Vive el país una historia de horror
Soles negros, retrato honesto y triste del México sufrido
Expertos en temas de violencia analizan la película ganadora del Premio del Público del FICUNAM
Soles negros (2018) es el retrato del México actual. Es honesto, simple y cotidiano. Es brutal. Es una película que muestra de forma clara y transparente, sin filtros ni colores falsos, a un país triste y en penumbras. Uno que mata con una violencia bestial a sus mujeres, que vive sobre un sinnúmero de fosas comunes y está rodeado de jóvenes desaparecidos que realmente han sido secuestrados u orillados al sicariato, el narco o la clandestinidad criminal.
Soles negros es el México que muchos sufren pero que pocos están dispuestos a voltear a ver. Es el verdadero horror del conflicto armado mexicano del siglo XXI.
La cinta, dirigida por el canadiense Julien Elie, fue la ganadora del Premio del Público en la novena edición del Festival Internacional de Cine de la UNAM (FICUNAM), además de haber recibido la mención especial Eye of the Puma for Journalistic Achievement.
Conocer y registrar
Julien Elie asegura que no es periodista, pero trabajó como tal. Viajó a Ciudad Juárez, Ecatepec, Veracruz, Ciudad de México, Tamaulipas y Guerrero para conocer y registrar con su cámara la situación de los feminicidios, los perseguidos y los desaparecidos. Visitó los lugares de los hechos de las masacres, las tumbas y las fosas; entrevistó a las madres de las jóvenes asesinadas, a los familiares que buscan con picos, palas y uñas algún zapato, hueso o cabello de sus hermanos o hijos y a los activistas perseguidos.
Se aventuró al epicentro del dolor y del terror de México y logró salir con vida para mostrarnos que los grandes ausentes de esta historia son el Estado y su sociedad, para exhibir el fracaso de la transición a la democracia, para denunciar la cultura patriarcal machista y la indolencia de la gente.
Cátedra Mandela
“Soles negros es una fotografía del presente (…) El horror mexicano nos demuestra que puede haber cosas terribles en regímenes que se organizan de manera democrática”, señaló Pedro Salazar, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, en la charla Soles negros. Las Huellas de las Desapariciones en México en 24 Cuadros, organizada por la Cátedra Nelson Mandela de Derechos Humanos en Cine y Literatura.
“Al personalizar las estadísticas, al poner rostro y nombre a quienes han vivido estas situaciones, la película tiene belleza dentro del horror. Es un catalizador que ayuda a que estas historias no permanezcan en el silencio”, indicó Lucía Gajá, documentalista.
“Yo no vi Soles negros. No quise verla porque me duele mucho. Pero siento que la vi de otra manera. La viví cuando conocí a Julien y le contaba la cobertura de San Fernando (Tamaulipas), o lo que es cubrir todos los días desapariciones de personas, y todo lo que ha sido este país desde hace 12 años, e incluso desde antes”, añadió la periodista Marcela Turati.
“Soles negros nos muestra un México de duelo, que poco tiene que ver con el que se acerca a la muerte con irreverencia (…) Hay que asumir que estamos ante un conflicto armado. Estamos ante la presencia de un monstruo invisible que nos invade y al que no podemos nombrar”, agregó Karina Ansolabehere, integrante del Observatorio sobre Desapariciones e Impunidad.
Julien Elie aclaró que no quería retratar la violencia; sólo contar una historia. Pero la realidad lo superó. “Las buenas películas de horror lo son porque no vemos el horror. Pero la verdad es que lo que están viviendo los mexicanos es una historia de horror. (En Canadá) lo que conocemos de México es el tequila y el sol. Es el país del sol. Aunque también es oscuro, (por eso) el título de Soles negros”, concluyó.