En el reglamento interior de la Junta de Gobierno (JG), publicado el 27 de marzo de 2025 en Gaceta UNAM, se menciona que “sensible a las necesidades de participación, transparencia y rendición de cuentas de toda autoridad en un Estado de derecho, (la JG) busca atender el sentir de la comunidad universitaria y reconoce la necesidad de adecuar su normatividad interna para responder de la mejor forma a sus responsabilidades y atribuciones”.
Ana Barahona, presidenta en turno de la JG, afirmó en entrevista que este órgano colegiado da un paso adelante para actualizar su normatividad, y obviamente para darlo a conocer, no sólo a la comunidad universitaria, sino a la sociedad en general. La JG tiene muy claro cuál es el ámbito de su competencia dentro de la Universidad, pero también cuáles son sus obligaciones para con la sociedad en general.
En este reglamento, añadió, la JG ha dejado por escrito la forma en que funciona, cuáles son sus responsabilidades, cuál es el ámbito de su competencia, qué hace, cómo lo hace y por qué lo hace. Trabajaron en el reglamento durante varios meses “para dar una mayor transparencia y una mayor certeza de lo que hacemos. Y ahora consta de 14 capítulos, con 25 artículos. Este trabajo no sólo es el resultado del trabajo de esta JG, sino también de la memoria colectiva de la Junta como cuerpo colegiado desde la expedición de la Ley Orgánica de la Universidad”.
La JG está facultada por la Ley Orgánica de la Universidad y por el Estatuto General, a expedir su propio reglamento, a modificarlo siempre que haya una mayoría de 10 votos, precisó. Enfatizó que la JG no puede quedarse atrás de otras grandes reformas que están ocurriendo en la Universidad.
Todos los órganos colegiados, y particularmente los de la Universidad Nacional, aclaró, se han adaptado a las necesidades de la propia comunidad universitaria, pero también de la sociedad. “Y lo digo en el sentido de que la Universidad recibe fondos públicos, fondos federales para su funcionamiento, y eso nos lleva a una rendición de cuentas. La JG forma parte de este gran movimiento de actualización y modernización”.
“Quisimos publicarlo como un suplemento de Gaceta para llegar a la comunidad, declaró, que no fuera un reglamento que quedara solamente en la página oficial de la Junta de Gobierno, sino que tuviera esta gran difusión y visibilidad a otros niveles”.

La participación de la comunidad
En la oficina de Ana Barahona, profesora Titular C de Tiempo Completo en el Departamento de Biología Evolutiva y Coordinadora del Seminario Universitario de Historia, Filosofía, y Estudios de las Ciencias y la Medicina, sobresale la portada de la revista Nature que anunciaba en 2001 ese gran hito de la ciencia: la secuenciación inicial y análisis del genoma humano. También destaca, en sus libreros, una figura de Charles Darwin, uno de sus grandes temas de estudio.
Barahona recalcó que la comunidad universitaria participa en los procesos de elección de la siguiente forma: “Por ejemplo, cuando se va a nombrar a la persona que va a dirigir una entidad académica, lo primero que ocurre es que la Secretaría General emite una convocatoria en el caso de las facultades y escuelas, o las coordinaciones de la Investigación Científica y de Humanidades en el caso de los Institutos, llamando a la comunidad de que se trate a que se pronuncie no sólo de los posibles candidatos o candidatas, sino de las problemáticas que se viven en esa dependencia en particular. De este proceso surgen los nombres de las personas que tienen la intención de participar en el proceso. Entonces la Secretaría General y las coordinaciones empiezan a recibir propuestas de académicos, profesores, trabajadores y estudiantes, de quiénes serían las personas idóneas para dirigir la entidad”.
Una vez que se hace esta auscultación, continuó, el Rector forma la terna, y ésta es remitida a los consejos técnicos respectivos; una vez que es aprobada por ellos, el Rector la turna a la JG, que recibe, además, los planes de trabajo de las candidatas y candidatos y los curricula, documentos que son subidos a la página de la JG para el conocimiento de la comunidad.
Posteriormente la JG inicia el proceso de auscultación, en el que las comunidades se acercan a los miembros de la JG para expresarse de forma presencial, virtual o por escrito. “Lo deseable es que sea una participación muy amplia, que haya un intercambio de ideas, y que la comunidad nos haga llegar sus opiniones, porque es lo que hace que la JG tenga el pulso de lo que está pasando dentro de esa entidad”.
El siguiente paso son las entrevistas presenciales con las candidatas y candidatos de la terna, abundó Ana Barahona. “Realizamos esta entrevista apoyados en las opiniones de las comunidades, y de los documentos que nos hacen llegar. Los candidatos se expresan, defienden su plan de trabajo y los diferentes miembros hacemos preguntas acerca de lo que nos dijeron las comunidades, y sobre los alcances de su proyecto para dirigir la entidad de que se trate”.
Después de esa entrevista con cada uno de los tres candidatos hay un proceso interno, dentro de la JG, de amplia deliberación. “Llegamos a una conclusión muy bien fundamentada basados en estas opiniones, documentos, y en las entrevistas. Para designar a la persona que va a dirigir esa entidad académica los siguientes 4 años se requieren de por lo menos ocho votos a favor de los 15 miembros de la Junta de Gobierno. Ahí termina el proceso de designación, se hace un acta, y lo que estamos planteando justamente en este reglamento es que esas actas sean públicas y estén en el portal oficial de la JG. Esto es lo que está descrito en blanco y negro, entre otras cosas, en el Reglamento Interior de la Junta de Gobierno”, concluyó.