Una publicación en las plataformas puede destruir la vida de un ser humano

Las redes sociales tienen un poder enorme en la sociedad contemporánea. Inciden sobre la vida pública de las naciones y las personas. Una sola publicación puede destruirle la vida a un ser humano o puede volverlo famoso y millonario. Y en ese sentido, por supuesto que todo esto afecta el debate público, las leyes de convivencia entre países, afirma Rubén Darío Vázquez, académico de la Facultad de Estudios Superiores Aragón.

Hasta el momento, agrega en entrevista con Gaceta UNAM, “ni en México, ni en Estados Unidos, ni en Europa, ni en ninguna parte del mundo se han podido legislar de una manera correcta las redes sociales. Las leyes que hay legislan sobre el contenido de los medios de comunicación (y las redes no son medios de comunicación) o sobre las plataformas de telecomunicaciones (y las redes sociales van más allá). De ahí que no se está entendiendo la parte tan compleja de cómo influyen a nivel social.

Es un hecho que las redes sociales están lejos de desaparecer, acota. “En este proceso de transformación lo que debemos de entender es que estamos en un fenómeno muy similar al que sucedió al inicio del siglo XXI. En ese entonces se confundían las redes sociales con una extensión de los libros. La discusión académica para comprender internet era sobre cómo se podía utilizar de manera educativa. Se consideraba al mundo digital como una especie de extensión de un libro, un aula o un salón de clases, cuando es mucho más complejo que esto”.

Las redes sociales están en un proceso de renovación, considera. “Hay algunas redes que son mucho más atractivas que otras, y esto definitivamente ha influido en la forma en que los usuarios las están utilizando. De acuerdo con los informes, la cantidad de usuarios no ha disminuido, y el índice promedio se ha mantenido exactamente igual. La red social más usada en el mundo sigue siendo Facebook, con poco más de dos mil millones de usuarios, y de ahí le sigue TikTok e Instagram. Esto bajo ninguna circunstancia implica una decadencia, más bien hay un reacomodo. La forma en la que habían funcionado hasta ahora ya no es la misma. Las generaciones más jóvenes las emplean de manera totalmente diferente a las previas”.

Incertidumbre y desconfianza

Es un hecho que los dueños de las redes sociales, los más visibles, por ejemplo, Elon Musk o Mark Zuckerberg, han influido en la situación actual, indica. “La crisis e incertidumbre que tiene Twitter en este momento se acrecentó debido a la presencia de Elon Musk, por las decisiones tan extrañas que ha tomado”.

Twitter ya estaba en crisis desde hace mucho tiempo, no crecía, y está lejos de ser una de las redes sociales más importantes del planeta, pero sí es una de las más influyentes. En ese sentido, han causado controversia e incertidumbre las decisiones de Elon Musk, agregó el catedrático.

Respecto a Mark Zuckerberg y Meta “no es que esté invirtiendo de una mala manera, pero ha estado dedicando una gran parte de su presupuesto a las tecnologías de la información, centrado en el metaverso. Esto a los inversionistas les causa ruido, y es una de las razones por la cuales ha creado desconfianza en ese sentido”.

Nuestros recuerdos en línea

Las redes sociales no van a cerrar, pero en el caso de que alguna lo hiciera, sí se perderán millones de fotografías, videos, textos, documentos. ¿Cuál es la razón? Nosotros firmamos un contrato y en él cedemos las imágenes a las redes sociales. Ellos no están comprometidos a salvaguardarlas ni a hacer ningún tipo de respaldo, señaló el especialista.

Hábitos de consumo

Rubén Darío Vázquez precisó que hay una profunda transformación en los hábitos de consumo de las plataformas digitales. “Lo que está sucediendo ahora es que hay una serie de cambios en los algoritmos, el consumo, el perfil de los usuarios de las redes, lo que nos lleva a una nueva configuración del lenguaje propio de las redes sociales, y los medios de comunicación o lo entienden o desaparecen”.

Concluyó que “los usuarios siempre hemos sido bastante pasivos ante esta situación, en el sentido de que no podemos cambiar absolutamente nada, no podemos modificar las plataformas de comunicación digital; estamos bastante indefensos en ese sentido. Lo que podríamos hacer es exigirles a nuestras autoridades que tengamos representación, y que creen puentes ante las empresas privadas de comunicación digital, que lo hagan los gobiernos, los Estados y la sociedad civil organizada”.