Las historias detrás de los mejores puntajes del examen

Tenacidad, orgullo y perseverancia

Entre cambios de carrera, hacer la prueba por primera vez o en un segundo intento, lograron responder de manera correcta los 120 incisos y estudiarán una licenciatura en la UNAM

La emoción se refleja en sus rostros, ya que el sueño de estudiar una carrera en la UNAM se hará realidad para seis jóvenes, quienes obtuvieron un examen perfecto y acertaron los 120 reactivos del Concurso de Selección de Ingreso a Licenciatura 2024.

Se trata de Sonia Guadalupe Álvarez Santos, José Francisco Ayala Ruiz, Fernando Chávez Mendoza, Emilia Christlieb Wiener, Mariana Yali Lozano Sánchez y Rafael Mejía Valencia, quienes, entre cambios de carrera, hacer el examen por primera vez o hacerlo en un segundo intento, lograron responder de manera correcta todos los incisos.

Este hecho les generó una mezcla de emociones, pues, a decir de los próximos estudiantes de esta casa de estudios, sienten felicidad y orgullo de iniciar su preparación profesional en la UNAM.

En entrevista, cinco de ellos comparten cómo vivieron este momento, los sacrificios que pasaron para llegar a la UNAM y cuentan algunos aspectos de sus vidas.

Del campo a la ciudad

José Francisco Ayala Ruiz, quien ingresa a la carrera de Química Farmacéutico Biológica en la Facultad de Química, tiene 18 años y es originario de Tonatico, Estado de México, donde vive con su madre, padre y su hermana menor. Es proveniente de la Escuela Preparatoria Oficial número 132.

“El lugar donde vivo es un espacio rural, que se caracteriza por su ambiente tranquilo, habitan pocas personas y hay pocas casas. Debido al largo trayecto de mi casa a la UNAM, que consta de 3 horas en transporte público, opté por mudarme a Ciudad de México”, menciona.

Por lo anterior, indica que uno de sus retos será adaptarse a un nuevo entorno, ya que refiere que la ciudad y el campo son diferentes, lo que también implicará separarse de su familia.

Ayala Ruiz ayuda a sus padres en labores de agricultura, principal actividad económica que realizan para llevar sustento a su hogar; primordialmente, cultivan jitomate, pepino y maíz, alimentos que son vendidos en la Central de Abasto de Toluca.

Explica que algunos familiares concluyeron profesiones; sin embargo, él será el primero en hacerlo en la UNAM.

Desde hace tres años, cuando cursaba la preparatoria, participó en algunos concursos que le ayudaron a saber a qué quería dedicarse, pues le apasiona el área de la ciencia, especialmente la química, las matemáticas y la biología.

“Para entrar a la UNAM estudié un año y cuando llegó el momento de conocer el resultado, lo primero que hice no fue buscar mi número de comprobante, sino revisar si en mi carrera había un puntaje perfecto y cuando vi que se trató de mí no lo podía creer. En ese momento desapareció la incertidumbre y comencé a sentir mucha tranquilidad.”

A decir del estudiante, formar parte de la institución significa que puede hacer algo por México, dentro y fuera de la UNAM, por lo que se siente preparado y aprovechará todas las oportunidades para construir un futuro exitoso.

Animales y ciencias de la salud

Sonia Guadalupe Álvarez Santos, de la licenciatura de Medicina Veterinaria y Zootecnia en la Facultad de esa área, tiene 19 años. Vive en Ecatepec, Estado de México, con su padre, su madre y sus dos hermanas, y es proveniente de la Escuela Nacional Preparatoria (ENP) Plantel 2.

Su padre es electricista y su madre tiene una fonda pequeña en la que venden desayunos. Ahí Sonia apoya en la cocina, la limpieza, atender y repartir comida a otros lugares. “Otras de las actividades que hago y que me gustan mucho es dibujar con lápices de madera o con óleos, también me apasiona crear accesorios como collares”, comenta.

Álvarez Santos eligió Veterinaria porque desde pequeña le gustan los animales y el área de ciencias de la salud, y la licenciatura que cursará es una combinación de ambos aspectos. “No solamente veo a los animales de forma tierna, sino pienso que todos tienen mecanismos y capacidades increíbles”.

Anteriormente cursaba Medicina en la UNAM, mediante el pase reglamentado; no obstante, ella deseaba estudiar a los animales, por lo que optó por realizar el examen.

Al inicio no le resultó sencillo, pues tenía emociones negativas por haber dejado una carrera para entrar a otra y porque eso generó decepción en su familia, pero se sobrepuso a la tristeza y con la inspiración de su hermana mayor, quien también es estudiante de la UNAM, decidió intentarlo.

Para el examen de ingreso, Álvarez Santos se preparó durante 8 meses con guías, videos, pizarrones y un curso; a la par, apoyaba a su mamá en el negocio.

“Esperaba quedarme en mi carrera, pero no imaginé obtener el puntaje más alto y cuando me enteré que fue así, volvió la confianza en mí y en mis capacidades. Además, mi familia está contenta porque en este resultado se refleja todo el esfuerzo que han hecho para apoyarme en mis estudios”, menciona.

A futuro, desea terminar su carrera y tener su propia clínica veterinaria.

El primero de la familia

Fernando Chávez Mendoza, de Ingeniería Aeroespacial en la Facultad de Ingeniería, es egresado del Plantel Dr. Pablo González Casanova de la UAEMéx. Tiene 17 años y vive con sus padres y su hermana en Santiago Oxtotitlán, en el municipio de Villa Guerrero, Estado de México.

En sus tiempos libres le gusta leer, hacer ejercicio y meditar.

Su familia se dedica a la floricultura, específicamente a cultivar gerberas y rosas. Fernando los apoya en realizar todo el procedimiento que concluye en empaquetar las flores y dejarlas listas para su venta.

Él es el primero de su núcleo familiar que se formará profesionalmente en la UNAM, por lo que se siente entusiasmado y orgulloso.

Chávez Mendoza considera a la UNAM como una universidad prestigiosa, que forma y prepara para la vida, además de que imparte la carrera que él deseaba estudiar, pues tiene interés en los temas aéreos, espaciales y en las ciencias básicas.

Para el examen, se preparó con un curso de cinco meses, teniendo el reto de adquirir nuevos conocimientos y se enfrentó a otro más que fue cambiar sus hábitos.

Además, se mudará a Ciudad de México, por lo que considera que, al ser una nueva experiencia, necesitará el apoyo de su familia.

“Ser parte de esta casa de estudios significa que estoy haciendo las cosas bien, y me da la certeza de que puedo lograr esto y más”, expresa.

El joven quiere formarse y prepararse “para que en un futuro, cuando termine mi licenciatura, pueda irme al extranjero”.

Con dedicatoria al padre

Mariana Yali Lozano Sánchez, de la licenciatura de Médico Cirujano en la Facultad de Medicina, tiene 20 años y proviene del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Plantel Vallejo.

Lozano Sánchez vive en Santa María Tulpetlac, en Ecatepec, Estado de México, con su madre, hermana y abuela, quienes se dedican al comercio, principalmente de comida.

“Además de apoyar a mi familia con la venta, me apasiona hacer manualidades, pintar y tejer en todas las maneras posibles, son actividades que me divierten mucho y que hacen que pase un rato agradable”, explica.

Mariana quiso estudiar en la UNAM porque desde pequeña supo que era una universidad internacionalmente reconocida y eligió ser médica cirujana, pues desde sus 11 años le interesa ayudar a las personas en cuestiones médicas.

Asegura que este logro se lo dedica a su padre, quien en vida siempre la apoyó y animó en sus estudios, y uno de sus sueños era que su hija estuviera en la UNAM.

Ella obtuvo el puntaje perfecto en este segundo intento, ya que la primera vez que presentó el examen no logró ser seleccionada. Para la última prueba se preparó durante 8 meses, tomó un curso y estudió en su casa; eso implicó un reto, pues tuvo que aprender a ser más organizada y a estudiar de manera efectiva.

“Me enteré del resultado por una publicación que hicieron en Facebook de que ya se podía checar; entonces corrí a mi computadora, abrí el internet y aunque al inicio no creí haber obtenido los 120 aciertos, me quedé en shock al saber que así fue”.

A decir de Lozano Sánchez, “el resultado es el reflejo del esfuerzo que hice y me emociona saber que voy a acceder a otro nivel de educación. La UNAM me brindará las herramientas para aprender; en un futuro espero verme graduada y cumpliendo mis sueños profesionales”.

Apoyo de las mujeres

Rafael Mejía Valencia, de la carrera de Médico Cirujano en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala, tiene 19 años y proviene del Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Vallejo. Vive en la colonia Santa Rosa de la alcaldía Gustavo A. Madero, con su abuela, su mamá y su tía; estas últimas son también egresadas de la UNAM, de la carrera de Derecho y Contaduría, respectivamente.

Ellas fueron su apoyo durante el tiempo que Rafael estudió, pues el joven cuenta que, en ocasiones, se le dificultó tener disciplina para repasar los temas del examen; además, le brindaron ánimo en momentos de desmotivación.

Aparte del estudio, le gustan los videojuegos, hacer ejercicio, tocar la guitarra y el piano, e ir al cine.

“Al salir del CCH, usé mi pase reglamentado y elegí la carrera de Derecho, pero a los pocos días me di cuenta que no era lo que yo quería. Equivocarme de carrera hizo que eligiera lo que más me apasiona, que es la Medicina, aunque no logré quedarme en el primer examen, sí fui seleccionado en este segundo intento”, detalla.

Para ser un aspirante seleccionado, Mejía Valencia estudió un curso; y pasó de repasar de tres a diez horas al día los temas de la prueba.

Cuando conoció sus resultados creía que se podía tratar de algún error, pero al corroborar que tuvo todos los aciertos se emocionó y sintió tranquilidad, porque ahora estará en un área que le apasiona y ayudará a la salud de las personas, como alguna vez lo soñó.

“Estar en la UNAM me brindará la oportunidad de conocer la parte clínica y la de investigación. El límite va a ser definido de acuerdo a mi empeño, me esforzaré y seré un gran médico que logre descubrir las maravillas de la medicina”, finaliza.

Foto: Francisco Parra.
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