La Facultad de Química (FQ) colocó una tabla periódica monumental con una extensión de 600 metros cuadrados en su Edificio A, con la cual la UNAM se suma a los festejos por el Año Internacional de la Tabla Periódica de los Elementos y sus 150 años.
Visible desde la fachada norte del inmueble, esta tabla periódica forma parte de una serie de actividades programadas por el Comité de Festejos del Año Internacional de la Tabla Periódica de los Elementos Químicos, conformada por los directores de la Facultad de Química, del Instituto de Química y de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia, así como por académicos.
Esta tabla fue propuesta en 1869 por el químico ruso Dimitri I. Mendeleev, basada en la predicción de las propiedades de los elementos conocidos en aquella época. Asimismo, el científico dejó espacio para varios elementos que habrían de descubrirse en el futuro.
En la declaratoria del Año Internacional de la Tabla Periódica, la Unesco destaca que 2019 coincide con los aniversarios de una serie de hitos relevantes en la historia de la ciencia: el aislamiento del arsénico y el antimonio por Jabir ibn Hayyan hace unos mil 200 años; el descubrimiento del fósforo hace 350 años; la publicación de una lista de 33 elementos químicos clasificados en gases, metales, no metales y térreos por Antoine Lavoisier en 1789, y el descubrimiento de la Ley de las Tríadas por Johann Wolfgang Döbereiner en 1829.
Conmemoración
La tabla periódica de los elementos, en su momento, sirvió para organizar la química que se conocía y, después, para proyectar la investigación y el conocimiento en torno a esta ciencia, así como para generar y desarrollar la industria química.
El Año Internacional de la Tabla Periódica pretende reconocer la importancia de ésta como la herramienta que aglutina el comportamiento de los elementos químicos, los cuales permiten la manufactura de las diversas sustancias y materiales que utilizamos en nuestra vida cotidiana.
Adicionalmente, subrayar que ha sido esencial en el desarrollo de diversas disciplinas científicas como la física, biología y geología.
Por último, mostrar que la ciencia funciona como una actividad colectiva, histórica que está continuamente autoevaluándose, corrigiéndose y reconstruyéndose.
Nuevos elementos
Hace dos años se nombró a los últimos cuatro elementos descubiertos. “Ahora ya no tiene huecos. Podría haber más elementos y continúan los intentos por descubrirlos, pero es muy difícil. Si no se llega a tener más, tampoco importaría”, dijo Plinio Sosa, académico de la FQ.
La tabla se hizo básicamente ordenando las masas atómicas y viendo el parecido químico de los elementos. Así, “no es otra cosa más que una escala de reactividad. Nos permite decir quién es reactivo y quién no: del lado izquierdo, abajo, están los que pierden fácilmente sus electrones, y del lado derecho, arriba, los que los capturan fácilmente”.
Mendeleev consumó la labor de nueve años de muchos científicos. “En realidad fueron seis especialistas los que se dieron cuenta de la periodicidad química, entre ellos el francés Alexandre-Emile Béguyer de Chancourtois, quien hizo una clasificación tridimensional, y Julius Lothar Meyer, alemán, quien prácticamente hizo el mismo trabajo que el ruso.
Aunque todos los elementos de la tabla se pueden encontrar en nuestro territorio, hay unos destacados, como la plata, del cual nuestro país es primer productor mundial; o el flúor, que se encuentra en un mineral llamado fluorita. Otro elemento interesante es el iridio, que tenemos de manera accidental, pues proviene del meteorito que cayó en la península de Yucatán hace 66 millones de años, por lo que es uno de los elementos más escasos.