En una final tan cerrada que, tras un empate, el primero y segundo lugares debieron decidirse por una diferencia mínima de puntos, el representativo de gimnasia aeróbica de la UNAM regresó del Campeonato Panamericano 2023 de la disciplina (celebrado en noviembre en Lima, Perú) con una medalla de plata que, a decir de los integrantes pumas que contendieron, ganaron tras ejecutar una rutina que merecía el oro.
Así dio testimonio el público reunido en el polideportivo de la Videna que presenció aquella dinámica, la cual describieron como una pieza en la que destacan sus movimientos potentes, elásticos y coreográficos, siempre acompasados con la música. Y es que la gimnasia aeróbica –nueva modalidad de esta disciplina– tiene cada vez más seguidores y practicantes, como señala Luz Delfín Eroza, entrenadora en jefe de esta actividad deportiva dentro de la Universidad.
“Pero lograr esto no es fácil. De lunes a viernes dedicamos al menos tres horas a hacer calentamiento, preparación física, ballet, danza contemporánea, pesas y cardio, y si estamos por competir ensayamos la técnica. Nuestro equipo está conformado por hombres y mujeres de bachillerato, licenciatura, posgrado y algunos egresados”.
La belleza de esta actividad fue lo que atrajo a Itzel González Nieto, del cuarto semestre de Psicología, quien desde los seis años es parte de la escuadra de gimnasia aeróbica auriazul, pues de pequeña acompañaba a su hermano a entrenar. “Tengo presente el recuerdo de ver a las gimnastas más grandes y admirarlas por lo bien que les iba en las competencias y en sus carreras. Yo, siendo aún muy chiquita, decía: ‘¡Wow! Quiero hacer eso, deseo ser como ellas’”.
Con el tiempo, la hoy joven de 19 años encontró el equilibrio entre sus dos pasiones y, aunque confiesa que es complicado ser estudiante y deportista, combinar ambas facetas le ha enseñado a ser responsable, a manejar sus tiempos y concentrarse en sus clases, tareas o entrenamientos, según se requiera. Además, le ayuda mucho recibir el apoyo incondicional tanto de su familia y amigos como de su facultad, sobre todo al competir. Eso la motiva a seguir adelante.
“Tenemos un equipo unido, sólido y empático con los jóvenes, con sus necesidades y situaciones personales. En eso radica nuestro éxito; no se trata sólo de darlo todo en cuanto a esfuerzo físico, sino que los integrantes encuentren en nosotros, los entrenadores, confianza. Eso funciona y mejora el desempeño”, asegura Luz Delfín.
La constancia y compromiso han hecho que este conjunto obtenga excelentes resultados nacional e internacionalmente, como en el Panamericano de Gimnasia Aeróbica de Lima, de donde regresaron con medallas de plata y en el que presentaron una rutina inspirada en Cleopatra –la legendaria faraona egipcia–, por ser ejemplo de una mujer fuerte y empoderada.
El siguiente objetivo es clasificar en el Campeonato Nacional de Gimnasia Aeróbica 2024 –organizado por la Federación Mexicana de Gimnasia, a realizarse en abril– con la misma pieza, para después contender en el Mundial de Gimnasia Aeróbica que tendrá lugar en Pésaro, Italia.
“La preparación para una competencia tiene etapas: en las primeras se disfruta mucho porque es la parte creativa. Cuando se acerca la fecha hay mucha presión y nerviosismo, sobre todo para quienes somos estudiantes-deportistas, pues el certamen se nos junta con el fin de semestre. Es pesado, pero enriquecedor al mismo tiempo”, afirma González Nieto.
La gimnasia aeróbica se imparte en la UNAM desde 1997 y es una de las ocho modalidades técnicas (acrobática, artística femenil, artística varonil, de trampolín, rítmica, para todos y parkour) bajo la autoridad mundial de la Federación Internacional de Gimnasia.
“Es inspirador recibir a gimnastas retirados y escucharlos decir: ‘¡Qué bonitos años pasé aquí!’, porque en esta disciplina se crean lazos para siempre. Por ello, exhorto a los padres de familia a fomentar en sus hijos e hijas el deporte, porque en situaciones difíciles en la vida ayuda y enseña a trabajar en equipo o a ser tolerantes a la frustración, aparte de mantener el cuerpo en buena forma”, concluye Luz Delfín.
Ariel Villavicencio, gimnasta y estudiante de la Facultad de Arquitectura: “Mi vida es estar la mitad del día en la escuela y la otra en la gimnasia. Es pesado porque en muchas ocasiones debo sacrificar lo social por los entrenamientos, tareas o pendientes de la semana, pero me gusta mucho estudiar y hacer deporte. Ayuda ponerse metas personales y de equipo, y avanzar hacia ellas”.
Montserrat Hernández, gimnasta y estudiante de la Facultad de Derecho: “Cuando estamos en una competencia debemos dominar sentimientos como el miedo o la ansiedad, pero al empezar a maquillarnos o peinarnos se sienten esos nervios que también se disfrutan. Los entrenamientos son desestresantes, son mi lugar seguro y son únicos, sobre todo cuando hay mucha presión en la escuela por entregar trabajos o si hay exámenes”.