Se exhibe el trabajo artístico de Virginia Pérez-Ratton

C entroamérica: deseo de lugar es una revisión del Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) y TEOR/éTica del trabajo de Virginia Pérez-Ratton. La muestra propone examinar la vasta contribución de la artista costarricense, fallecida en 2010, y a quien se le considera una de las figuras clave para la reformulación de los discursos culturales en el ámbito internacional.

Su labor como crítica, curadora y gestora introdujo exposiciones, argumentos, obras y experiencias sensibles construidas desde Centroamérica. Con sus proyectos se proponía ir más allá de la antigua dicotomía centro-periferia y de los espejismos de igualdad, asociados con los debates del llamado arte global en los años 90.

Miguel Ángel López y María Paola (Lola) Malavasi, curadores de esta muestra, que reúne algunos de los trabajos más representativos de Pérez-Ratton y de parte de sus discípulos y amigos artistas, comentaron que su esfuerzo estuvo dirigido principalmente a configurar un espacio de reflexión sobre Centroamérica y el Caribe, como una manera de reclamar la visibilidad de la región en relación con el arte latinoamericano. En este proceso, señala Miguel Ángel López, Virginia tuvo un importante contacto con México. Llegó a curar muestras en el Museo Rufino Tamayo y a dar conferencias.

Tres núcleos

Lola indica que la exhibición se estructuró a partir de tres núcleos: Uno es la obra de esta prolífica creadora, aunque su trabajo no se ha conocido lo suficiente, debido a que se dedicó más a la gestión y curaduría. Otro fue pensar los discursos y debates sobre el arte latinoamericano que se estaban dando en los años 90 del siglo pasado, y cómo desde su quehacer, junto al de muchos colegas suyos, se logró insertar esa voz de Centroamérica que estaba ausente, lo que los llevó a examinar como curadores de Centroamérica: deseo de lugar una de las primeras exposiciones de la también historiadora del arte, y que se denominó MESóTICA II. El tercero es TEOR/éTica, su legado más fuerte y que sigue vigente. Se buscó incorporar algunos elementos de su labor como directora de este espacio y tomar en cuenta las redes que logró tejer desde ahí.

Espacio desde el afecto

Su producción artística tiene mucho que ver con la memoria que guardan los objetos, añade Lola. Y Miguel Ángel puntualiza: “Las obras que forman parte de esta muestra dan cuenta de un momento político particular en Centroamérica. Virginia intentó responder críticamente a los estereotipos sociales predominantes, y lo hizo por medio de un arte comprometido con su contexto y que va más allá de ciertos clichés. Habló de temas relevantes para la sociedad. Se empeñó en construir un espacio desde el afecto”.

Pérez-Ratton se dedicó a acompañar, impulsar y ayudar a tejer historias locales, a reclamar una agenda y temporalidad propias a fin de impactar y desorganizar las reglas de juego del intercambio artístico internacional. Su labor consistió en construir nuevos marcos de pensamiento que impugnaron las narrativas transnacionales dominantes en las que América Latina quedaba reducida a una constelación de cuatro o cinco países, ignorando gran parte de Centroamérica y el Caribe.

Lola y Miguel Ángel han incluido en esta exhibición a artistas que fueron interlocutores del trabajo de Virginia, y que ella acompañó como curadora. Son creadores que dan cuenta de las preocupaciones más significativas de la última década del siglo XX y de la primera del siglo XXI. Ambos curadores hicieron una selección que incluye a artistas de Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Panamá y Costa Rica, además de algunos del Caribe, específicamente de Puerto Rico y Trinidad y Tobago. Es algo heterogéneo y eso les permite mostrar una imagen dinámica y cambiante de la región.

La exposición subraya cómo el trabajo de Pérez-Ratton transformó las maneras de leer y escribir sobre la región, en diálogo con los debates y las realidades globales. Estará hasta el 5 de enero de 2020.