Aunque la situación para las mujeres en la ciencia ha mejorado y hay un gran número de ellas que hacen investigación de primer nivel, aún no se alcanza la paridad en este plano, resaltó Julia Tagüeña Parga, investigadora del Instituto de Energías Renovables.
Al participar en la jornada de pláticas/ mesas de diálogo Espacios de Diálogo, Respeto y Entendimiento, organizadas por el Centro de Ciencias de la Complejidad, la académica universitaria señaló que persiste la ausencia de paridad en el terreno científico. “La ciencia no tiene género, porque el amor al conocimiento y el deseo de entender es absolutamente igual para un hombre que para una mujer”.
Pero hacer ciencia, precisó, sí tiene género y las mujeres nos tropezamos siempre con un camino más complicado, con dificultades, aun sin que haya particular discriminación. No es lo mismo la carrera científica para ellas que para los hombres.
Aunque durante la pandemia, de acuerdo con diversos estudios, se observó que, en el terreno académico, se vio afectado el número de publicaciones de las investigadoras, la crisis sanitaria evidenció esa inequidad, pero también mostró el poder del sector femenino en el sistema de salud, porque las científicas han estado involucradas en el desarrollo de las vacunas.
Además, médicas y enfermeras realizaron un papel importante en el cuidado de los contagiados por la Covid-19 y han mostrado que la fuerza laboral de las mujeres es absolutamente fundamental.
Por otra parte, puntualizó que el proceso cognitivo entre hombres y mujeres es idéntico, en ello no hay una diferencia de género; múltiples estudios han mostrado que es el sesgo de género el que hace la diferencia. La equidad es el camino hacia la igualdad y se realizan acciones afirmativas para alcanzarla.
Diferencias fisiológicas
Ana Leonor Rivera, investigadora del Instituto de Ciencias Nucleares, comentó que cuando se habla de políticas públicas es indispensable considerar que hombres y mujeres tienen los mismos derechos, pero también tienen que tomarse en cuenta las diferentes fisiológicas entre ambos.
Es decir, añadió, “no somos iguales fisiológicamente y en el ámbito del sector salud nos dan tratamientos médicos sin considerar la perspectiva de género ni tomar en cuenta que hombres y mujeres reaccionamos distinto ante las enfermedades y a su tratamiento farmacológico”.
Por ejemplo, durante la pandemia por la Covid-19, ambos respondieron de manera distinta. Esta es una enfermedad sistémica que afecta de forma diferente a hombres y mujeres, “a ellos les va peor”.
Ello también refleja que en todos los estudios que se realizan, en Medicina también, se debe tener presente la perspectiva de género y considerar que uno y otro género “respondemos de manera distinta a las enfermedades y a los tratamientos, somos organismos muy diferentes entre sí, y para estudiarlos y entenderlos hay que tomarlo en cuenta”.
Cambios políticos
Gabriela Dutrénit Bielous, académica de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, apuntó que en materia de perspectiva de género en la política científica se han dado cambios recientes en la Constitución, el artículo 3o reconoce el derecho a la igualdad de género en la educación superior y en la ciencia; el mandato de la Carta Magna es aprobar una ley de ciencia, tecnología e innovación y a partir de ella tendría que definirse la política científica y como parte de esto adoptar dicha herramienta conceptual.
Recordó que en 2013 se incorporó a ese proyecto de ley la perspectiva de género, cuya inclusión se promueve en el inciso 8 del artículo 2o, con una visión transversal en la ciencia, la tecnología y la innovación, así como una participación equitativa de mujeres y hombres en todos los ámbitos del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación.
“Hoy existe la oportunidad para otro avance significativo, se está discutiendo si habrá una ley general en el área, es la oportunidad para plasmar en ésta todos estos cambios en la reglamentación, para darle una perspectiva de género tanto al estatuto como a la política científica.”
Subrayó que tiene que ser una política científica que reconozca las desigualdades, que tenga acciones afirmativas de carácter temporal, “porque en algún momento tendremos que hacer acciones afirmativas para los hombres”.
Para finalizar, señaló que son muchos los retos, entre ellos, reivindicar los avances y herramientas que ya se tienen en materia de derechos humanos e igualdad de género; se deben reforzar los indicadores de evaluación de las políticas y programas específicos donde aún hay cuellos de botellas, entre otros aspectos.