De la Spartan Race al Oceanman
Retos extremos de Cecilia Arratia
Lejos de abandonar el deporte en este 2023 por recomendación médica, dará un giro a sus metas e incursionará en el nado en aguas abiertas
El súbito retiro de estas extremas pruebas deportivas tiene como objetivo priorizar la salud de su columna vertebral, que con el paso del tiempo, y el transcurso de los kilómetros recorridos, ha sufrido afectaciones.
“Me hicieron estudios antes de Navidad. Fue como ponerme un freno de mano. Los especialistas me dijeron: ‘Ya no te voy a preguntar cómo corres sino cómo caminas con lo que tienes’. Mis lesiones están muy cerca de la médula; encontraron dos hernias y dos discos mal. Tengo presionado un nervio por las mismas vértebras. Por eso en este año descarto la idea de realizar la Spartan Race, algo que realmente me llena de pasión y adrenalina. Requiero una nueva cirugía, pero estoy pensando si someterme a ella o no, por el tiempo de recuperación”, afirma con voz entrecortada Arratia del Castillo, quien, lejos de ver un ocaso, mira una ventana soleada.
“Lo que sí puedo hacer es nadar. Ahora voy a hacer natación en aguas abiertas, quiero participar en el serial del evento Oceanman, con miras a clasificar al Mundial que tendrá lugar el 2 y 3 de diciembre en Phuket, Tailandia; es el principal objetivo para 2023. También tengo pensado hacer triatlón y muy probablemente el cruce del Canal de la Mancha junto con mis hermanos. Nuevos retos y vencer otros miedos”, asevera la atleta auriazul de 52 años de edad.
En el año 2022, Cecilia Arratia llevó su cuerpo al límite de sus capacidades. Compitió con éxito en distintos eventos nacionales y luego acudió en Esparta, Grecia, al Spartan Trifecta World Championship, en donde hizo una carrera sprint de ocho kilómetros, la súper de 14 kilómetros y luego la beast de 26 kilómetros. Todo esto a tres semanas del Spartan World Championship de Abu Dhabi, una carrera en la cual hay que soportar el calor de 42 grados en el desierto durante 24 kilómetros, además de superar 30 obstáculos con diferentes dificultades.
“Estoy agradecida con Deporte UNAM por apoyarme en este viaje al otro lado del mundo. El deporte representa mi vida. Desde niña hice natación, jugué tenis, hice atletismo y siempre ha sido parte de mi vida. Me veo envejeciendo con el deporte. Inculca disciplina, perseverancia, tenacidad, respeto a ti y a los demás. Da mucha fuerza mental. Uno no puede saber de lo que es capaz hasta que lo intenta”, expresa Cecilia Arratia, poseedora de un aura llena de ímpetu, y además conocedora de ello, al grado de autodenominarse Perrucha, pseudónimo que es filigrana en su ropa de competencia y en su Instagram: ceci_perrucha_arratia.
“Hay que gozar cada instante que la vida te regala, es mi filosofía. Tengo un tatuaje que dice carpe diem, que es ‘vive el día, no te esperes a mañana’. Es lo que me encanta de la vida, vivirla intensamente”, sentencia con una sonrisa en el rostro la deportista puma, agradecida con su entorno, pero principalmente con su propio cuerpo “por haber cumplido con tantas competencias a pesar del dolor. Es increíble recibir tantas muestras de cariño, y saber que puedo inspirar a otras personas. El límite está en tu mente y el único rival a vencer eres tú mismo”.
