Marco Antonio Zaragoza Campillo, alumno de doctorado en Ciencias Bioquímicas, terminó en segundo lugar en la rama varonil y tercero general del ultramaratón de seis días consecutivos sobre un circuito de 1.1 kilómetros que se realizó en el autódromo de la ciudad de Mercedes, al oeste de Uruguay, en un evento denominado Festival Ultra.
“Sin duda, ha sido la competencia más dura en mi vida, también la que me ha hecho más fuerte. Ahora sé que puedo correr por varios días consecutivos a gran nivel competitivo. Mi cuerpo y mente son capaces de una alta recuperación”, asevera el atleta auriazul.
El recorrido que hizo el también profesor de la Facultad de Ciencias fue de 590.384 kilómetros, durante este certamen de la Asociación Internacional de Ultramaratonistas, avalado por la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo.
En la rama varonil, el atleta felino terminó sólo por detrás del argentino Santiago Escobar (617.727 km), y el tercer lugar fue para el uruguayo Choviatt Sheiler (557.093 km). La competidora charrúa Carla Dadomo (690.485 km) fue la vencedora absoluta.
“Nada mal el recorrido logrado, tomando en cuenta que sólo tuve 22 días de recuperación después de correr el Spartathlon 2018 bajo un huracán. Corrí con muchas reservas para evitar una lesión, mi objetivo principal era experimentar por seis días continuos y sobre la marcha modificar mi estrategia”, explica Marco Zaragoza.
La travesía en tierra charrúa requirió un esfuerzo que además de extenuante fue doloroso para el universitario, quien tuvo que sobreponerse a una lesión en el tendón de Aquiles.
Tuvo un dolor muy intenso al final del día dos que le hizo pensar seriamente en abandonar. En definitiva no era algo normal, por fortuna pudo resolver el problema gracias a los consejos de ultramaratonistas experimentados, de Héctor Trinidad Delgado y de los masajistas y enfermeros que los atendieron durante los seis días de competencia.
“Podíamos parar cuando quisiéramos. Los únicos horarios obligatorios eran el desayuno y la cena, uno a las 7 y la otra a las 19:30. Yo dormía de 2 a 6 de la mañana”, explicó Marco. “Este ultramaratón me ha dejado muchas enseñanzas. Ahora sé que puedo correr por más tiempo y más kilometraje sin lastimarme y llegar al punto de disfrutarlo, porque correr es disfrutar pero también sufrir. Es entrar a un mundo en donde la pasión, el dolor, el placer, la fatiga y el estrés coexisten, ésa es la razón por la cual lo hacemos”, finalizó el atleta auriazul.