Tras más de 11 mil días volvió en una nueva faceta: acompasado, resucitado de los retos de la morbilidad, en zigzag, pero firme. Aquel “dios sucio, pecador, el más humano de los dioses”, como lo caracterizó Eduardo Galeano, vino en su traza de entrenador, ya sin la pelota adherida a la zurda,…
Lee más...