Defensa permanente de la libertad de expresión
Tiene la UNAM certeza de su autonomía: Graue
Entregó el Reconocimiento al Mérito Universitario a 70 académicos con 50 años de servicio
A 90 años de consolidar sus principios autonómicos, en la UNAM “continuaremos defendiendo la libertad de expresión de nuestra comunidad. No hay ni habrá dogmatismos o ideologías imperantes porque sabemos que cuando nuestros académicos elevan su calificada voz, lo hacen comprometidos con la justa transformación de nuestra nación”, afirmó el rector Enrique Graue Wiechers.
Al encabezar la ceremonia del Día del Maestro –la más significativa de la institución– aseguró que la Universidad tiene la certeza de su autonomía y con ello la confianza de lo que es indispensable para su quehacer esencial, que no es otro que la permanente transformación de México.
“Con autonomía defendemos nuestro carácter laico, público y gratuito. Con autonomía definimos nuestros mecanismos de ingreso y permanencia y nuestra voluntad de crecer y educar con calidad. Con autonomía organizamos nuestro presupuesto y lo hacemos con la austeridad que evita excesos y con la suficiencia para no generar carencias; con apego a la legalidad y con absoluta transparencia”, destacó.
Con autonomía, agregó, “continuaremos investigando en búsqueda de la verdad y de las mejores soluciones para el país, y difundiendo nuestros conocimientos con honestidad y veracidad. Con respeto y firmeza habremos de influir en las leyes y planes de desarrollo para la ciencia, la tecnología y la innovación. Porque estamos convencidos de que no habrá país rico con una ciencia pobre”.
En la Sala Miguel Covarrubias, Graue recordó a los académicos que hace 50 años ingresaron a la UNAM que en ese entonces la institución salía del doloroso episodio del 68, el cual cambió el rostro de la nación y reforzó la identidad y convicción de los universitarios. La identidad de la importancia de la autonomía ante cualquier régimen de imposición, y la convicción de acabar con el autoritarismo y de construir una nueva democracia.
En julio pasado, prosiguió, los mexicanos decidieron cambiar el rumbo para conseguir un país más democrático, honorable y justo. Para algunos fue súbito e inesperado; para otros, un cambio deseado y necesario. De ahí que la sociedad se encuentra entre el desconcierto y la esperanza. “Pero en la Universidad Nacional no debe haber incertidumbre sobre nuestro presente y futuro ya que tenemos la certeza de la autonomía”.
Tras entregar el Reconocimiento al Mérito Universitario a 70 académicos con 50 años de servicio, investir a cinco profesores e investigadores eméritos y reconocer a cuatro integrantes de la Junta de Gobierno y uno del Patronato Universitario que concluyen sus encargos, Graue aseveró que la conjunción de la libertad, el conocimiento, la inteligencia universitaria y la riqueza de lo mejor de la juventud mexicana han sido los catalizadores para que esta casa de estudios sea y haya sido un factor determinante para el cambio de nuestra nación.
“Por eso es tan dolorosa la inseguridad que nos rodea y que hace unos días se llevó la vida de una de nuestras estudiantes. Con
su muerte, y con las muertes violentas de los jóvenes de nuestro país, se cercenan esperanzas, se destruyen familias y se asfixia el futuro del México que queremos ser.”
Vivir en una sociedad en paz y libre de armas es un imperativo impostergable, y “como sociedad exigimos combatir la violencia donde quiera que se encuentre”, subrayó el rector.
La Universidad Nacional, destacó, continuará con las medidas que sean necesarias para erradicar a los delincuentes que penetran en las instalaciones, “ya sea con la pretensión de desestabilizarnos o de cometer actos ilícitos”. También seguirá trabajando con las autoridades competentes para fortalecer el programa de senderos seguros y disminuir narcomenudeo, giros ilegales y pandillerismo.
El rector reconoció el trabajo de la Secretaría Prevención, Atención y Seguridad Universitaria y a los trabajadores, por la recuperación de espacios, la detención de decenas de delincuentes en las inmediaciones de las instalaciones universitarias y la prontitud y eficacia con las que se han llevado a cabo. “Seguiremos con firmeza en ese trayecto”.
Esencia de la Universidad
Previamente, el rector sostuvo que en los académicos está la esencia de la Universidad, pues en ellos recae la misión de crear y resguardar conocimientos; de ordenarlos y transmitirlos; de estimular y heredar vocaciones, y de propiciar en los estudiantes el ánimo de superación y la avidez por descubrir lo ignorado y desconocido.
Los logros de la UNAM son sus logros; sin el cuidado y apego a sus labores, la Universidad de la Nación no sería lo que hoy es. Y el cambio es el signo distintivo de su quehacer.
En representación de los académicos, Yolanda Lastra y Villar y García Gómez expuso que en medio siglo han sido testigos de sucesos sociopolíticos que han causado sobresaltos a la institución. Por ejemplo, en 1968, cuando el rector Barros Sierra encabezó la defensa de la autonomía y el repudio a las acciones contra los estudiantes; en 1994 con la rebelión indígena en Chiapas; y en 1999 con la huelga estudiantil que duró más de nueve meses.
Frente a ello, remarcó, esta casa de estudios se ha posicionado entre las mejores universidades del mundo, ha nutrido al
ámbito latinoamericano de intelectuales y científicos, ha contribuido a la solución y alternativas a los problemas nacionales, además de participar de la generación del conocimiento de frontera. “Todo ha sido resultado de la autonomía, gracias a la cual los universitarios deciden la forma en que se gobiernan y, por consiguiente, hay libertad de cátedra e investigación”.
En su oportunidad, Sergio García Ramírez (en representación de los profesores e investigadores eméritos) expresó que la autonomía “es el oxígeno que respiramos, no sólo beneficia a los universitarios sino también, y sobre todo, a la nación”. Y cuestionó: “¿Cuál sería, sin autonomía plena y constante, la suerte de la Universidad Nacional? ¿Cuál el rumbo de la educación pública superior? ¿Cuáles las aportaciones de ésta a una república en desarrollo?”.
Por los integrantes de la Junta de Gobierno que concluyen su encargo, Mario Luis Fuentes Alcalá dijo que la autonomía universitaria “es una de nuestras mayores fortalezas ante los embates y excesos del poder, y una de nuestras mayores garantías de plena libertad en el pensar y en el decir”.
Ante la complejidad de una economía que no crece, agregó, de violencia desbordada en la nación, de carencias y hambres, de los dogmatismos y la fascinación que generan en muchos los discursos identitarios, la Universidad tiene el reto de intensificar su pensamiento y su reflexión.
“México necesita de más y más ciencia. Nuestra posibilidad de construir un país de bienestar exige de ciencia y tecnología propias, de la sociedad del conocimiento; pero ello, por sí mismo, no nos dará ni capacidad crítica ni claridad ética. Por eso, necesitamos más y más filosofía; más y más poesía y literatura; más y más pensamiento social de vanguardia; más y más humanidades.”
Participaron, entre otros, el secretario general, Leonardo Lomelí, el secretario de la Junta de Gobierno, José de Jesús Orozco; la integrante del Patronato María Elena Vázquez, además de exrectores, directores de diferentes entidades académicas, estudiantes y familiares de los galardonados.
Por su labor excepcional, el rector de la UNAM invistió a los profesores e investigadores eméritos Jorge Enrique Llorente Bousquets, de la Facultad de Ciencias; Juan Pedro Laclette San Román, del Instituto de Investigaciones Biomédicas; Esther Cohen Dabbah, del Instituto de Investigaciones Filológicas; Francisco José Sánchez Sesma, del Instituto de Ingeniería y Sergio García Ramírez, de la Facultad de Derecho.
También fueron reconocidos los integrantes de la Junta de Gobierno que concluyen su encargo: José Pablo René Asomoza y Palacio, Maite Ezcurdia Olavarrieta, Rosaura Ruiz Gutiérrez y Mario Luis Fuentes Alcalá. Mientras que del Patronato se distinguió a José María Zubiría Maqueo.