La UNAM recibió durante estos días a las y los estudiantes que por primera vez cursan licenciaturas, y también a aquellos que continúan sus estudios; los primeros, a pesar de incertidumbres y nerviosismos, se dijeron listos para enfrentar los retos académicos que traerá el ciclo escolar.
Desde distintas partes del Valle de México, el lunes tomaron camino hacia esta casa de estudios. Cuando el reloj marcó las 7 horas, ya estaban en sus aulas para cursar la primera clase.
Pese a que las alumnas y alumnos aseguran que se presentaron en su primer día con angustia, preocupación y miedo, las sensaciones disminuyeron luego de que presenciaron sus primeras clases, pues a su consideración las y los profesores impartieron sus asignaturas de manera amena y entretenida.
Algunos alumnos compartieron sus vivencias del primer día de clases, así como sus expectativas respecto a sus profesores, materias y compañeros…
El mayor objetivo
Distintas emociones experimentaron no pocos universitarios al iniciar sus licenciaturas. Hubo quienes incluso vieron tan intensificadas sus sensaciones que llegaron hasta la lágrimas.
Alondra Alcántara Ruiz, de primer semestre de la Facultad de Derecho, contó que “en el camino hacia la Universidad no pude contener las lágrimas porque por fin llegó el día en el que inicié mi mayor sueño académico. Estaba muy ansiosa por el deseo de que iniciaran las clases, y hoy al llegar a la Facultad sentí mucho orgullo porque recordé el esfuerzo que implicó estar aquí”.
Para Alcántara Ruiz, sus profesores fueron muy accesibles y sus clases didácticas. Asimismo, desde la segunda materia que tomó se percató que le tocó estar en un grupo tranquilo y agradable, por lo que considera que se creará un buen compañerismo durante el curso de la licenciatura.
Luciana Mulia Bustos, de la misma Facultad, se sintió dichosa y cómoda. Además, le gustaron sus clases y está feliz porque desde el primer día ya conoció e hizo muchas amistades.
Por su parte, Monserrat Sánchez Villegas, de la Facultad de Economía, relata que, aunque sintió temor al llegar a la Universidad, con el paso de las horas se percibió con más ánimo porque inicia una nueva etapa académica, y estar en la UNAM se siente reconfortante.
“Llegar aquí fue la mejor decisión que tomé, y ahora estoy segura que no pude haber escogido una mejor Facultad. Sabía que lo podía lograr, pero sigo sin creerlo, estoy en shock; al inicio del día lloré porque me sentí recompensada por todo lo que implicó este logro”.
Disciplina y puntualidad
Algunos alumnos, como Isaac Daniel Flores López, de la Facultad de Arquitectura, llegaron varias horas antes de su hora de entrada, pues estaban preocupados por asistir puntuales a su primera clase, ya que la distancia a la Universidad es más larga en comparación con la preparatoria.
“Llegué casi tres horas antes, y como soy del turno vespertino aproveché para dar un recorrido por la Facultad; aunque ya la conocía, quise ubicar con exactitud mi taller, porque quise estar preparado y evitar algún contratiempo”, precisa.
Explica que en sus primeras clases se sintió nervioso, pero a gusto, ya que desde que hicieron la bienvenida en la Facultad tuvo la oportunidad de conocer a sus nuevos compañeros, por lo que no les fue complicado adaptarse.
Igualmente, Ángel Uriel Rodríguez González, de la Facultad de Ingeniería, llegó con mucha anticipación a su primera clase, debido a la distancia y a que quería tomar unos minutos para controlar las emociones que sentía por el inicio de su carrera universitaria.
“Al estar en la Facultad me sentí triste y extraño porque ya no estaré con mis amigos de la preparatoria. Pero lo que me gustó de la Universidad es que se preocupan por los estudiantes y su desempeño académico, eso me hace sentir bien y tranquilo”.
Mario Samuel Luna Morales, también de la Facultad de Ingeniería, tomó el tiempo libre que tenía antes de iniciar sus clases para relajarse, debido a que imaginó que desde los primeros días el ritmo escolar sería muy rápido, por lo que también sintió tensión y algo de estrés.
No obstante, ocurrió todo lo contrario, ya que percibió un ambiente tranquilo y con armonía, por lo que disfrutó mucho de su primer día en la Universidad.
Lazos de amistad
Matías Bautista Rivera, Itzel Sánchez Nieves y Dulce Jimena Valdez Ortega se hicieron amigos desde las primeras horas de clase. Juntos, los alumnos de nuevo ingreso de la Facultad de Derecho, descubrieron que las y los profesores son accesibles e imparten sus materias de forma dinámica y con el entusiasmo de compartir sus conocimientos.
Para Matías Bautista el inicio de clases fue muy distinto a como lo pensó, pues él creía que los profesores serían estrictos y serios; sin embargo, hicieron las clases divertidas y son pacientes y atentos a la hora de resolver las inquietudes de los alumnos.
“Pese a que días antes de entrar a la Universidad estaba preocupado y temeroso, ahora, después de haber entrado al salón y conocer a todos, me siento tranquilo y feliz. Definitivamente todo fue mucho mejor a cómo lo imaginé”, indica.
De camino a la Facultad, Itzel Sánchez recuerda que sentía dolor de estómago por los nervios del primer día, pues creía que el ambiente sería tenso, pero se sorprendió al no ser así.
“Me sentí más tranquila cuando comencé a interactuar con mis compañeros. En ese momento recordé que tal vez no era la única que se sentía así, entonces dejé a un lado esa preocupación y decidí disfrutar mi estancia y a mis nuevos amigos”.
En tanto, Jimena Valdez describe su primer día como un momento que no imaginó, pues suponía que en la Universidad todo era más formal y complicado, “pero nunca olvidaré este día porque realmente me sentí muy cómoda”.
Retomar el sueño
Kevin Baeza Díaz inició el tercer semestre en la Facultad de Psicología y afirma que este ciclo escolar regresó con mayor certeza de lo que quiere en su futuro profesional. “Recuerdo que el primer año me sentía confundido, pero ahora tengo seguridad de lo que quiero. Este semestre lo inicié con emoción e incertidumbre por todo lo que vendrá, nuevos académicos y materias”.
Diego Alejandro Rendón Nieto, quien ingresó a séptimo semestre de la Facultad de Arquitectura, siente nostalgia, pues ya no tendrá muchas materias, como cuando inició la carrera, y también porque muchos de sus compañeros ya no están en la Facultad, pues algunos se fueron de intercambio.
“Es un semestre diferente, pero me emociona seguir aprendiendo y saber que cada vez estoy más cerca de la recta final”, comenta.
Adicionalmente, agrega: “Me gustaría ser un apoyo para alumnas y alumnos de nuevo ingreso; quiero que sepan que si alguien necesita ayuda, me sentiré feliz de orientarlos y brindarles algunos consejos sobre la licenciatura”.