Paratleta de la UNAM
Resiliencia y valor definen a Leonel Casillas
El alumno de la Prepa 2 recibió la Presea Ingeniero Bernardo Quintana Arrioja
“Me entregaron este reconocimiento en la categoría de valor porque, a pesar de haber perdido la vista, tener problemas con ciertas hormonas y otras dificultades en mi organismo, continué estudiando, haciendo deporte y seguí adelante con mi vida”, expresa en entrevista justo antes de iniciar su entrenamiento sabatino en la sede habitual del deporte adaptado de la UNAM, a un costado de la Alberca Olímpica de Ciudad Universitaria.
Leonel Casillas se enfrentó a la realidad de perder la vista al mismo tiempo que comenzó a padecer diabetes insípida, panhipopituitarismo (afección en la cual la hipófisis deja de elaborar la mayoría de las hormonas) y problemas con la absorción del sodio, todo lo anterior provocado por un tumor llamado germinoma supraselar que se ubicó en la parte frontal derecha de su cerebro.
Este tumor cancerígeno no pudo ser extirpado tempranamente debido al inicio del confinamiento por la pandemia de Covid-19. Fue hasta que el rigor del encierro cesó cuando le extirparon una parte del tumor para hacerle análisis y saber su tratamiento, y de ahí en adelante ha llevado quimioterapias.
Ante tal adversidad, Leonel Casillas se dedicó a dar la batalla con el apoyo de su madre, quien lo ingresó a una escuela de braille y lo ayudó a aprender el uso de bastón para guiarse mientras camina, antes de ingresar al deporte universitario, donde ha desarrollado sus capacidades físicas.
“No fue nada fácil al inicio, pero poco a poco fui retomando fuerza física y mental. En estos tiempos casi nadie toma en cuenta a las personas con discapacidad y la verdad que eso es un problema, pero gracias a la práctica deportiva nos abrimos puertas en la sociedad”, expresó el paratleta auriazul, quien aún batalla con retraso en su desarrollo físico, problemas en su memoria a corto plazo, daño renal grado dos, una trombosis en la pierna derecha y una gastroenteritis, padecimientos asociados a las quimioterapias que le han hecho para combatir el tumor.
En el deporte adaptado de la UNAM, Leonel Casillas tiene clases vía remota de lunes a jueves, en compañía de la entrenadora y presidenta de la Asociación, María de Lourdes Virgilio García, en las que realiza acondicionamiento físico. Los sábados alterna sus sesiones presenciales: entrenamientos de condición física en la Alberca Olímpica de Ciudad Universitaria y sesiones de lanzamiento de jabalina y disco en el Estadio Roberto Tapatío Méndez.
“El deporte ayuda a los paratletas principalmente en lo mental, en sentirse capaces. La actividad física les permite empezar a moverse más y esto les facilita sus actividades cotidianas, además de la parte de la integración, sentirse vistos, eso es fundamental”, explica Lourdes Virgilio.
Y es que para Leonel Casillas el deporte ha sido parte fundamental de su vida, ya que en su niñez practicó futbol asociación, basquetbol, natación, entre otras disciplinas. “El único límite que existe es el que se pone cada uno. Con el esfuerzo es con lo que se sale adelante. Todos tenemos esa fuerza para continuar, sólo falta saberla explotar”, afirma el paratleta felino.
El hecho de ver a Leonel Casillas entrenar con ímpetu es un ejemplo en el seno del deporte adaptado de la UNAM. “Es un luchador, así vive, actúa y entrena. Ha pasado por muchas circunstancias en su vida y los avances de él terminan siendo logros para su familia y el deporte adaptado de la UNAM. Es un ejemplo para todos nuestros paratletas. La presea que le dio el Rector es una forma de agradecer a sus papás, que se sientan orgullosos de él porque vive el día a día, no sabe del mañana”, subraya la entrenadora Lourdes Virgilio.
Es por todo esto que entrar al mundo competitivo en busca de subir al pódium no está de momento entre las metas de Leonel Casillas, quien distingue que, para él, lo loable en el deporte es sobreponerse a padecimientos físicos a través de la actividad, porque el único rival que tiene en mente es la enfermedad.