La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció que la emergencia de salud pública de interés internacional por la Covid-19 ha terminado. Esta decisión se basó en el consejo del Comité de Emergencia, el cual recomendó al director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, que declarara el fin de la emergencia.
Sin embargo, el dirigente de la OMS enfatizó que ningún país debe bajar la guardia ante un virus que sigue latente, y que puede desembocar en una enfermedad.
El doctor Ghebreyesus pidió que las naciones no desmantelen los sistemas de salud que se han construido y enfatizó que es necesario no enviar el mensaje a su población de que la Covid-19 no es motivo de preocupación.
Es momento –dijo– de que los países pasen del modo emergencia a gestionar la Covid-19 junto con otros padecimientos infecciosos.
Capacidad de respuesta
Para Susana López Charretón, investigadora del Instituto de Biotecnología (IBt), el anuncio de la OMS no significa que debemos bajar la guardia a futuro: “Esta no es la primera, ni será la última pandemia que vamos a pasar, desafortunadamente. El cuidado personal, la higiene personal, no acudir a sitios cerrados sin protección y, si estamos enfermos, no visitar lugares de contacto con otras personas, es básico mantenerlo”.
Acerca de las instituciones de salud, expresó que deben aumentar la capacidad de respuesta: “O sea, tenemos que aprender a ser mejores comunicadores –las redes sociales casi van en nuestra contra si no las sabemos utilizar, hubo muchísima información falsa– y aumentar las capacidades de diagnóstico y de respuesta”.
La especialista llamó a prevenir hechos similares en el futuro mediante el aumento de la capacidad científica del país. “Vimos por ejemplo que no tenemos manera de tener vacunas, se necesita una inversión seria en investigación que nos permita enfocarnos en hacer desarrollos de largo alcance y eso no parece estar a la vista. Médicamente necesitamos tener más apoyo para los médicos y para los hospitales, de manera que tengamos esa capacidad de recibir a las personas enfermas totalmente habilitada”.
López Charretón recalcó que debemos cuidarnos. “Tenemos que empezar a volver a vivir, digamos, pero atendiendo que esto no termina. No es que mañana ya no haya personas susceptibles con comorbilidades y de edad avanzada, todavía son más susceptibles a la enfermedad. No perdamos la oportunidad de recibir refuerzos de la vacuna y cuidarnos. Es muy recomendable que si subimos al transporte público o estamos en lugares muy cerrados, principalmente, usemos cubrebocas. Nos protege junto con la higiene de manos, está tiene que ser para siempre”.
Por su parte, Alejandro Macías, integrante de la Comisión Universitaria para la Atención del COVID-19 de la UNAM, comenta que hay muchas cosas que no aprendimos: “Por ejemplo, el grave daño que nos causó esta pandemia se debió, al menos en parte, porque no invertimos en salud y seguimos sin invertir suficientemente en ese sector. Creo que ese es el principal problema”.
Sobre el anuncio de la OMS, el especialista señala que “ya se esperaba, pues lo que significa para el mundo y para países como México, que tuvimos mucha infección y mucha gente vacunada, es que ya no surjan grandes picos de enfermedad, y que pase a ser parte del reparto de los padecimientos que siempre nos afectan”. Optimista, consideró que es poco probable que volvamos a tener saturación de hospitales y colapso de sistemas de salud en el mundo y en México.
Macías agrega que “si bien termina como pandemia, el virus no se va a ir y seguiremos teniendo casos, inclusive algunos pacientes graves. La diferencia serán los números”.
Y subraya otro punto hacia el futuro: “La OMS también señala que otra pandemia, eventualmente, puede aparecer y eso nos debe dejar enseñanzas de forma individual. Aprendimos por ejemplo que debemos estar en mejores condiciones físicas, que si tenemos una enfermedad crónica hay que controlarla mejor, que no tenemos un buen sistema primario de atención; que hay que mejorarlo; que necesitamos más y mejores capacidades de terapia intensiva en nuestros hospitales; que no tenemos suficiente servicios de diagnóstico para pruebas moleculares, por ejemplo”.
Un aspecto importante fue cuando hubo una crisis de oxígeno suplementario, de escasez de tanques: “También aprendimos que debemos tener mejor coordinación con los productores de oxígeno en México”.
Agrega Macías: “Hay muchas lecciones, como la necesidad de que el país produzca sus propias vacunas. México va a tener mejor capacidad de producción de vacunas y ya se van a poder hacer aquí, al menos las de influenza y coronavirus; pero hay muchas cosas que aprender para que la siguiente pandemia, que eventualmente va a ocurrir, no nos haga el mismo daño que nos causó esta”, termina.