS) 2025, Reconfiguraciones en el Mundo Actual: Retos para las Ciencias Sociales, Suárez Ávila indicó que la carrera judicial “no es coser expedientes, ni llevarle café al magistrado, sino la capacitación y el trabajo que atienden a lo largo del tiempo los abogados quienes, además, ingresan a una edad joven, para llegar con cierta madurez al ejercicio de la magistratura.
En la sala 1 del edificio de los Consejos Académicos de Área, el especialista en sociología del derecho, indicó que otros riesgos evidentes podrían ser que el amparo deje de ser un medio eficaz de solución de conflictos entre el poder económico y el Estado, pues este último no siempre tiene la razón y cuando se quiere evitar conflictos fuertes entre ambos, “el amparo ha demostrado su eficiencia durante 160 años”.
Sin embargo, “necesitamos jueces y magistrados capacitados; no es malo que el poder económico recurra al amparo, de hecho, es mejor que resolvamos en un juicio a que vaya a reunirse en lo oscurito con el representante público, porque entonces no sabríamos qué ocurrió”.
Asimismo, destacó, también existe el peligro de que se detenga el avance en la protección de los derechos humanos. La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sido muy lenta en proteger esas prerrogativas sustentadas en la dignidad humana. Su estrategia de comunicación ha sido mala, porque la gente sabe que ese trabajo no ha sido una labor que se sostenga, aunque sí había mejorado en los últimos 15 años, sin embargo, existe el riesgo de retroceso.
“También existe el riesgo de que la deliberación pública empobrezca, al final la Suprema Corte y el Poder Judicial sí habían sido un nuevo espacio para discutir temas que no se discutan así en la administración pública y tampoco en los congresos, y corremos el riesgo de que se exacerbe el carácter político del Poder Judicial de la Federación, por encima del conocimiento jurídico”, apuntó.
“El Poder Judicial tenía que mejorarse, sí; tenía muchos sesgos, sí; privilegiaba clases, colores e ideologías, sí, pero aun así ese es el camino para discutir las cosas dentro de los tribunales, la reforma puede generar una captura de jueces y magistrados por intereses políticos, económicos e ideológicos”, advirtió el especialista universitario.
Pero lo más preocupante, continuó, es que la gente busque resolver sus disputas por otras vías y eso es lo que no deseamos, sino que el derecho siga siendo la forma racional para ello.
Por otra parte, dijo que este proceso electoral podría presentar oportunidades, en principio la población no influíamos en la designación de la Corte, si revisamos las designaciones desde 1994 hasta la última, en 2023, todas fueron favorables al presidente en turno.
Los mexicanos tendremos incidencia en la designación de ministros, lo que no había ocurrido en el país. Además, el próximo 1 de junio tendrán oportunidad de participar para su elección “perfiles excluidos históricamente por la ausencia de concursos públicos abiertos y corregir temas de integración socioeconómica, ideológica y genérica que hasta el momento no habíamos podido resolver”.
“Otra oportunidad, y esta sí debemos aprovecharla, es la posibilidad de que se incremente la legitimidad del Poder Judicial de la Federación. Aunque si este proceso electoral sirve para que la gente tenga mayor confianza en el derecho y en los tribunales, está muy bien, pero si es para otros fines, entonces no sirve de tanto esa legitimidad”, expuso.
Angélica Cuéllar Vázquez coordinadora del Consejo Académico del Área de las Ciencias Sociales indicó que la renovación de la Corte es un tema que nos toca a todas y todos, en esta reforma habrá muchos retos”.
Dijo que se trata de una reforma necesaria; “hay corrupción y nepotismo en el Poder Judicial, claro que sí, sin embargo, me pregunto si esta es la forma de combatir eso, pesto que también existen jueces y ministros honestos, probos, que han hecho una carrera judicial y que conocen su oficio”.