Sobreviviente del horror bélico, el mexicano Robert Díaz, a sus sesenta años, es un hombre fragmentado que ha vuelto desde tiempo atrás de una guerra que no es la suya y que para él fue la única manera de acceder al sueño americano. Veterano de la guerra de Vietnam, integrante del escuadrón 407, el capitán Robert se encuentra internado en una casa de retiro. Allí, en un cuarto donde tiene poca movilidad, procura no cerrar los ojos para no perderse, porque intuye o sabe que lo van a vender como cualquier mercancía. ¿Quiénes?: la enfermera Dolores y el doctor Alonso, sus supuestos cuidadores. Ellos pretenden desaparecerlo y poner a la venta sus órganos al mejor postor.
De eso va la obra Sepulturas, ganadora del Premio Nacional Bellas Artes de Literatura 2012, escrita por Hugo Alfredo Hinojosa y dirigida por Emma Dib. Escenificación de Teatro UNAM a la que dan vida los actores Arturo Ríos, Humberto Solórzano, Bárbara Eibenschutz, Rodolfo Arias y Muriel Ricard, en una breve temporada que termina al 29 de junio, en el Teatro Santa Catarina, en Coyoacán.
Obra existencialista
Robert es un personaje espejo de no pocos militares latinos, punto de partida para explorar los temas de soledad, patriotismo, amor y miseria de un individuo de la tercera edad maloliente, sumido en sus recuerdos e invenciones. Ansioso por contar a su mejor amigo, Jacobo, o quien quiera escucharlo, sus rencores hacia su padre que nunca lo cargó y a quien él, por desgracia, tanto se parece. Robert está lleno de miedos como un niño y se lo confiesa a la imagen de su madre que en cualquier instante se evapora.
Esta pieza es una metáfora del abandono y, de acuerdo a su directora escénica, Emma Dib, nos muestra a un hombre que se va quedando solo por las decisiones que toma. En este sentido es una obra existencialista, dice. “El personaje es responsable, de alguna manera, de lo que le pasa”.
Dramaturgia propositiva que recae en la construcción de personajes complejos, vulnerables, fracturados y con diferentes vetas. Creación de atmósferas inquietantes. Por medio de la música y la poesía, rompimientos de las historias que luego se olvidan del todo. Juego de trasposición de personajes para reafirmar que, sin excepción, nos convertimos en memorias. Y ¿saben qué? “La vida es una hermosa cárcel para el pasado”, reflexiona Robert, el que escribe cartas que nunca envía.
El capitán, que tan bien luce con su uniforme, cuestiona si acaso no hemos reparado en cómo nos debilitan. Él sí lo percibe, y lo peor, nos dice, es que no hacemos nada. Sepulturas nos habla de un mundo caótico y podrido, donde poco nos ha de servir tener tanto odio guardado, como si nunca fuéramos a morir. Forever and ever, entre el olvido y la locura. Sepulturas: universos oscuros, exploración interior donde cada quien es su propio Dios.
Las funciones son jueves y viernes a las 20 horas, sábados a las 19 y domingos a las 6 de la tarde. La producción general es de Calypso Producciones; música original de Omar Guzmán; diseño de escenografía, Francisco Álvarez y Arelly Blas; diseño de iluminación, Francisco Álvarez, y diseño de vestuario, utilería y arte, Tolita y María Figueroa.